POR LOS CAMINOS DEL SUR
Miedo y desconfianza en Guerrero
Manuel Nava
Acapulco, Gro.- Los hechos que se desencadenaron en Guerrero sólo pueden interpretarse como los pasos que aproximan a la anulación del proceso electoral en esta entidad.
Podría argumentarse, con las reservas del caso, que hay hechos que figuran como cortinas de humo, dadas ciertas contradicciones que se palpan en versiones vertidas (los supuestos atentados a personajes políticos, como el caso del candidato a gobernador de Guerrero por Movimiento Ciudadano Luís Walton Aburto, y de Juan Mendoza, candidato perredista a la alcaldía de San Miguel Totolapan), sin embargo, éstas cumplen un propósito, sembrar la desconfianza y el miedo.
El escenario más delicado es que se logre generar la ingobernabilidad que ponga en duda la realización de los comicios el domingo 7 de junio; se produzcan anomalías en más de un 20 por ciento de las casillas, sea mediante el robo de urnas o impidiendo la votación o que se argumente que las condiciones en que se realizarían los conteos, harían poco creíbles los cómputos.
Chilapa en realidad perdió la tranquilidad que tenía como municipio distante de las capitales políticas y económicas del estado (Chilpancingo y Acapulco). La apacible vida semirrural del municipio se vio rota hace poco más de un año.
El asesinato de Ulises Fabián Quiroz, candidato a la alcaldía de Chilapa, Guerrero, por la alianza PRI-PVEM, ocurrido el 1 de mayo en la comunidad de Atzacoaloya, es sólo un eslabón de una larga cadena de hechos violentos que se vive en el municipio.
Chilapa tiene 20 mil habitantes, está en la zona centro del estado, y es estratégico porque se localiza como paso a la región de La Montaña. Uubicado a 54 kilómetros de la capital, Chilpancingo, tiene el mercado de artesanías y el Centro de Comercialización Agroindustrial que son el punto de encuentro de miles de indígenas que bajan de varias comunidades para abastecerse.
Quizás el antecedente más inmediato se ubique en lo ocurrido el 8 y 9 de julio del 2014. El enfrentamiento ocurrido esos días en los que sicarios del grupo criminal Los Ardillos ingresaron en la cabecera municipal constituyó una abierta declaración de guerra por la disputa del territorio al grupo contrario, Los Rojos. Al final de esa jornada de dos días violentos, se contabilizaron 12 muertos y cinco heridos.
Ildeberto Meneses, integrante de Los Rojos fue secuestrado el pasado 18 de julio y exhibido en el video hablando de supuestas ligas de un grupo con el alcalde Francisco Javier García. Después, aparecieron otros videos del grupo contrario con choferes de transporte público a quienes acusan de trabajar con Los Ardillos. Luego, se publicó una propuesta de intercambiar rehenes.
Días después, en un comunicado, el priista se deslindó: “niego cualquier nexo, si me van a señalar que lo hagan por la vía jurídica, estoy abierto a cualquier investigación”.
Sin embargo el alcalde llamó a la población a no salir por las noches de sus casas. “Tenemos un problema latente puesto que aquí hay dos grupos delincuenciales que al parecer se están peleando el municipio para llevar a cabo acciones de su competencia”.
El 4 de agosto de 2014, Alan García Álvarez, hijo del alcalde de Chilapa de 22 años fue atacado a balazos.
Atentados y confusiones
Francisco Javier García Gonzáles, alcalde de Chilapa, aseguró que el atentado contra su hijo fue producto de una confusión, descartó que el hecho tenga relación con los sucesos de violencia acontecidos en días pasados en la demarcación a su cargo, “pues sus agresores al darse cuenta de que se trataba de un turista, lo condujeron hasta un punto de fácil localización y se reportó su ubicación de manera anónima”. Fue la única postura que se conoció al respecto.
Al cumplirse un mes de los hechos de Iguala que culminaron con el asesinato de personas y la desaparición de 43 normalistas de Ayotozinapa, fueron localizados 11 cuerpos decapitados y semicalcinados en la comunidad de Ayahualulco, del municipio de Chilapa, en la región de la Montaña Baja de Guerrero.
De acuerdo con información oficial, el hallazgo se realizó a raíz de una llamada al servicio de emergencia 066, que reportó que sobre el camino de terracería ubicado a 100 metros de un módulo de policía estaban los cuerpos; a un lado se encontró un mensaje, cuyo contenido no se dio a conocer. Dos días después cinco cuerpos mutilados y quemados en el estado sureño de Guerrero, en la misma zona donde un par de días atrás se hallaron 11 más decapitados.
Después de ello Chilapa se tornó en un conjunto de comunidades fantasmas. Casi la totalidad de escuelas en las comunidades de Ayahualulco, Colotlipa, Atzacualoya y Tlanicuilulco fueron cerradas. A esas localidades ya no hay camionetas de trasporte público.
