Posibles presiones inmobiliarias

 

El desarraigo es quizás el peor castigo

que puede recibir en su humanidad una persona.

Juan Carlos Monedero

José Alfonso Suárez del Real y Aguilera

En marzo de 1990, la toma del Edificio Balmori por más de cien artistas plásticos —comandados por Aldo Flores y concebida en el Salón des Aztecas— marcó el devenir de la colonia Roma al provocar la apuesta vecinal a favor de la cultura como aglutinante social de una zona inmisericordemente golpeada por los sismos de 1985 que defendía su arraigo vecinal a pesar de las circunstancias y las dificultades.

Esta provocación creativa preconizó el impulso del corredor cultural de la colonia Roma iniciado por la recuperación de la Casa Lamm y la apertura de las galerías que poco a poco fueron confiando en un proyecto común de desarrollo urbano corresponsable, en el que el uso de suelo resultaba fundamental a una estrategia vecinal concebida por el Movimiento Pro Dignificación de la Colonia Roma, la cual se sustentó en garantizar los equilibrios de usos de suelo en aras de fortalecer la vocación vecinal de la zona.

En ese contexto, el uso del camellón de la avenida Álvaro Obregón para la ubicación de un tianguis cultural que combinara la oferta plástica con la de antigüedades se consideró propicio para la recuperación de ese paseo durante los fines de semana.

Desvirtuar y saturar este enclave comercial por parte de la administración delegacional provocó el hartazgo vecinal y ello fue aprovechado para imponer criterios urbanos ajenos a los usos sociales de los “romanos”, a quienes, primero, les desaparecieron el tianguis cultural y sospechosamente les escamotean el tianguis dominical del jardín Pushkin.

No queremos pensar que la unilateral decisión de reubicar este tradicional centro de acopio a las calles de Niños Héroes en la vecina colonia de los Doctores se inscriba en las presiones inmobiliarias que se están registrando en ese barrio al que, al parecer, se le tiene reservado otro misterioso destino, esbozado por el secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, el arquitecto Felipe de Jesús Gutiérrez Gutiérrez, para quien la otrora colonia Hidalgo es un espacio decadente, descalificación que prefigura la gentrificación de la zona en detrimento del arraigo vecinal que la caracteriza.

Como establece el ideólogo del movimiento Podemos, el español Juan Carlos Monedero, quienes determinaron desarraigar este hito comunitario infligen a los vecinos uno de los peores castigos que puedan recibir de parte de quienes con esa decisión demuestran su supina ignorancia, al desconocer que desde la autorización otorgada por el Ayuntamiento de la ciudad en 1902 al fraccionador de la Roma, William Orrin, puntualmente se asignó el lote 20 del fraccionamiento —justo en donde se ubica el jardín Pushkin— “para mercado u otro servicio público”, histórico argumento que al inicio de los años noventa sustentó la determinación de reubicar ahí el tianguis de las calles de Chihuahua, recuperando con esa consensuada decisión de gobierno, la función social original de ese espacio público de la colonia Roma.