Entrevista a Alejandro Solalinde/Director de Hermanos en el Camino

 

 

Moisés Castillo

El escritor Eduardo Galeano dice que los migrantes son personas que se han cansado de tanto esperar y que, ya sin esperanza, huyen. Esta es la cruda realidad de los “sin papel”. Pero también existe el drama de los que se quedan o los que son deportados. Para un migrante es difícil retroceder y desviarse del camino originalmente trazado. Durante el trayecto para alcanzar el “sueño americano” se enfrenta a todo tipo de circunstancias que ponen en peligro su vida. ¿Qué decisión se puede tomar si el infierno te persigue como una sombra?

Desde hace varios años, en plena Semana Santa, se realiza el llamado Viacrucis Migrante para llamar la atención sobre la tragedia de las personas que atraviesan México para llegar a Estados Unidos y que, en su camino, sufren abusos de grupos del crimen organizado y autoridades. Pero en esta ocasión, la caravana integrada por mexicanos, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, cubanos y de otros países de Centroamérica, busca que el gobierno federal cambie el Plan Frontera Sur por uno especial de migración propuesto por activistas y defensores de derechos humanos.

El plan que presentó el gobierno federal el año pasado tiene dos objetivos fundamentales: ordenar los cruces fronterizos de migrantes hacia nuestro país para incrementar el desarrollo y la seguridad en la región, así como proteger y salvaguardar sus derechos humanos durante su estancia. Sin embargo, los indocumentados ya no pueden utilizar el tren de carga conocido como La Bestia, por lo que su traslado se hace por rutas más peligrosas. Expertos en materia migratoria coinciden en que el Plan Frontera Sur coloca a miles de migrantes en una situación de mayor “vulnerabilidad” al no poder reunir los requisitos para entrar de manera legal a México.

“Veo el futuro opaco”: Carlos Cruz, cubano

Carlos Cruz se siente cómodo con la playera del Paris Saint-Germain, cuyo dueño es el catarí Nasser Al-Khelaïfi, una de las 100 personas más ricas del mundo. Salió hace un par de meses de ciudad Holguín, Cuba, porque en la isla no hay empleo. Tuvo que dejar a su esposa Yelixa y a sus hijos Jesús Arturo, Giovani de Jesús y a la pequeña Helen con la promesa de sacarlos del país caribeño para comenzar una nueva vida en Orlando, Florida, donde tienen familiares.

Carlos, con un poco de pena, acepta que estuvo sin trabajar casi 20 años. En ese tiempo dice que tenía que “inventar todo” porque el gobierno cubano asfixia a la gente. Gracias a sus amigos y familiares pudo mantener a los suyos, porque los “trabajitos” de albañilería que conseguía no daban para más. A Carlos le gustaría que sus hijos estudiaran y poco a poco construyeran un mejor camino, pero en Cuba no hay condiciones para lograrlo.

“Veo el futuro opaco”, dice el hombre de 43 años mientras sus compañeros del Viacrucis Migrante lo escuchan atentos y le sacan fotos con sus celulares.

Carlos y un pequeño grupo de amigos salieron de Cuba en una avioneta vieja rumbo a Ecuador, porque tenían que recoger a otros compañeros para emprender el viaje a pie hacia Estados Unidos. “Hemos caminado 12 países hasta llegar aquí”. México no resulta una buena opción para vivir, al menos para Carlos que en sus recorridos carreteros le impresionó ver, por todos lados, la presencia de elementos del Ejército, la Marina y federales.

“México está en guerra y no lo veo como un país seguro como para que mi esposa y mis hijos puedan vivir aquí. Quisiera, si diosito me lo permitiera, poder llegar a Estados Unidos, establecerme ahí, trabajar y poder sacar a mi familia de Cuba. Todos conocen que los cubanos quieren llegar a Estados Unidos, todos lo saben”.

“Me quieren quemar”: Neida Maritza Sánchez, hondureña

La última vez que Neida Maritza Sánchez habló por teléfono con su familia se enteró que un grupo de sicarios, de la temible Mara Salvatrucha, quiere quemarla. Por lo menos una vez a la semana van a la casa de su abuela para preguntar si ya regresó. La señora de casi 60 años es madre soltera y tuvo que huir de su natal La Ceiba, cabecera departamental de Atlántida, Honduras, por las amenazas de esa banda criminal.

