Norma Salazar

Un libro de información que nos muestra los trayectos escolares y eventos significativos de jóvenes entre 18 a 24 años; podemos observar las dificultades, así como la potencialidad de sus resultados y consecuencias. Tener elementos para impulsar la generación de estudios nacionales periódicos como los que se realizan en otros países donde se da seguimiento a niños y jóvenes.

Las investigaciones de Emilio Blanco, Patricio Solís, Tabaré Fernández y Cecilia Alonso, destacados investigadores sociales, centran su interés en la dinámica escolar y laboral de los jóvenes. Estas investigaciones permiten diseccionar los trayectos escolares, las transiciones entre niveles educativos, la desigualdad en la escolaridad y cómo se asocia al origen social de los jóvenes, así como la estratificación de los servicios educativos que se convierten en un mecanismo que coadyuva a la reproducción de dicha desigual.

En particular Caminos desiguales. Trayectorias educativas y laborales de los jóvenes en la Ciudad de México (serie Otros textos de evaluación del Fondo editorial de inee contribuye a la comprensión de una dinámica de escolarización de la población y cómo ésta se relaciona con el origen de un niño escolarizado, el tipo de servicio educativo al que se adscriben, con la irrupción de eventos significativos en su vida como son la repetición e interrupción de los estudios y, con el ingreso al primer empleo o la formación de pareja.

Fenómenos relevantes que adquieren importancia capital entre aquellos en edad de asistir a la educación media superior.

Un rasgo muy importante que se señala en el libro está en un patrón de deserción. El estrato más bajo, es decir, jóvenes de familia de un menor ingreso, detalla que en este grupo social las edades tempranas y los grados de educación primaria entre los doce años, un 10 por ciento de los menores tuvieron que abandonar la escuela temporal o definitivamente. A nivel medio básico, es decir, secundaria, la incidencia se aceleró a partir de los quince años, 35 por ciento del grupo inicial ya había tenido una experiencia de interrupción. En este punto existe una particularidad más focalizada, el 20 por ciento de los jóvenes entre los 15 y 16 años de edad experimentó una interrupción y entre los 18 años un 20 por ciento sobrevivió del total. La tendencia de los estratos medios demuestra una distinguida discrepancia, al igual que el estrato más eminente en éste la incidencia antes de los 15 años es muy pequeña sin modulaciones trascendentales. Al llegar a dicha edad sólo el 10 por ciento había terminado el nivel escolar correspondiente.

Hoy, todavía estamos muy lejos en la equidad de una mejor calidad de una educación, porque está ligado todavía en el origen de cada estudiante, hay barreras, no sólo los jóvenes abandonan la escuela sino la escuela abandona a cientos de miles de muchachos y jovencitas.

La educación en nuestro país tiene distintas vertientes; no sólo la desigualdad social profundiza la desigualdad escolar. Una causa de deserción-educando tiene una desición particular, está concertada por elementos contextuales que se localizan muy bien en los factores económicos, haber reprobado materias y la falta de interés o no estaban satisfechos con el nivel de estudios alcanzado y, una causa o mal justificación no tenían planeado regresar sus actividades educativas.

(En el libro lo podemos ver con claridad en sus gráficas o láminas de estadísticas realizadas por los investigadores y coordinadores de este magnífico libro).

Por otro lado, expone la necesidad un modelo de intervención basado en las políticas educativas con mayores incentivos para una adherencia al sistema escolar, flexibilización del tránsito entre subsistemas y reestructuración de las redes de comunicación entre los jóvenes y sus respectivos niveles educativos de media superior como motivación del alumno.

Aquí me detento en un comentario mío, no debemos olvidar dos puntos importantes. Primero: México tiene el lugar 55 en el índice de Educación para todos. Segundo: Vernor Muñoz Villalobos, relator especial sobre el Derecho a la Educación de la ONU, advierte que en México existen grandes irregularidades y desigualdad en la educación. El país “enfrenta dos grandes retos: abatir la exclusión que genera el propio sistema educativo y elevar la calidad”. En una presentación se dieron a conocer los resultados preliminares de evaluación en su primera etapa, México apuntó la exclusión de pocas oportunidades educativas que tienen los protagonistas en cuestión: “Las poblaciones pobres reciben una educación pobre”.

Otro dato importante de Desigualdad y exclusión en un informe de seguimiento de la educación para todos, en el año 2010 apuntó que la desigualdad en el aprendizaje tiende a ser un fenómeno más amplio en los países de bajos ingresos, según dicho informe; en México la población indígena cursa tan sólo 1.5 años en la escuela, mientras que a nivel nacional el promedio alcanza los 8 años.

Ocho de cada 10 indígenas no cuentan con educación básica. La tasa de analfabetismo alcanza hasta el 50 por ciento de la población en zonas rurales, 1.5 millones de indígenas en atraso educativo, sólo se atiende a 66 mil.

A diferencia del 17 por ciento de la urbe nacional que ingresa a la universidad, únicamente el 1 por ciento de los indígenas que cursan la primaria acceden a estudios de nivel superior.

En el sistema educativo y los mercados de trabajo, que también son un tema de preocupación en este libro, los coordinadores hacen un análisis que apuntan cifras del 2012 cuando apenas la mitad de la población de 20 a 24 años completó la educación media superior, en este análisis, no sólo se puede ver la cobertura favorable del mercado laboral y un mejor desarrollo ocupacional.

Más adelante se indican los estudios de una ligera ventaja de las mujeres (51.7 por ciento) sobre los varones, 48 por ciento) en lograr su escolaridad, la desigualdad se reflejó en distintas subpoblaciones, apenas un tercio de los que residen en áreas rurales en contra parte del área urbana que con un 57 por ciento lograron, sólo 23 de cada 100 quienes se encuentran en condiciones de pobreza alimentaria a diferencia de 62 por ciento de quienes residen en hogares no pobres.

Un trabajo de colaboración del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México y del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Coordinadores Emilio Blanco, Patricio Solís y Héctor Robles; se destacó que es un análisis de los resultados de la Encuesta sobre las Trayectorias Educativas y Laborales de los Jóvenes de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México 2010 (etel).