Entrevista a Bernardino Esparza/Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle
Santiago I. Soriano Condado
En entrevista con el periodista Jorge Ramos, con su típico acento norteño, hosco y echado para delante, el candidato independiente a la gubernatura de Nuevo León, Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, mejor conocido como el Bronco, afirma que él se fue del PRI “porque me harté de él”.
Pero, ¿por qué el Bronco? El hombre que se hizo y formó como político en el Revolucionario Institucional por más de 30 años y que hace menos de uno renunció a su militancia asegura que el mote se debe a su gusto por los caballos y, además, “soy un potro que no se deja domar”.
Como priista, el ciudadano cansado que hoy afirma ser no denunció un solo abuso del partido en el poder, no se manifestó en contra del gobierno y sus formas (las que hoy crítica); el potro indomable lo fue hasta ahora que encabeza junto a Ivonne Álvarez la carrera por la gubernatura de Nuevo León, el estado que aporta más del 7% al PIB nacional, sólo detrás del Distrito Federal y el Estado de México.
Y, ¿a qué se debe la popularidad de Rodríguez Calderón? Botas, sombrero, montado a caballo, cercano a la gente y “lejano” de los políticos, con un discurso basado en las obvias necesidades de la ciudadanía y exaltando la corrupción, los desfalcos y la endeble administración que aún encabeza Rodrigo Medina, es como el Bronco se abrió paso entre el gusto de la gente.
Gente que está cansada y quiere un cambio. Gente que, sin embargo, no confía en el PAN pues Felipe de Jesús Cantú está en el tercer lugar de las preferencias electorales rumbo al 7 de junio.
Así, Nuevo León tiene a su propio Vicente Fox, un priista desertor para sacar al PRI gobernante del palacio de gobierno en Monterrey. Parece que el norte volvió en el tiempo 15 años.
Los independientes
En entrevista para Siempre!, el miembro del Sistema Nacional de Investigadores, el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, el doctor Bernardino Esparza pone en claro la figura del candidato independiente.
“Surgen tras una reforma constitucional donde ahora los ciudadanos, cansados un tanto de la imagen de los partidos o de los partidos como tales, tienen la opción de irse “por la libre” y acudir frente al INE para que los formalice como candidatos a un cargo de elección popular”, aclara el también investigador del Conacyt.
Además, ante el cuestionamiento de si estos candidatos caminan en el límite de la ley electoral, el profesor indica que caminan por una reforma constitucional, por una legalización de la propia Ley General de Instituciones y Procesos Electorales con esa reforma de mayo del año pasado, también a la Ley General de Partidos Políticos, por supuesto, y esto hace que ellos caminen por una legislación aprobada por el Congreso”.
Para Esparza, los candidatos independientes tienen una indiscutible responsabilidad y forman parte, con estas nuevas reglas, de la formalización y en parte de la consolidación de la democracia. Es una figura nueva que pocos conocen pero que ahí está.
Libertad de colores
Sin embargo, pese a que la legislación electoral contempla reglas para las candidaturas independientes, éstas no son completamente libres y representan otros intereses partidistas.
“En algunos casos sí (los candidatos independientes tienen un doble juego); recordemos que en campañas electorales, tanto los partidos como sus candidatos tienen que marcar una estrategia política y esto hace que los independientes tengan la idea de declinar a favor de un candidato o de un partido. Esto no debería ocurrir, deberían adentrarse en la arena “no-política” y luchar por su candidatura, ser independiente como lo dicta la ley: sin favoritismos o motivados por intereses políticos, como restarle votos a otros partidos, por ejemplo”, señala Bernardo Esparza.
Votan por la persona
Las candidaturas independientes cobran relevancia por lo visto en Nuevo León donde Jaime Rodríguez, el Bronco, es uno de los punteros de cara al 7 de junio. Pero surge la duda: ¿votan por el candidato, castigan al gobierno o estamos ante un caso de nuevo populismo?
“Independientemente de el Bronco o de los candidatos, lo que he visto durante las elecciones junto a los electores —que son quienes al final de la jornada dan un triunfo o la derrota en las urnas— votan mucho por la persona”, puntualiza el doctor Bernardino Esparza.
