Entrevista a Marcos Chávez/Analista económico

 

Irma Ortiz

El reto para los siguientes años es “gastar menos y mejor” reconoció el secretario de Hacienda Luis Videgaray sobre el reciente recorte presupuestal. Un recorte provocado por la caída de los precios del petróleo —que tan sólo en Pemex provocará una baja de 2.9 en la meta de producción de crudo—, además de la subasta diaria por 52 millones de dólares, que busca dar liquidez al mercado y que estará vigente hasta el 8 de junio, para luego reevaluarse.

El objetivo, aseveró, “es hacer todo lo posible para mantener la estabilidad”. Sin embargo, el subgobernador del Banco de México, Manuel Ramos Francia, advirtió de salida de capitales de países emergentes, particularmente cuando la economía norteamericana empieza a repuntar y se espera un alza en las tasas de interés de la Reserva Federal.

Los dueños del dinero, dijo, manejan 70 trillones de dólares, de los cuales uno por ciento está en las economías emergentes. Un dólar, que pese a las medidas adoptadas no se frena pero tampoco alcanza su máximo, según advierte Morgan Stanley, que lo ve a la mitad del camino del “súper ciclo” comparable a los movimientos de la década de los ochenta.

Se vislumbran más recortes

Sobre el tema Siempre! entrevistó al analista en economía Marcos Chávez, quien destaca que en el escenario económico nacional se vislumbran más recortes, inestabilidad bancaria y un crecimiento de por lo menos dos por ciento.

¿Cómo ve el escenario económico, las declaraciones del secretario de Hacienda Videgaray, de que no hay cambios en la reforma fiscal?

La situación es complicada para el país, en términos de que la inestabilidad del tipo de cambio está determinado por una diversidad de factores. Internamente, está definido por los efectos de la caída de los precios internacionales del petróleo y en particular del mexicano. Digamos que para enero el promedio cerró un poco más de 40 dólares por barril, está más o menos casi a la mitad de lo que se había presupuestado, 69 dólares por barril y eso ha tenido grandes repercusiones en términos no solamente de divisas, sino también en términos de los ingresos fiscales del Estado que se cayeron de manera significativa en el primer mes del año y que también obligó a un endeudamiento importante para ajustar, financiar el déficit, y que eso fue provocado por la caída de los precios del petróleo de manera importante.

Esta situación en general de inestabilidad en el mercado petrolero internacional, el riesgo de que se dé un incremento en las tasas de interés internacional, sobre todo por un eventual cambio en la política monetaria de Estados Unidos, está generando un ambiente de incertidumbre que es lo que se está reflejando en el comportamiento del tipo de cambio, cada información, cada dato que sale externamente o internamente, es lo que está generando presiones por el tipo de cambio; una, es en términos especulativos, y la otra es justamente por la incertidumbre que se generó primero por estos elementos que señalaba y después por el anuncio gubernamental del recorte en el gasto público de 124 mil millones de pesos —si mal no recuerdo—, y que esta cantidad va a ser insuficiente para compensar la pérdida de ingresos fiscales del Estado a lo largo del año, que pudiera ser alrededor de doscientos mil millones de pesos.

Si esto fuera así, va a obligar al gobierno a llevar adelante nuevos ajustes fiscales, que pudieran ser otros dos recortes más en el transcurso del año, y toda esa situación, esa reducción del gasto está generando o tiene efectos contractivos para la economía, de por sí ya hay los indicadores adelantados de INEGI —señalados recientemente— sobre la evolución de la economía, muestran una declinación del aparato de la actividad económica y también acaba de anunciar el comportamiento del consumo en el mercado interno de ventas internas, que también están apuntando hacía un debilitamiento de la economía.

Entonces, en esa dinámica junto con las políticas restrictivas del Estado en términos fiscales, es lo que genera ese ambiente para la inestabilidad de los mercados financieros.

Ese programa nació muerto

¿Cómo ha visto el manejo de Hacienda en estos escenarios? ¿Han sido los correctos?

No, para mi juicio. Primero está atrapado en su propia trampa, porque en lugar de buscar una estrategia, se mantiene en lo mismo. Empezó mal desde el programa económico que se diseñó para 2015, que prácticamente nació muerto porque las metas económicas estaban mal planeadas, se hizo sobre un escenario irreal, sobre una meta de precios de exportación que estaba fuera de la realidad.

En ese sentido era prácticamente inevitable que se hiciera el ajuste, a partir de ahí toma una medida que era contraria para tratar de detener el comportamiento de la economía y toma el camino más fácil, de recorte fiscal, que pudo haber utilizado para otras metas, por ejemplo, aprovechar la situación para mejorar la recaudación gubernamental, que ésta pudo haber sido con el aumento de impuestos, pero también hubiera sido eventualmente depresiva.

En ese sentido, planea mal el gobierno, no tiene grandes márgenes de acción, dado que no existe una reforma fiscal que le dé ingresos adicionales; esto es producto de una mala planeación del gobierno, de hecho podríamos decir que ni siquiera existe.

El desempeño del titular de la Secretaría de Hacienda ha sido de un franco descuido del manejo económico del país, porque ha centrado fundamentalmente su actividad en la búsqueda de sacar adelante las llamadas reformas estructurales. Es un descuido del gobierno, que es incapaz de ofrecer una salida a la crisis actualmente y que recurre al mismo expediente ya conocido desde 1983 hasta la fecha, que es recortar el gasto público, que simplemente va a complicar la situación del país.

¿Y el manejo que ha tenido el Banco de México?

