Que sean “ahorcados” los tres hermanos mexicanos González Villarreal, José Regino, Luis y Simón, junto con un malayo y un singapurense —detenidos por el delito de narcotráfico—, fue la “decisión unánime” del fallo emitido este miércoles por un juez en Putrajaya, capital administrativa de Malasia. Sin embargo, aún les queda un resquicio legal y el recurso de pedir el indulto real al Sultán, señaló el embajador de México en Malasia, Carlos Félix.
El embajador, explicó en entrevista con Milenio, que la solicitud de clemencia —que podría tomar entre 2 o más años—, se haría a una Junta de Perdones con argumentos humanitarios y “emitiría una recomendación al sultán, sin embargo, el sultán es un monarca soberano que podría aceptar o rechazar esa recomendación”.
Los hermanos Luis Alfonso (47 años), Simón (39 años) y José Regino (37 años), originarios de Culiacán, Sinaloa, fueron detenidos en una fábrica el 4 de marzo de 2008, por una operación de agentes de la brigada antinarcóticos en malasia en la ciudad de Johor, incautando más de 29 kilos de metanfetaminas, una alijo valorado en 15 millones de dólares.
Los acusados han reiterado que eran empleados de la limpieza en la fábrica y que no sabían que allí se producía droga. Los González Villarreal, de origen humilde, han detallado que llegaron a Malasia a buscar trabajo y que en su tierra se dedicaban a hacer ladrillos.
La defensa de los González Villarreal trató en la sesión de este miércoles de frenar la condena argumentando que las evidencias del caso habían sido manipuladas. El abogado sostuvo que antes de ser analizada por los expertos hubo variaciones en la cantidad, el color y la naturaleza química de la droga con la que fueron arrestados. El argumento fue rechazado.
Según el diario El País, la cancillería mexicana argumentó después de darse a conocer la sentencia que “lamenta la imposición de la pena de muerte a los hermanos González Villarreal y, con pleno respeto a la legislación interna de Malasia, ratifica su posición contraria a la aplicación de la pena de muerte”.
Durante el juicio, los mexicanos fueron acompañados por dos familiares que llegaron desde México. Según el reporte in situ de un reportero mexicano, los hermanos estaban tranquilos.