Asimismo, hace hincapié en la ciudadanía pues “pocos votantes son los que indagan en las plataformas electorales. Recientemente el INE estableció las plataformas de cada partido, pero pocos las conocemos, es decir, qué hacen, qué van a hacer, qué políticas van a instrumentar o están instrumentando en sus campañas. En caso de que ganen, cuáles son los compromisos que adquirirán en sus planes de gobierno, etcétera”.
Esto, según el especialista, “desvirtúa las campañas y los procesos electorales”.
El “efecto Fox”
El caso de Nuevo León puede ser denominado el “efecto Fox”, donde la gente elige a un político distinto sólo porque existe hastío, descontento y, en general, un deseo de alternancia donde no importa quién llega sino más bien quién se va. De ahí, el beneficiado resultaría ser Rodríguez Calderón.
Para el doctor Esparza, efectivamente eso ha pasado.
“En las elecciones de 2000 el PRI pierde la Presidencia de la República ante el PAN (y esto podría pasar en Nuevo León). Finalmente, el ciudadano está cansado de muchas actitudes de los políticos que gobiernan pues no ven resultados rápidos”.
El beneficio para el Bronco surge a partir de que “la gente quiere ver acciones, no promesas. Quiere que al día siguiente de que empieza un nuevo gobierno se le ponga energía eléctrica, que se renueve el alcantarillado, que se pinten las calles, que se les dé buena educación, mejores servicios de salud, etcétera, pero lo quieren pronto, a partir del cansancio, del hartazgo de tantas promesas incumplidas”.
La declinación, estrategia política
Pese a que en un principio el otrora candidato a la gubernatura de Nuevo León por Movimiento Ciudadano, Fernando Elizondo Barragán, negara declinar a favor del independiente Bronco Rodríguez, esto terminó por ocurrir.
El doctor Bernardino Esparza da una lectura al hecho.
“Es una estrategia, una estrategia política donde habrá que valorar cuáles son los acuerdos entre ellos (Elizondo y el Bronco), cuáles son los favoritismos que se otorgarán en caso de que Jaime Rodríguez triunfe, quiénes se integrarán en su posible gobierno de la gente que viene atrás de cada uno, como en el caso de Fernando Elizondo. Hablamos específicamente de cargos públicos.”
Por lo que advierte que “la gente de Nuevo León tendrá que valorar cuáles son los acuerdos mutuos para poder definir esta declinación”, además de aclarar que esta declinación no le resta independencia a la candidatura de Jaime Rodríguez pues “ellos están dentro de la arena política y estas declinaciones ya las hemos visto antes. Prácticamente esta circunstancia se viene dando con fines de estrategia política: tú declinas, me traes a tus votantes”.
¿Cambiarle el juego a los independientes?
De ganar la elección el próximo 7 de junio, el caso de Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, el Bronco, sería inédito, algo histórico, y daría pie a pensar en una nueva reforma electoral que pusiera mayores obstáculos a dichos candidatos con el fin de no representar una amenaza para los partidos políticos.
Sobre esta posibilidad, Bernardino Esparza opina que “cada que hay una elección se plantea la idea de que hay que reformar las leyes en materia electoral; esta última fue en 2014, la anterior a ésta fue en 2007 y ahora se está echando a andar la más reciente y ya se está hablando de que también tiene que cambiarse”.
“Antes de pensar en reformar para valorar la figura de los candidatos independientes”, considera, “primero se tiene que reformar la constitución para poder cambiar, en caso de que no les esté funcionando, este tipo de democracia que tenemos.”
Las instituciones ganan
En caso de consumarse el triunfo de el Bronco, otro beneficiado serían las autoridades electorales, pues no perderían crédito, ya que habrían formado parte del juego de la democracia mexicana, la cual aún está en proceso de consolidación, según el maestro Bernardino Esparza.
“Aún nos falta mucho para consolidar la democracia con hechos, como simplemente reconocer un resultado adverso de forma inmediata y comenzar a trabajar, sin caer en cuestiones de impugnar resultados, deslegitimar a los adversarios, etcétera. Falta madurez política, valores políticos y demás cuestiones que debemos aprender de países consolidados democráticamente”, subraya.
Razonar el voto
Por último, el también catedrático exhorta a “que la gente razone su voto y sepa por quién lo estará haciendo. Que la figura como persona es importante, pero también hay que conocer los compromisos de la campaña y las plataformas electorales, así como sus planes de gobierno que pretendan los candidatos lograr. Me sumo a la ciudadanía: quiero que los gobiernos tengan resultados rápidos”.
