A causa de las heridas que ha sufrió, muere el fiscal turco Mehmet Selim Kiraz, que había sido secuestrado este martes en Estambul por dos miembros del Partido de la Liberación del Pueblo-Frente (DHKP-C, un grupo de extrema-izquierda), informó el ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu.

El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, también ha confirmado la muerte de Selim Kiraz y explicó que el fiscal recibió hasta cinco disparos durante las seis horas del secuestro, tres de ellos en la cabeza.

“Ha muerto nada más llegar al hospital. Hemos intentado hacer todo lo posible, pero no hemos tenido éxito”, dijo un miembro del personal sanitario del Florence Nightingale, en declaraciones a la cadena local CNN Turk.

Selim Kiraz fue desalojado del hospital cuando la Policía puso fin al secuestro, después de intensas negociaciones con los dos captores, “hemos decidido entrar (en la sede judicial) después de escuchar disparos”, señaló el jefe de la Policía de Estambul, Selami Altinok.

Al llegar al despacho donde retenían al fiscal, las fuerzas de seguridad consiguieron abatir a los dos miembros del DHKP-C, de acuerdo con el relato de Altinok en una rueda de medios.

Erdogan aplaudió la actuación de los uniformados y anunció nuevas medidas de seguridad en las sedes judiciales, “no podemos subestimar la gravedad de este incidente”, argumentó el jefe de Estado.

Sin embargo, no se sabe aún si los disparos que han acabado con la vida del fiscal eran procedentes de las armas de los secuestradores o de los equipos de la policía durante la operación.

Venganza ante impunidad

Luego de que entraron en el Palacio de Justicia de Estambul, cerca del mediodía de este martes, los miembros del DHKP-C tomaron como rehén a Kiraz, encargado de la investigación de la muerte de Berkin Elvan, un joven que murió por el impacto de un bote de gas lacrimógeno disparado por la policía.

Los militantes amenazaron con ejecutarlo si en el plazo de tres horas los agentes responsables de la muerte no confesaban públicamente su responsabilidad y aceptaban ser juzgados por un “tribunal popular”; pasado el tiempo, seguían negociando.

El caso de Elvan, un adolescente de 15 años alcanzado por un bote de gas durante la revuelta por el parque Gezi mientras se dirigía a comprar el pan, provocó la ira de gran parte de la sociedad turca; el joven permaneció en coma durante 269 días antes de fallecer, y su funeral desató una nueva serie de intensas protestas que dejaron un muerto y varios heridos.

Aunque Recep Tayyip Erdogan, entonces primer ministro, contribuyó a incrementar la tensión al asegurar que el menor “era miembro de una organización terrorista”, lo que más contribuyó a encender los ánimos, ha sido la percepción de que las autoridades turcas están protegiendo a los policías responsables de la muerte de Elvan.

A pesar de existir imágenes en las que se ve a los agentes que presuntamente dispararon el bote de gas que le provocó el coma al niño, durante más de un año el Departamento de Policía se ha negado a proporcionar sus identidades a la fiscalía encargada del caso, que tan solo las recibió la semana pasada.

Aparentemente, la presunta impunidad es lo que provocó a los militantes del DHKP-C a acometer el secuestro, con lo que trataban de forzar una confesión de los responsables.

El padre de Berkin Elvan, Sami, buscó de inmediato a los líderes de la organización para pedirles que liberasen al fiscal, Mehmet Selim Kiraz, “con la muerte de mi hijo basta”, declaró; eran alrededor de las nueve de la noche, cuando la policía asaltó el lugar donde se mantenía al rehén.

El DHKP-C, incluido en las listas de terrorismo tanto de Turquía como de EU y la Unión Europea, tiene gran presnecia en barrios como Okmeydani, de donde era originario Elvan.

La organización es responsable de incidentes como el atentado contra la embajada norteamericana en Ankara en 2013, que provocó un muerto y cuatro heridos, además del propio suicida.

Información de ABC, España