Entrevista a Aracely Martínez y Melanie Smith/Especialistas en migración
Ofelia Alemán García
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM, 2015) estima que el ingreso de migrantes internacionales ilegales en nuestro país por la frontera sur podría ser de hasta 400 mil personas indocumentadas al año, todos tratando de llegar a Estados Unidos. Esta cifra convierte a México en el paso de migrantes más importante de todo el mundo.
En tanto el gobierno mexicano ha puesto la mirada en este fenómeno poblacional, nuestros vecinos del sur están a décadas de poner atención a esta realidad compartida. “Desde hace dos años por primera vez en la historia de Belice tenemos una oficina de la OIM. La migración nunca ha sido un tema de desarrollo nacional. No tenemos política migratoria”, dice Melanie Smith, catedrática y especialista en migraciones internacionales de la Universidad de Belice. “La migración en Belice no es un tema de interés para el gobierno aunque el 20% de la población total beliceña sean inmigrantes centroamericanos ilegales, de los cuales, 60 % son guatemaltecos, el resto son salvadoreños y hondureños, y el 8% restante provienen de Asia”, explica la doctora Smith.
Para Guatemala, El Salvador y Honduras —el triángulo del norte— la realidad sobre política migratoria es similar, no hay una política migratoria en ninguno de los tres países, “más bien hay una política de reacción, no de planificación”, puntualiza la doctora Aracely Martínez Rodas, igualmente especialista en migraciones internacionales y catedrática de la Universidad del Valle de Guatemala. “La ley migratoria es obsoleta y no refleja la realidad de Guatemala. No hay una política estatal, no hay acciones de largo plazo. Aunque tenemos oficinas como el Consejo Nacional para las Migraciones (Conamigua) o la comisión del congreso, seguimos teniendo una política de acción inmediata para atender las crisis de niños migrantes o de deportados”, explica la doctora Aracely.
Sin cifras de migrantes transfronterizos clandestinos
“No tenemos datos de inmigrantes, en Belice apenas hace un par de años empezamos a tomar datos biométricos, todo se hacía manualmente hasta entonces. No había manera de tabular ni las entradas ni las salidas de población. Los datos que tenemos son especulaciones. Sabemos que hay un alto número de migrantes hacia Estados Unidos pero no tenemos las cifras,” explica la doctora Smith, de la Universidad de Belice, quien comenta también que los datos de los censos es completamente inexacta, “tenemos muchos chinos en Belice, por ejemplo, digamos, ocho mil, pero en el censo sólo se registran un millar; no sabemos a dónde se fueron los otros siete mil”.
En Guatemala, la iniciativa de ley del año pasado que crearía el Instituto Nacional para la Migración no trascendió y ha quedado en el olvido. El Instituto Nacional para la Migración de México, creado en 1977, reflejó en 2013 cerca de 700 mil migrantes transfronterizos de origen guatemalteco que cruzan y regresan a su país porque trabajan en Chiapas. De los devueltos por México ese mismo año, 42% eran de Honduras; 39% de Guatemala, y 19% de El Salvador.
La política migratoria mexicana vista desde el exterior
La migración es mínima entre Belice y México. Pocos mexicanos están en Belice básicamente por el tipo de cambio, porque para los mexicanos es más caro el dólar de este lado. En algún momento se pensó que esta mejor paga podría fomentar trabajadores mexicanos en Belice pero no ha ocurrido así. En Belice el programa de Frontera Sur no tiene impacto consistente ya que el beliceño puede ir a Yucatán y Quinta Roo casi sin restricciones y con mucha libertad desde hace décadas. Muchos beliceños estudian en las universidades del sureste o tienen empleos en donde requieren gente bilingüe inglés-español, en Cancún, por ejemplo.
Para Guatemala, la doctora Aracely, la frontera con México es invisible y el programa de Frontera Sur puede acarrear beneficios: “la tarjeta de visitante temporal reduciría peligros, protegería a los migrantes y los haría menos vulnerables”. Por otra parte, la doctora alerta sobre los peligros de blindar las fronteras porque entre más seguridad exista, más peligrosos serán los caminos clandestinos de los migrantes, es por eso que la política migratoria mexicana busca ordenar ese flujo de migrantes y se percibe como un punto positivo para la sociedad guatemalteca.
México, el destino de muchos centroamericanos
Los estudiosos mexicanos descartan México como un punto de destino de los migrantes centroamericanos, pero no es el caso de Guatemala, en donde nuestro país se ve como “un imaginario” de bienestar en donde pagan mejor. “Tan sólo en la frontera con México y Chiapas está llena de productos mexicanos, se percibe que en México hay mejores salarios que en Guatemala. Nuestra relación con México es histórica, éramos parte de un virreinato y de Mesoamérica. No hay un concepto de frontera sólido, la frontera no se percibe. Culturalmente somos poblaciones culturales similares, las comunidades indígenas se entienden entre sí”, explica la doctora Aracely. “Son dos los factores de la migración de guatemaltecos a México: los cultivos estacionales y los refugiados del conflicto armado entre los años sesenta y noventa.”
Belice, cuna de migrantes extra continentales
Los motivos de la migración de beliceños es una realidad muy diferente a la de Guatemala porque “ellos buscan la reunificación familiar ya que en Estados Unidos hay muchas provisiones en las leyes para que las familias se unan. En Belice familias enteras han emigrado a Estados Unidos, de censo a censo en un hogar ya no están la mayoría de los miembros. Las familias enteras se van completamente del país”, explica la doctora Smith, de la Universidad de Belice. “México ha sido zona de tránsito por décadas y nosotros somos cuna de migrantes extracontinentales, de Asia y África principalmente. Estos migrantes vienen a Belice, se asientan un tiempo y luego usan México como paso para llegar a Estados Unidos de manera clandestina. Todos los días tenemos cientos de lugares por los que entran y salen migrantes a través de nuestra frontera con Guatemala pero no tenemos cifras oficiales.”
Entre coyotes y Maras
“Las redes de coyotaje se han fortalecido al vincularse con narco y con autoridades corruptas así que todos seguirán pasando. Se ha creado una población vulnerable en donde el migrante es el sándwich del crimen”, explica la doctora Aracely.
Los migrantes en Belice son también víctimas de secuestro o chantajes de las Maras Salvatruchas, un fenómeno que está creciendo en Belice, son precisamente los refugiados de crimen organizado de acuerdo con la doctora Melanie Smith.
“Hasta que el impulso migratorio no se regule, la gestión de la migración será una demanda utópica. El deportado guatemalteco es un fracaso para él mismo, su familia y para el país entero”, finaliza la doctora Aracely.
@ophelyas