Neida Maritza lleva tres meses en México y sufre de insomnio. Todas las noches recuerda las golpizas que le propinaba su esposo y la violencia familiar que sufrían sus hijos al tratar de defenderla del hombre alcohólico. Su marido tiene nexos con la Mara y desde entonces no puede vivir en paz. Cruzó Guatemala con cuatro de sus seis hijos y permaneció un par de meses en Tapachula. Sin recursos económicos y con kilométricas caminatas que ya resienten sus pies, se unieron a la caravana migrante del padre Alejandro Solalinde como una forma de mantener la ilusión de poder conseguir una vida digna.

“Hemos sufrido en las caminatas, hemos caminado bastante en pleno sol y lluvia, mis pies están ampollados. Gracias al padre Solalinde no hemos sufrido hambre”.

Neida Maritza es una de las 60 personas migrantes que pedirán refugio a México por la difícil situación que atraviesa junto con sus hijos. Espera que el proceso legal sea reiniciado, porque lo dejaron en el olvido en Tapachula. La meta de Neida Maritza es quedarse y comenzar de cero en Monterrey, ya que uno de sus hijos trabajó tres años en la capital norteña y ya tiene varios contactos.

“Si México no me da refugio, no sabría qué hacer. Mientras hay que buscar empleo y seguir adelante. Mientras México no nos rechace, aquí estaremos. Allá me dedicaba al hogar y hacía trabajos domésticos. La vida era muy dura, a veces se come. Hay pobreza total. Somos ilegales siempre, pero queremos estar aquí”.

El padre Alejandro Solalinde siempre tiene buena cara, a pesar del largo viaje de Ixtepec, Oaxaca, a la ciudad de México; atiende decenas de llamadas telefónicas y da instrucciones para que alisten a los 265 migrantes que integran el Viacrucis Migrante.

El fundador del albergue Hermanos en El Camino platica con la revista Siempre! en un cuarto pequeño del Gimnasio Ajusco, al sur del Distrito Federal. No quita el dedo del reglón en señalar que el Plan Frontera Sur es un muro virtual para impedir el paso de migrantes centroamericanos y critica la actuación del Instituto Nacional de Migración que sólo extorsiona y maltrata a las personas que buscan alcanzar el “sueño americano”.

    quote Este gobierno desgraciadamente ofende y agravia a todos los sectores sociales, desde luego a los migrantes.

Queremos diálogo

¿Qué significado tiene el Viacrucis Migrante 2015?

Precisamente ese contexto difícil que vive México, es lo que hace a este Viacrucis distinto a los demás, cualitativamente diferente. Este gobierno desgraciadamente ofende y agravia a todos los sectores sociales, desde luego a los migrantes. Hemos visto con mucha tristeza y preocupación el Plan Frontera Sur, que dice el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Ardelio Vargas, que no existe, pero hace estragos enormes. Vemos cómo se ha disparado la victimización de nuestros hermanos. Pasamos de 15 víctimas de delitos a 90. Los que vienen en esta caravana es muestra de ello.

En el sexenio de Felipe Calderón usted alzó la voz a favor de los migrantes, ¿qué ha sucedido en todo este tiempo? ¿Hay mejorías o retrocesos para los “ilegales”?

Quisimos inmediatamente, cuando se presentó el año pasado el Plan Frontera Sur, tener un diálogo con el gobierno federal, mostrar nuestra preocupación. No solamente eso sino proponerle soluciones, pero se cerró, no hubo más respuesta que la de seguridad. En el último diálogo que tuvimos con el comisionado Vargas, que fue a nuestro albergue, le dijimos que los migrantes viven una situación muy dura, sufren en sus recorridos. “Queremos dialogar con usted —le dijimos—, por qué no invita a los agentes de Migración para que hagan una valoración”. Y simplemente nos respondió: “No puedo hacerlo, la única forma es que me los lleve a todos, los meta a una estación migratoria y ahí vamos avalorar su situación legal. Si alguien califica para algún tipo de regularización migratoria, se queda, a los demás los deportamos”.

Entiendo que los migrantes que participaron en el Viacrucis obtuvieron un amparo que les permite el libre tránsito por el país.

