GARBANZOS DE A LIBRO
Patricia Highsmith (1921-1995)
Marco Aurelio Carballo
Para tener éxito escribiendo, “no hay fórmulas mágicas ni secretos, salvo la individualidad y la personalidad”, escribió Patricia Highsmith (1921-1995), autora norteamericana de novelas de suspense, filmadas como El talento de Mr Ripley, con el actor francés Alain Delon, y Extraños en el tren.
“Sólo al individuo —dijo— le corresponde expresar lo que le diferencia de los demás. Es la apertura del espíritu, sin ser místico. Es una especie de libertad”.
Del libro Sus…pense. Cómo se escribe una novela de misterio, publicado en 1983 por la editorial Círculo de Tiza, que “lo recupera con aroma de gran reserva (como los vinos)”, Berna González Harbour (subdirectora de El País, redactó una síntesis con el título de “Literatura en 13 mandamientos” que publicó en el suplemento Babelia de ese mismo diario.
“La primera persona a la que debes complacer es a ti misma”, advierte Patricia Highsmith, y agrega que “si te diviertes escribiéndolo, divertirás a editores y lectores. Un argumento no debe ser rígido ni estar terminado. Tengo que pensar en mi propio entretenimiento y a mí me gustan las sorpresas. Si sé todo lo que va a pasar, escribirlo no será divertido”.
“Los argumentos rígidos, aunque perfectos —dice la escritora—, pueden hacer que los personajes parezcan autómatas. Los gérmenes de una idea son pequeños o grandes, sencillos o complejos, quietos o móviles. Los reconozco por la excitación que siento enseguida. El mundo está lleno de ideas germinales. Si no las tienes es por fatiga física o mental”.
Agrega: “Hay que viajar, pasear. A veces nos rodean personas inconvenientes. Una buena atmósfera se consigue poniendo en marcha los cinco sentidos. Tres líneas de prosa bastan para transmitir lo esencial de una conversación. El diálogo es dramático y debe usarse con moderación. No se me ocurre nada peor o más peligroso que comentar mi trabajo con otro escritor”.
“Los escritores —finaliza— nadan juntos en la misma profundidad, dispuestos a hincar los dientes en el mismo plancton que flota a la deriva. Me llevo mejor con pintores. Las personas de quienes estamos enamorados son una especie de caucho y nos aíslan de la chispa de la inspiración. El escritor hará bien si tiene otro trabajo. Las personas creativas no hacen juicios morales. El arte no tiene que ver con la moral, los convencionalismos ni los sermones. Después de todo esto, que nadie se haga ilusiones”.