148 muertos es el saldo final de la masacre en la Universidad de Garissa en el país africano de Kenia. 142 era estudiantes, 3 soldados y 3 policías. Alrededor de 587 alumnos lograron escapar pero cerca de una centena están siendo atendidos con heridas de bala en los diversos hospitales y clínicas de Kenia. El ataque fue perpetrado por el grupo terrorista islámico de Al Shabaab en donde también murieron cuatro integrantes de la milicia extremista.

¿Quién es Al Shabaab?

Es un grupo yihadista de jóvenes (Al Shabaab significa “La juventud”) que surgió en la guerra civil y del periodo de anarquía en Somalia en 1991 cuando depusieron al entonces presidente y dictador somalí, Siad Barre.

A la par de que se disputaba la Guerra del Golfo, Al Shabaab controlaba la capital de Somalia, la ciudad de Mogadiscio. En 2012, se unieron a las fuerzas de Al-Qaeda. Fuentes del gobierno indican que en la actualidad podría ascender a casi 9 mil militantes de esta organización criminal.

Su modus operandi indica que cada año se hacen presentes de alguna manera atacando a la población civil, especialmente si no son musulmanes.

Cabe mencionar que, de los 45 millones de habitantes de Kenia, con una superficie similar a los 4 estados mexicanos de Sonora Chihuahua, Sinaloa y Durango, el 83% son cristianos divididos entre protestantes y católicos. El resto son musulmanes y algunas minorías religiosas. Al Shabaab ataca predominantemente a los cristianos.

En 2013, atacaron a más de 200 personas en un centro comercial de la capital keniana, Naorobi, asesinando a 67 personas dejando 185 heridos de bala. En 2014, atacaron el poblado de Mpeketoni, asesinando a casi 50 personas.

¿Por qué atacaron a los jóvenes de la universidad?

Su modus operandi indica que cada año se hacen presentes de alguna manera atacando a la población civil, especialmente si no son musulmanes.

Cabe mencionar que, de los 45 millones de habitantes de Kenia, con una superficie similar a los 4 estados mexicanos de Sonora Chihuahua, Sinaloa y Durango, el 83% son cristianos divididos entre protestantes y católicos. El resto son musulmanes y algunas minorías religiosas. Al Shabaab ataca predominantemente a los cristianos.

En 2013, atacaron a más de 200 personas en un centro comercial de la capital keniana, Naorobi, asesinando a 67 personas dejando 185 heridos de bala. En 2014, atacaron el poblado de Mpeketoni, asesinando a casi 50 personas.

En 2015, tenemos la masacre de Garissa. Se considera que este ataque fue el mayor desde la rebelión de 1991 y puede ser una respuesta a los avances del gobierno por contener al grupo terrorista y de la aprehensión de varios de sus líderes.

Aunque en una nota de la Agencia Francesa de noticias AFP, del pasado 2 de abril, uno de los líderes de Al Shabaab dijo que el ataque “era una venganza en respuesta a todos los ataques que Kenia ha perpetrado en Somalia con la AMISOM” (Misión militar de la Unión Africana para restablecer el orden en Somalia, la mayoría de los soldados de esta misión son kenianos.)

En comunicados posteriores, Al Shabaab declaró que “la sangre keniana seguirá corriendo hasta que cese la opresión contra nuestros hermanos musulmanes en nuestra tierra”. Los militantes del grupo terrorista consideran que Kenya debería ser un país musulmán, como su vecino del sur, Somalia y buscan ser elegidos en contiendas electorales para estar al frente del poder en ese país.

Al Shabaab atemorizó a la población civil amenazando con ataques futuros en oficinas, casas, escuelas y universidades.

Historias de sobrevivientes

Abdirahaman Mohammed, el guardia de la universidad se preparaba para iniciar actividades a las 5:30 am cuando escuchó disparos. Posteriormente, un rebelde le disparó dos veces en el muslo de la pierna derecha lo que impidió que se levantase. “Pretendí desmayarme para que no me mataran” declaró ante una enfermera del hospital Level Five de la ciudad de Garissa.

Derek Rohot, estudiante veinteañero de ciencias de la computación, fue despertado por los disparos en su dormitorio. “Antes de entender lo que sucedía vi a unos encapuchados disparando a todo lo que se movía sin excepción. De alguna forma, entre los gritos y el desorden, logré escapar hacia el alambrado del colegio.” Derek tiene serias heridas en pies y manos dado que tuvo que escalar la reja de la universidad y salir por el alambrado de púas. “Pero esas heridas no significan nada, estoy vivo”, señaló ante medios del periódico keniata People Daily.

Otro sobreviviente anónimo dijo que quedó inmerso en la confusión de la balacera y que vio como varios cuerpos de sus compañeros caían a su paso mientras trataba de huir. “Me caí en un charco de sangre y me la embarré encima para parecer muerto”, finalizó.

Otro estudiante asegura que las víctimas eran discriminadas por la forma de vestir que se distinguía de los musulmanes o católicos.

La biblia salvó a otro estudiante, Gideon Nyabwengi, quien fue despertado por los disparos y los gritos en otros dormitorios. La puerta del suyo estaba cerrada, y escuchó al atacante gritar la consigna, en lo que consideró un perfecto dominio del idioma swahili, “abran la puerta si quieren morir.” Gideon tomo su biblia, y al ser el líder cristiano del grupo de estudiantes, abrió la puerta y les dijo “yo soy cristiano y si Dios dicta que hemos de morir hoy, que se haga su voluntad”, a lo que el rebelde respondió con un golpe mientras que los demás corrían. Al final, Gideon se escondió en uno de los baños que estaban en remodelación, y durante tres horas rezó. Después de eso, dice que ya casi no se escuchaban gritos y salió corriendo hacia la puerta principal de la universidad. Las autoridades policiacas de KDF (Kenya Defence Forces) lo detuvieron y fue entonces cuando se dio cuenta que estaba herido de bala en un brazo.

“He visto muchas cosas pero nada como esta masacre”, dijo Reuben Nyaora, un trabajador de la Cruz Roja Internacional. “Había cuerpos alineados a manera de paredón de ejecuciones, cuerpos con la cabeza destrozada por un balazo, heridas de bala por doquier, un desastre macabro”, finalizó.

El hijo del gobernador de Mandera, uno de los terroristas

Se reveló recientemente por la embajada de los Estados Unidos en Kenya que el autor intelectual de la masacre de Garissa estuvo a cargo de Mohamed Mohamud alias “Dulyadin” o “Gamadhere” y el gobierno ofreció 215 mil dólares por su captura. Muhamud tiene un amplio historial criminal en Al Shabaab y está dentro de la lista negra del crimen internacional.

También se filtró la información a través del Ministro de Gobernación de Kenia de que el hijo del gobernador de la provincia de Mandera, en donde se encuentra la ciudad de Garissa, había sido otro de los perpetradores.

El padre de Abdirahim Abdullahi dijo en entrevista telefónica con CNN el domingo 5 de abril que su hijo había desaparecido y que las redes sociales habían identificado a su hijo como uno de los atacantes. “Desde entonces no tengo contacto con él y espero que el gobierno lo encuentre pronto. He perdido la confianza en él”, dijo decepcionado Abdullahi Daqare, gobernador de la provincia de Mandera.

Al parecer, el hijo del gobernador se graduó como abogado en la universidad de Nairobi en el 2013 y había entrado a trabajar a un banco cuando se reportó desaparecido.

En tuiter #GarissaAtack puede encontrarse más información sobre la masacre.