Las rutas de transporte se perdieron, porque civiles armados vigilan los caminos, y no permiten el paso de vehículos particulares ni privados, de Chilapa a Atzacualoya, a Quechultenango, ya no hay rutas del transporte público, y aunque hubiera, ya la gente tuvo mucho miedo de circular por ellas.
El miedo anda suelto
“Se cierra a las 8 pero ya desde las 6 no hay nadie”, dijo un comerciante establecido en el zócalo de Chilapa. Su rostro compungido entristeció más al decir: “casi no hay ventas, todo se ha venido abajo.”
“Ya todos saben pero no hacen nada, se dice que el alcalde es de los malos, los soldados traen cola, a algunos compañeros los han amenazado, otros lo hacen por dinero pero tienen que andar siguiéndolos; ‘ya van para allá los Grillos, ya van por acá’, les avisan a los malos.”
El deterioro de las condiciones de seguridad en Chilapa, de entonces a la fecha, es persistente. El miedo ya no ataca a sus pobladores sino que también impacta a los candidatos del proceso electoral en curso.
José Santos Valdivia, quien fuera suplente en la planilla de la alianza PRI-Verde para la alcaldía del municipio de Chilapa, declinó continuar en el proceso electoral.
Cuauhtémoc Salgado Romero, dirigente estatal del PRI, confirmó que Santos Valdivia decidió no continuar participando por el temor generalizado que existe entre diversos actores políticos, ya que sus abanderados no han podido ingresar en comunidades de cinco municipios por ser inseguras.
En un comunicado, el PRI en el estado señaló que se determinó que la nueva planilla electoral municipal estará conformada por Jesús Parra García, experredista, como candidato a la presidencia municipal y el suplente aún está pendiente de designar.
Cuauhtémoc Salgado Romero, presidente del PRI estatal, advirtió que el asesinato del candidato del PRI-Partido Verde, Ulises Fabián Quiroz García, a la alcaldía de Chilapa, registrado el viernes pasado, pone en riesgo las elecciones en la zona, al asegurar que priva entre la comunidad “el miedo y la zozobra”.
No debe perderse de vista que desde el 2012, el cartel Jalisco Nueva Generación ha tenido incursiones esporádicas a Guerrero. En 2013 se dio un intento formal por arrebatarle a Los Caballeros Templarios sus bastiones en las regiones de Tierra Caliente y la Costa Grande. Para ello, el cartel Jalisco Nueva Generación formó una alianza con la organización de Los Granados y con algunas células ligadas al exalcalde de Petatlán, Rogaciano Alba, el cual ha sido asociado del cartel de Sinaloa, desde hace varios años.
Son rumores, son rumores
Por la mañana del 3 de mayo en diferentes puntos de la ciudad de Chilapa aparecieron pintas en las que se acusó a Miguel Cantorán Gatica, candidato del PRD a la alcaldía de ese municipio, del asesinato de su oponente Ulises Fabián Quiroz.
“Miguel Cantorán, ¡mataste a Ulises!”, “PRD asesino, mataste a Ulises”, “Miguel Cantorán, traidor”, textos que también fueron replicados en algunos puntos del centro y la periferia de Tlapa de Comonfort, en la región de la Montaña.
El 5 de mayo circularon versiones de que un comando fuertemente armado sacó de su casa a Juan Mendoza Acosta, candidato del PRD a la alcaldía de San Miguel Totolapan en la región de Tierra Caliente. Otras personas más habrían sido secuestradas.
Carlos Navarrete comunicó a través de su cuenta de Twitter que un grupo armado había secuestrado al candidato, así como a dos de sus acompañantes, y pidió a las autoridades estatales y federales una pronta intervención. Guadalupe Acosta Naranjo y Jesús Zambrano se unieron al llamado para que aparezcan sus compañeros.
Miguel Ángel Godínez, procurador del estado, dijo a medios locales que Mendoza Acosta nunca estuvo secuestrado y que todo fue una confusión pues se encontraba haciendo sus actividades y por un momento no pudo ser localizado por su familia. Fue la esposa de Juan Mendoza quien solicitó el apoyo de las unidades móviles porque, según ella, lo habían levantado.
Minutos después fue el propio Mendoza Acosta quien desmintió el secuestro en su página oficial de Facebook y aseguró que se encontraba bien.
No obstante, Acosta Naranjo salió en una oportunidad para decir simplemente que ya se encontraba bien.
“Únicamente me quitaron mis pertenencias”, dijo el perredista en entrevista con medios de televisión nacionales.
Tal contradicción podría ocultar las condiciones de su liberación o bien sería una cortina de humo para atajar la oleada de acusaciones que se tejieron contra Miguel Cantorán.