Venezuela, al pie de una intervención de EU
Hoy por hoy, Estados Unidos es la economía más grande del mundo y su moneda es la más apreciada en estos momentos a nivel internacional. Como consecuencia de una fuerte economía y de las ambiciones más altas en materia del mercado internacional, su política exterior es igualmente voraz.
Con el interés nacional de “guiar al mundo hacia la libertad y la democracia”, considerados los estadios más avanzados en las civilizaciones contemporáneas, los gobiernos norteamericanos se han permitido defender sus intereses en todas las latitudes a cualquier precio. Especialmente en Ámerica, según la Doctrina Monroe de “América para los Americanos”.
Las formas del intervencionismo estadounidense pueden ser diplomática, militares o bien, a través de misiones encubiertas. No es ninguna técnica política, más bien son las huellas del camino las que revelan el andar de la política exterior norteamericana, huellas profundamente marcadas en la historia latinoamericana.
El contexto actual de Venezuela
Probablemente la última intervención estadounidense en el continente americano que la historia pudo relatar fue en Nicaragua, cuando estalla la Revolución Popular Sandinsta o la llamada Revolución Nicaragüense de los años ochenta.
En esos años, la intervención diplomática de Estados Unidos emana de la OEA (Organización de Estados Americanos) y la intervención militar, se dice, a través del financiamiento de la guerrilla en contra de la dictadura del entonces presidente Anastasio Somoza Debayle. Incluso, se tiene el recuento de que Estados Unidos se acercó territorialmente con efectivos militares maniobrando operaciones militares en Costa Rica con fines humanitarios. Finalmente, Somoza renuncia por mandato expreso del gobierno de la Casa Blanca y se restituyen los poderes en Nicaragua.
El pasado jueves 12 de marzo, Estados Unidos realizó una práctica militar en Puerto Rico con el apoyo abierto de Honduras y de la República Dominicana como un simulacro para responder a una situación de emergencia por terremoto o tsunami.
Algunos analistas opinan que cualquier escenario que involucre la movilización de militares podría conllevar cualquier tipo objetivo, ya sea con fines humanitarios o bélicos. Puerto Rico, bastión EU ha sido punto clave para movilizar efectivos en la zona con fines intervencionistas en otros países de América.
Este hecho ha encendido los focos rojos en nuestro continente. No hemos tenido guerras abiertas desde entonces en América. ¿Estaremos a punto de presenciar una? Para el presidente actual de Venezuela, Nicolás Maduro, la respuesta es completamente afirmativa.
Venezuela se prepara para la guerra
El presidente venezolano ha hecho un llamado a la nación para defender la patria y hasta ahora, pocos líderes internacionales lo han secundado. Entiéndase, Raúl Castro en Cuba. El ministro del exterior de Vietnam, país con quien Venezuela recientemente concluyó un acuerdo en materia energética. Y por algunos líderes de izquierda en España, especialmente del partido opositor Podemos, ahora con curules en el Parlamento Europeo, mismo que se pronunció en contra de las actitudes belicosas.
“Convocamos a todos los representantes de todos los partidos y de todos los sectores de la sociedad venezolana para mantener la calma, tanto de palabra como de acción”. El Parlamento Europeo también alerta de una “atmósfera de tensión e involución que podría conducir a la deslegitimación e ilegalización de la oposición democrática”, e incluso se prevé que se cancelen las próximas elecciones de representantes populares en Venezuela.
Este fin de semana Nicolás Maduro recibirá plenos poderes de su congreso para “combatir al imperialismo yanqui”. Una de los sectores más agraciados por el gobierno de Maduro es el movimiento Gran Misión Vivienda Venezolana, quienes han pronunciado su favoritismo pleno por las decisiones presidenciales en las calles de diversas ciudades de Venezuela. En contra, ha habido movimientos opositores, incluso, han llegado hasta el encarcelamiento y persecución de importantes dirigentes de la oposición.
Sin los EU, el gobierno de Maduro está a punto de caer
El proyecto bolivariano perdió la brújula. La realidad cotidiana que padecen los ciudadanos venezolanos es aterradora, atroz e insostenible. No es una cuestión sólo de derechos, democracia, libertades. No es sólo cuestión del imperialismo. Hay escasez alimentaria, desconfianza, desesperación, desempleo masivo. Pobreza extrema y atraso.
La moneda venezolana, el bolívar, está devaluada un 40% con respecto al dólar lo que ha fomentado un mercado negro de divisas incontrolable. Desde la caída de los precios del petróleo, cuyos ingresos representan casi el 70% del PIB nacional, ha habido serias inflaciones en ese país. En 2008, Venezuela era el importador de leche en polvo número uno del mundo, y para el año pasado, se tiene el recuento de que el 50% de los alimentos que antes producía a nivel nacional, se importaban, como el azúcar, el maíz, el café y el arroz.
A la escasez alimentaria le sumamos los daños colaterales, las restricciones a la prensa, los abusos en materia de derechos humanos, el intento de controlar las riendas del país con represiones. ¿Este era el sueño de Bolívar?
En el 2012 también se registró que el gobierno venezolano gastó excesivamente en armamento muy por encima de otros países latinoamericanos como Brasil e incluso México. Sus principales vendedores fueron Rusia, España y China. En ese año también, el índice internacional de transparencia ubicó a Venezuela como el número 166 de 177 como de los más corruptos del planeta. Recordemos que el nepotismo es también una forma de corrupción.
El proyecto bolivariano se perdió
Con o sin la intervención de los Estados Unidos, sea que el presidente Maduro consiga una entrevista en Washington o en Cuba, no hay proyecto de nación que subsista cuando su pueblo es sometido y torturado por los que dicen ser sus libertadores. El sueño bolivariano tendrá entonces que regresar al altar del cual fue tomado para seguir soñando con la libertad de la Unión de la Gran Colombia.
A manera de conclusión, y dejando la reflexión abierta, presentamos un extracto del último discurso del Gran Libertador de Sudamérica, Simón Bolívar, que data del 10 de diciembre de 1830, poco antes de su muerte. Y reza como sigue:
“A los pueblos de Colombia:
Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aún mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiábais de mi desprendimiento.
Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.
No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales.
¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.”