Si el comisionado Vargas y la Secretaría de Gobernación respetaran la ley, entonces leerían la ley migratoria con lentes que desconocen, como el principio pro persona, el bien superior de la niñez, integración familiar, protección a menores y mujeres. Lamentablemente no han hecho nada para contener esta crisis humanitaria que vivimos. Al no ver un diálogo decidimos hacer este Viacrucis, pero encontramos como respuesta la represión de la Policía Federal. Aún recuerdo cuando hablé con Omar de la Torre, titular de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, y le dije: “Omar, quiero un diálogo, ¿es tan difícil? Consúltalo con el secretario”; se supone que lo hizo, pero me reviró: “Sí le interesa, pero primero va a haber el retén”. Todo esto para impedir que pasaran los migrantes. No es posible realizar un diálogo si los asegura Migración, los detienen y los deportan. ¿Quiénes van a hablar, a qué víctimas escucharán?

Por otro lado, en efecto, es el primer grupo de la historia que viene protegido de esta manera, y además se había conseguido un oficio de salida para mil 31 personas. Gracias a la defensoría pública federal se pudo lograr.

¿Qué sigue para estas personas que se encuentran a la deriva?

Lo que más me interesa es su protección, no sólo la protección de este grupo que viene con medidas cautelares. El gobierno no los puede tocar, ya que cuentan con un amparo contra la detención y la deportación. Los migrantes ya manifestaron qué es lo que quieren. Muchos de ellos regresarán conmigo al albergue en camiones particulares; otros van a quedarse porque no pueden regresar a sus países de origen, se lo dije al comisionado, son 60 que van a solicitar refugio; otros de plano sí quieren llegar a Estados Unidos. Les advertimos que es muy peligroso porque prácticamente las fronteras están controladas por el crimen organizado y están en riesgo de ser secuestrados. Hay otro grupo que quiere quedarse en México. Me dice: “padre, nosotros no tenemos nada qué hacer a Estados Unidos, pero no queremos regresar a nuestro infierno, no estamos amenazados, pero nos estamos muriendo de hambre, queremos una nueva vida. Si México nos dio oportunidad de entrar, vamos a buscar un empleo”.

Ante la gravedad de este problema, ¿no sería una buena oportunidad para el gobierno federal de contribuir y destacar los beneficios de una reforma migratoria integral a su contraparte estadounidense?

Sí, pero este tema lo he planteado siempre: es una cuestión regional. No es ni siquiera un tema bilateral, es también con los gobiernos de Centroamérica, sobre todo con países como El Salvador, Honduras, Guatemala, que están muy cómodos con las remesas, viven cómodamente a expensas de las remesas. No les interesa lo que les pase a sus ciudadanos en México. Esto tiene que ser una corresponsabilidad regional, nunca ha dejado de haber encuentros bilaterales entre México y Estados Unidos, el problema es que sólo tratan el tema de la seguridad.

Aunque a Estados Unidos le ha preocupado los derechos humanos en el país, a México le vale, México puede decir maravillas de sus leyes, que cumple los derechos humanos, pero lo que es cierto es que vivimos una gran crisis de derechos humanos y una de ellas son los migrantes. Están sufriendo tremendamente.

 

Migrantes sin acceso a la justicia

Desde hace muchos años, usted ha denunciado los abusos de agentes de Migración contra los migrantes, corrupción. ¿Qué cambios urgen en esta institución?

El mismo Instituto Nacional de Migración ha impedido el ejercicio de acceso a la justicia para los migrantes, así como el respeto a otros derechos fundamentales. Hace detenciones arbitrarias, los trata mal y los extorsiona. Migración está podrido y corrompido, no tiene remedio, para lo único que sirve es para cubrir la seguridad de Estados Unidos. Ha sido desastrosa su actuación en derechos humanos.

Sí se necesita una reunión bilateral, pero ya no más de lo mismo, se requiere un cambio cualitativo en este tipo de encuentros. Frontera Sur es instrumento que fue sacado de la manga, que está ahí y el comisionado Vargas asegura que no existe, pero bien que friega a los migrantes. Lo que deben hacer es quitar este plan desastroso y poner el Programa Especial de Migración. Este gobierno es muy contradictorio, incongruente, inconsistente y sin autoridad moral. La mejor prueba, tratándose de los migrantes, es el Programa Especial de Migración. Éste fue decretado en 2013 en el plan de desarrollo integral y es obligatorio de 2104 a 2018, es un programa que dice es un nuevo paradigma del trato a los migrantes que contempla como base el respeto a los derechos humanos. Es un programa obligatorio, no es optativo, lo dijo Enrique Peña Nieto.