Muchos pleitos y pocas propuestas

 

Nunca se miente tanto como antes

de las elecciones,

durante la guerra y

después de la cacería.

Bismarck

 

Carlos Alberto Pérez Cuevas

El país se encuentra inmerso en un mar de descalificaciones y agravios entre todas las fuerzas políticas; acusaciones de corrupción, hipocresía, conflicto de intereses y doble moral es lo que todos los días vemos en miles de spots que incluso usan un lenguaje subido de tono con palabrotas censuradas por un sonido que sólo deja escuchar las primeras letras de un lenguaje altisonante que no gusta.

Lo más lamentable de estas campañas donde todos pelean y se atacan es que están pagadas con recursos públicos, con dinero de los ciudadanos que ya están hartos y reaccionan con total indiferencia, muchos de ellos preferirían que ese dinero se utilizara para educación, salud, cultura o programas sociales, con lo cual yo coincido, y no es que diga que no se necesita dinero para las campañas de los candidatos, por supuesto que se necesita, pero aún no hemos explorado mecanismos que permitan que las campañas se financien con recursos privados, totalmente controlados en su origen lícito y en montos máximos por persona; esto no es nuevo, así son las campañas en Estados Unidos, los candidatos solicitan apoyos abiertamente a la ciudadanía y están obligados a transparentar y demostrar el origen licito de los recursos que obtienen, y así, colecta más dinero el que hace mejor campaña, mejores propuestas y el que más confianza da a los ciudadanos.

En algo similar debemos pensar para los procesos electorales en el futuro, un piso básico de recursos públicos, como piso parejo, y aspirar a que los candidatos se comprometan con sus electores y según sea el grado de compromiso de éste, los electorales aporten y se sientan parte de las campañas y los procesos; porque ahora, como están las cosas, todo es una total y absoluta simulación, las restricciones electorales y los supuestos controles de fiscalización son tan irreales que obligan a que la gran mayoría de los candidatos gasten dinero sin reportarlo y en muchas ocasiones rebasen los topes de campaña y usen dinero de procedencia ilícita, todo por debajo del agua y en un aparente proceso ciudadano fiscalizado y controlado.

A todo esto se suma el descontento por las acciones de gobernantes y autoridades que siguen cometiendo cada tropelía que abona en el descontento social y la altísima expectativa de que en estas elecciones del mes de junio tendremos el índice más alto de abstencionismo que haya vivido el país con lo que ganarán las estructuras partidistas y corporativas más consolidadas.

Apenas son dos semanas de campañas y los ciudadanos ya no quieren saber nada de ellas, aún faltan 50 días y millones de spots de radio y televisión por sufrir y hasta ahora hemos escuchado muy pocas propuestas; ojalá que los candidatos y sus partidos retomen el rumbo y dejen de gastar dinero en peleas y pleitos que no sirven a nadie.

 

@PerezCuevasMx

perezcuevasmx@gmail.com