BERNARDO GONZALEZ SOLANO

Madrid.-El Primero de Mayo de 2015 —o Día Internacional del Trabajo cuya primera versión se dio el 1 de mayo de 1886 cuando miles de trabajadores salieron a las calles de Chicago (EUA) para exigir una jornada laboral de ocho horas, pues lo acostumbrado en aquel tiempo eran 10 y 12 horas de trabajo– no pasará a los anales del sindicalismo de las principales capitales europeas, ha sido la peor movilización obrera desde los inicios del nuevo siglo. La “discreta celebración” ha reavivado el debate sobre los sindicatos y su papel en la economía del Viejo Continente— discusión que bien puede hacerse extensiva a México donde “nuestros entes sindicales” no cantan mal las rancheras— surgida tras la gran crisis de la última globalización.

Hace 129 años, la American Federation of Labor (AFL) planteó la idea de “ocho horas para trabajar, ocho horas para la casa y ocho horas para dormir”; además, se fijó el 1 de mayo como una jornada de reivindicación laboral internacional y miles de obreros estadounidenses  secundaron una huelga general que se alargó durante varios días con gran violencia; hubo muertos entre la huelguistas y los policías; cinco obreros fueron condenados a cadena perpetua. Los enfrentamientos terminaron cuando varios sectores industriales aceptaron la jornada laboral de ocho horas. Esa es la historia. Ahora, se da el caso que en Atenas, Grecia (la empobrecida a punto de la bancarrota), el titular del ejecutivo Alexis Tsipras salió el pasado viernes primero a la calle para pedir el fin de la política de ajustes impuesta por la Unión Europea a su país, convirtiéndose así en el primer gobierno heleno en sumarse a los ciudadanos en el desfile del Primero de Mayo. Bien decía mi abuelo:”Bernardo, las cosas ahora ya son muy diferentes”. Tenía razón. Este 1o. de Mayo no pasará a la historia de las reivindicaciones sindicalistas.

La jornada “obrera” solo registró disturbios en Estambul, Turquía, donde la policía impidió el acceso a las principales plazas  de la ciudad para evitar brotes de violencia durante la celebración del Primero de Mayo. No obstante, los manifestantes lanzaron piedras a los agentes que respondieron con gases lacrimógenos y cañones de agua contra la multitud y detuvieron a unas 150 personas. Mientras que en la ciudad germana de Weimar, aproximadamente medio centenar de neonazis irrumpieron en una concentración sindical; asaltaron la tribuna, le quitaron el micrófono al orador y provocaron un tumulto en que salieron heridas cuatro personas. Y en Rusia –la vieja URSS, la Unión de los países comunistas–, las huelgas se multiplican en el viejo imperio de la hoz y el martillo golpeado por la crisis, en un país sin diálogo social, los trabajadores no tienen a la mano mas que la huelga para mantener sus condiciones de trabajo o simplemente para que se les paguen sus salarios. El país de “la lucha por el proletariado” pasó a la historia. Sic transit gloria mundi…En el resto de las capitales europeas el festejo pasó sin pena ni gloria.

Como paradoja de la cruda realidad y de la crisis económica que afecta al mundo, la prensa parisiense del 1 de mayo informa que la lujosa y cara marca suiza Piaget, para festejar sus 25 años de fabricante del icónico anillo “Possession”, inaugura en París –rue de la Paix # 7– su boutique más grande del mundo. Cualquier cosa que esto signifique, solo hay que tomar en cuenta los cálculos de la banca helvética que señala el monto de los negocios de Piaget en 680 millones de francos suizos. La eterna paradoja: los pobres y los ricos. ¿De cuál crisis económica hablamos en el Día del Trabajo?

Mientras centrales sindicales y otros grupos obreros se preparaban para recordar el Día del Trabajo, en el norte de Italia, en la capital lombarda, en la histórica Milán, estaban de fiesta, con motivo de la inauguración de la Exposición Universal 2015 –concedida a Italia desde siete años antes en París, en 2008–; el bautizo del evento tuvo lugar en la noche del jueves 30 de abril, en la plaza del Duomo con un concierto en el que tomaron parte el cantante ciego Andrea Bocelli, el pianista Lang Lang y la orquesta y coros del Teatro de la Scala. La fecha se había cumplido y no todas las instalaciones estaban terminadas pese al trabajo de nueve mil obreros que laboraron día y noche en los últimos meses. Otro milagro a la italiana. Lo que falta se hará poco a poco. El evento durará seis meses, desde el 1 de mayo hasta el 31 de octubre. Los organizadores esperan veinte millones de visitantes que ingresarán diez mil millones de euros, la mitad aportados por empresas extranjeras. Se calcula crear 19,000 puestos de trabajos en el interior de la Expo cuyo lema es: “Alimentar el planeta. Energía para la vida”. Participan 145 países, tres organizaciones internacionales y 16 ONG.

