El mejor destino es ser una estrella más

 

 

Humberto Musacchio

Sindicatos y colegios profesionales de la aviación mexicana han salido a protestar por los desatinos de la política aeronáutica, que parece diseñada por algún enemigo de nuestro país y de sus trabajadores, lo que ha ocasionado la desaparición de Mexicana y otras líneas aéreas, así como un desempleo masivo en el sector.

El Frente de Defensa de la Aviación Nacional ha expresado su preocupación por el Convenio Bilateral de Transportes Aéreos entre México y Estados Unidos, pues de ratificarse por el Senado en las actuales condiciones, “sin ningún tipo de salvaguarda”, se acentuaría la iniquidad que rige en el trato entre ambos países y la aviación mexicana quedaría en franca desventaja frente a su similar del otro lado de la frontera.

Los integrantes del Frente apoyaron con toda su fuerza al gobierno federal, en noviembre de 2014, pues antes las autoridades se comprometieron a incluir condiciones que aseguraran la equidad entre las partes y se abriera “la posibilidad de que cualquier aerolínea de México realizara alianzas profundas con aerolíneas de Estados Unidos”, por supuesto con los criterios establecidos por las autoridades.

En la negociación de 2014, las delegaciones de ambos países se comprometieron a garantizar las condiciones para concretar las llamadas alianzas profundas, en el entendido de que era una forma de contrarrestar las tendencias monopólicas de la actividad aérea, pues al asociarse, aerolíneas pequeñas o de tamaño mediano podían competir con los gigantes de la aviación.

Lamentablemente —dicen en reciente desplegado los integrantes del Frente— “en la última década hemos sido testigos de una falta de consistencia con el diseño de la política aeronáutica, que sumada a decisiones equivocadas ha ocasionado la desaparición de varias aerolíneas y con ello la pérdida de miles de empleos en el sector”.

El Convenio Bilateral sometido a la ratificación del Senado deja en la indefensión las líneas áreas mexicanas y a sus trabajadores, pues acepta una política de cielos abiertos sin adoptar las debidas precauciones o salvaguardas para evitar que los peces grandes se coman a los chicos.

Los profesionales mexicanos de la aviación no ignoran que hoy la competencia se desenvuelve en un entorno globalizado, pero al exigir equidad defienden el interés gremial y nacional, en lo que todos estamos de acuerdo, o casi todos, pues desde hace varios sexenios estamos gobernados por una casta de “gringos nacidos en México” (Monsiváis dixit), meros agentes del país vecino, quienes creen que el mejor destino para México es ser una estrella más de la bandera de allá. La actitud patriótica de los profesionales de la aviación merece el respaldo de todos los mexicanos que tengan los pies bien puestos en la tierra.