El Banco de México está en una sintonía similar, de hecho la política monetaria o la política económica actual descansa fundamentalmente en la política monetaria, no ha habido en sentido estricto una política fiscal, que tienda a impulsar el crecimiento de la economía.

Hoy perdió ese motor o esa ala de la economía. La economía tiene dos vertientes: la fiscal y la monetaria, la fiscal no está funcionando y la monetaria prácticamente ha demostrado su inutilidad.

En términos de la teoría económica, se ha señalado que el reporte de las tasas de interés como un instrumento para estimular la economía por la vía del crédito tiene un efecto retardado, se ha calculado que ahorita puede tener efectos en alrededor de medio año o hasta un año, o probablemente nunca los tengan, cosa que ha sucedido.

La tasa de referencia del Banco Central, si se elimina la inflación, es prácticamente de cero por ciento en términos reales, eso implicaría que debería estar estimulando el crédito, la prestación de crédito en economía; sin embargo, los indicadores del crédito bancario indican que es muy lento, que está concentrado además en unas cuantas actividades, créditos al propio sector público o lo que es al consumo o a la vivienda, está concentrada básicamente cuando menos la mitad de los recursos de la banca hacia sus actividades y no hacia otras más productivas.

El problema aquí es que la política monetaria del Banco Central no ha tenido ningún efecto para estimular el gasto porque éste ha sido bloqueado por la banca comercial.

El costo del crédito es demasiado alto y las condiciones en las cuales se fija solamente permiten el acceso a las grandes empresas, dejan fuera a la mayoría, ésa es la situación.

Ahora, eso en términos de la política cambiaria, la decisión solamente es la de una actitud pasiva en el sentido de cómo lo empezó a hacer —si no mal recuerdo desde el viernes pasado—, es inyectar dólares a la economía con el objeto de evitar que se salga de un porcentaje determinado sobre una trayectoria del tipo de cambio para generar cierta liquidez y tratar de contrarrestar las presiones del tipo de cambio.

Sin embargo, el nivel que ha alcanzado la paridad —en cualquier momento puede superar los 16 pesos por dólar— nos está indicando que prácticamente esa medida es inútil para generar una estabilidad en el tipo de cambio, sobre todo porque esa dinámica de la moneda está determinada por otros factores, sobre todo relacionados con el aparato productivo.

Lo que vamos a ver es que se siga manteniendo esa volatilidad de la moneda, en prácticamente lo que resta del año, y estará determinada por los indicadores económicos que se presenten sobre el desempeño de la economía.

Sí han salido capitales

Ante este manejo tan convulso en la economía, ¿cómo ha visto el manejo del sector empresarial?, se habla de una salida de capitales fuerte.

Sí ha habido salida de capitales, el problema aquí es que hay solo dos maneras de poderla observar, por lo menos estadísticamente. Una de ellas es a través de los resultados de la balanza de pagos, y esto viene generalmente con un retraso y eso corresponde al Banco de México.

Se habla de esos datos, pero no hay manera de precisar contablemente su cuantía. La otra es a través del dinero que ha salido del mercado de valores, pero ahí el dato pierde cierta consistencia en tanto que no necesariamente tiene que salir ese dinero de la economía porque puede estar trasladándose hacia el mercado cambiario sin necesidad de abandonar el país o que esté buscando instrumentos de refugio como pueden ser los gubernamentales.

La propia modificación de la paridad del peso con el dólar puede implicar que se sobreestime o se subestime una eventual salida de capitales. Es evidente que ese comportamiento de la moneda tiene que ver con esa movilidad de capitales, con parte de esa fuga o la salida de los mismos, pero no necesariamente quiere decir que toda esa compra de divisas está abandonando el país.

¿Y el recelo empresarial?

Desde luego hay que considerar que el propio sector empresarial tomó para sí las expectativas de la economía. También es parte de su responsabilidad que aceptó ciertos parámetros de la política económica, que ya por definición eran irreales.

Señalaba esto sobre los precios del barril del petróleo, sobre los volúmenes de exportación, sobre el ejercicio del ingreso y el gasto público y, por añadidura, del propio crecimiento económico.

En estas situaciones, lo que vemos del comportamiento del tipo de cambio que, ocasionalmente puede incluso obligar al Banco Central a elevar las tasas de interés para tratar de contrarrestar la movilidad de los capitales y del tipo de cambio, incrementan la incertidumbre y lo más lógico o lo natural de cualquier empresario, de cualquier empresa en una circunstancia de esta naturaleza, es que finalmente paralice sus programas de inversión, en tanto pueda tener una mayor certidumbre sobre cuál va a ser el comportamiento de la economía.

Entonces a la situación de una política contractiva que aplica la Secretaría de Hacienda, con el recorte del gasto se suma la detención o postergación de los programas de inversión que pueden llevar a que el crecimiento no supere la tasa de dos por ciento en 2015 y que por añadidura tienda a reforzar las tendencias depresivas de la economía.

Ésa es la situación compartida en diversos niveles, tanto por el sector público como por el sector privado.

Escenarios económicos muy sombríos…

Los escenarios son difíciles, el propio Banco de México ha hecho recortes sobre las estimaciones de la meta de crecimiento que se tenía para este año de tres por ciento, pero que desde mi punto de vista subestiman realmente el nivel de lo que pueda ser la contracción de la economía, podrían ser de alrededor de dos por ciento, que es completamente inútil para las necesidades de empleo de los poco más del millón de empleos que se requieren anualmente.

Si no hay un giro en la política, la economía —por lo menos en la primera mitad de este sexenio— va a tener una de las peores tasas de crecimiento desde el periodo de Miguel de la Madrid.