Desde sus inicios, el proyecto ha sufrido muchos sobresaltos desde el derroche, los sobrecostos y otros actos de corrupción, incluida la mafia, con varios detenidos de algunos partidos políticos. La prensa italiana informó de que el Palacio Italia, símbolo de la exposición, contaba con un presupuesto de 40 millones de euros, al final costará 100 millones de euros. Pese a todo, el primer ministro Matteo Renzi inauguró la gigantesca exposición: “Hoy comienza el mañana de Italia” , dijo, con el ánimo evidente de colocar a la capital de Lombardía y a Italia en el centro del mundo. Sus buenos deseos se vieron empañados por actos de militantes antisistema y Black Block —el grupo radical de encapuchados Bloque Negro, que engloba violentos anarquistas, anticapitalistas y antiglobalización— que hicieron frente a la policía con piedras, bombas de humo y cocteles  molotov. Se calculan más de medio millar de violentos antisistema, de entre 30 y 57 años de edad, procedentes de Alemania, Francia, Grecia, España.

Los embravecidos manifestantes del Bloque Negro convirtieron el centro de Milán en un campo de batalla con tácticas de guerrilla urbana: decenas de automóviles en llamas, así como comercios y sucursales bancarias también incendiados o destrozados. Hechos que recuerdan algunos sucesos del México reciente. Lo que significa que en el  Latium vetus (el Lacio antiguo)  también “hace aire”. Los fiscales analizan si los encapuchados cometieron el delito de “devastación”, que se castiga con una pena de reclusión  entre ocho y quince años. Además es posible aplicar medidas legales contra los infractores para que paguen por los daños morales y materiales. Para cinco detenidos (de un total de 22), tres hombres y dos mujeres, se solicitó la detención preventiva en la cárcel. También se investiga a otras 14 personas, de nacionalidad italiana, detenidos tras los disturbios. La tarea de investigación apenas empieza pues son muchas las filmaciones de cámaras, vídeos y fotos para identificar a los que tomaron parte en los ataques.

La investigación será larga, pues es posible que haya más detenciones, aparte de que la opinión pública ha empezado a criticar a las autoridades por no haber tomado mayores providencias pues de antemano se sabía de las posibles incursiones de los Black Block y de otros grupos afines. Al respecto, Alessandro Pansa, jefe de la policía, dijo a la prensa que la estrategia oficial  era evitar lo peor: “la Expo no podía mancharse de sangre, ni de los manifestantes ni de las fuerzas de orden”. Se sabía, dijo, gracias a los servicios de inteligencia que el propósito de los subversivos era “provocar daños muchos mayores, intentando llegar a la Plaza del Duomo y a la Scala para destruir los símbolos de la Exposición”, razón por la cual Milán estuvo blindada con más de tres mil agentes.

Mientras tanto, Milán se apacigua, los comerciantes afectados reparan los daños a sus negocios pero la oposición critica con fuerza al gobierno, sobre todo al ministro del interior, Angelino Alfano a quien piden la  renuncia, pues argumentan que pudo hacer mucho más para evitar los disturbios, ya que las autoridades sabían del arribo de grupos procedentes de varias partes de Italia y de otros países europeos.

Matteo Renzi salió al paso de los sucesos y declaró a la prensa local: “Los italianos saben de qué parte estar. Han intentado reventar la fiesta, pero cuatro escandalosos hijos de papá no lograrán empañar la Expo. Milán es mucho más fuerte de lo que ellos piensan”.  Giuliano Pisapia, alcalde de la ciudad, abundó: “Fue una jornada muy bella arruinada por idiotas”. Al día siguiente los propios milaneses se rebelaron contra la violencia y con orgullo cívico limpiaron las calles. Pisapia informó:”Milán se levanta”.

Aparte de los discursos de la alta jerarquía italiana, el Papa Francisco intervino en la inauguración de la Exposición Universal con un mensaje directo transmitido en una enorme pantalla que vieron y escucharon los presentes. El sucesor de Pedro, el que llegó del fin del mundo, tomó la palabra como la “voz de tantos pobres que con dignidad quieren ganarse el pan con el sudor de su frente”.  Ante una exposición centrada en “Alimentar el planeta”, el pontífice argentino descendiente de italianos, pidió que ese objetivo “no se quede solo en un tema, sino que vaya acompañado por la conciencia de los rostros de millones de personas que hoy tienen hambre, que hoy no podrán comer de modo digno”.

Jorge Bergoglio Sívori, el Che Papa, recordó “una presencia escondida pero que debe ser la verdadera protagonista del evento: los rostros de los hombres y mujeres que tienen hambre, que enferman y que incluso mueren a causa de una alimentación insuficiente o nociva”. Sereno y sin reproches, el Papa recordó –en un mundo en el que 800 millones de personas (el 11% de la población mundial) pasan hambre– que “el gran desafío al que Dios llama a la humanidad del siglo XXI es dejar por fin de abusar del jardín que Dios nos ha confiado, para que todos puedan comer de sus frutos”.

En fin, para un deslucido Primero de Mayo (Día del Trabajo casi en todo el mundo), no fue poco. VALE.