El reto, la transformación

Viridiana Vega y Santiago Soriano

 

—II y última—

 

En días recientes, en Facebook circulaba un video que muestra a un grupo de jóvenes de Xochimilco, de diferentes barrios y colonias, que se organizaban para retirar la propaganda electoral que tapiza sus calles, como la que está colocada en los puentes o debajo de estos, lugares prohibidos por la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, publicada en el Diario Oficial de la Federación en mayo de 2014.

Bajo las consignas “Nos faltan 43” —en referencia a los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa— y “No más basura electoral”, los jóvenes denuncian en el video “la ignorancia y el cinismo electoral”; en éste, además, se observa a varias personas del PAN cuestionando las acciones de descontento ante la contaminación visual provocada por las campañas electorales que proponen nada.

Ésas que forman parte del actual proceso electoral en el que podrán participar casi 78 millones de ciudadanos, de los cuales 22 millones 995 mil 612 son jóvenes, para renovar el poder legislativo y en algunos estados donde se elegirá gobernador: Baja California Sur, Colima, San Luis Potosí, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, Campeche y Sonora.

Los jóvenes “están muy alejados de los partidos, porque al igual que el resto de la población tienen dudas, no ven ningún resultado en concreto en sus vidas”, señaló en entrevista para Siempre! el exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral, hoy INE, el doctor Luis Carlos Ugalde.

Yaninne, por su parte, que es recién egresada de la Universidad y acaba de insertarse en el mundo laboral, afirma que “estamos sedientos ya de un cambio, pero no un cambio de candidatos sino un cambio de todo el sistema. Un cambio de los partidos porque realmente todo está sucio desde hasta arriba”.

La encuesta sobre la Cultura Política de los Jóvenes en México que realizó el Colegio de México en 2012, arrojó que para el 10.7% de los encuestados votar no sirve para nada mientras que el 28.1% respondió que esto sirve para que mejoren las condiciones de vida; un 24.9% opina que sirve para que haya más justicia social y el resto, para exigir a los políticos que cumplan sus promesas (14.1%) y para combatir la violencia y la inseguridad (5.8%).

 

El voto no es la única vía de participación

“¿Para qué nos llama la política o para qué asistir un domingo a votar si no se pueden transformar las cosas, si todos los partidos son corruptos, con mecanismos más o menos autoritarios, que responden a élites globales, empresariales y políticas?” Ése es el reto, sobre todo para los jóvenes, de cómo transformar tal situación, expresa Zamná, estudiante de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

“Algunos pensamos que también la vía electoral es algo a lo que no se puede renunciar, sin embargo, las luchas sociales, los movimientos altermundistas o de carácter local también tienen que acompañarla”, agrega el estudiante.

El comportamiento de los jóvenes es impredecible proceso tras proceso. En una elección podrían votar por algún partido o político y a la siguiente contienda electoral por una coalición; al final persiste en ellos el descontento hacia los políticos y las instituciones del país.

“No podemos decir que todos los jóvenes van a votar, no podemos hacer una generalización, sino decir que los jóvenes en plural van a participar de diferentes formas en los procesos electorales”, asegura el investigador del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, el doctor Juan Pablo Aguirre, respecto a las próximas elecciones intermedias.

Para el doctor Aguirre, los jóvenes están presentes en las elecciones, pero también algunos se involucran en la política a través de organizaciones no gubernamentales, al tener interés por temas de ecología, de empleo, de desarrollo social, así como en organizaciones religiosas o deportivas. La participación electoral no es la única vía, coincide.

El descontento político de una parte del sector joven se ha expresado a través de las manifestaciones. El doctor Ugalde considera que no se trata de un fenómeno masivo que está protestando en las calles, “es un grupo muy segmentado quienes lo hacen y qué bueno que lo hagan, pero no son representantes de la juventud ni del país”.

 

Ellos podrían cambiar el escenario político

El profesor Nicholas Maher, de la Universidad Oglethorpe en Atlanta, Georgia, conversó con Siempre! y aseguró que los jóvenes son los que tienen más oportunidades de votar que cualquier otro extracto de la sociedad, “votas por primera vez, y aún tienes muchos más votos que hacer”; lo que significaría una ganancia para que los jóvenes establezcan su identidad como participantes.

“En las elecciones del 2008 en Estados Unidos, fue increíble la cantidad de jóvenes que el presidente Barack Obama atrajo para que votaran en toda la historia; fue evidente que lo ayudó muchísimo. En las elecciones del 2012, simplemente falló”, señala.

El también investigador en historia de EU y su relación con América Latina, refiere que el escenario político actual que viven los jóvenes determina su participación en las contiendas electorales. “La preocupación y la ansiedad generada por los problemas internos de su país, no los entusiasma a votar”.

El doctor Luis Carlos Ugalde, por su parte, asegura que “no hay razón para que (los jóvenes) cambien esta elección intermedia (en México). Simplemente reflejan una duda sobre la relevancia de votar. No creo que su voto vaya a mejorar e impacte sus vidas”.

Alberto, estudiante de sociología de la FCPyS de la UNAM cree que para transformar la situación actual de crisis del país “lo fundamental es organizarnos.      Más allá de convertirnos en una organización instituida, es decir, en un partido político, hay muchas cosas por hacer en nuestras comunidades”. Empezar por la localidad implica ese gran paso que necesita la sociedad mexicana hoy en día, insiste el estudiante, “que es reconocernos en el otro y respetar la diferencia”.

Su compañero Javier, estudiante de Ciencia Política, coincide al decir que “empezar a escuchar y a establecer un diálogo sincero entre todos nosotros en colectivo es como se puede realizar, primero que nada, una reflexión y un análisis y posteriormente hacer ese mismo ejercicio que trascienda a nuestro espacio, como lo es México. Considero que es así como se debe luchar, como se debe resistir”.

 

 

quote¿Para qué nos llama la política o para qué asistir un domingo a votar si no se pueden transformar las cosas?

 

 

Fomentar el voto va más allá de la autoridad

“El INE debe fomentar la participación y lo ha hecho bien desde su nacimiento, hace más de 20 años —dice el doctor Ugalde—, mediante una campaña de promoción de mucha penetración en la sociedad, que ha sido muy positiva para generar confianza”.

Sin embargo, el ex consejero presidente del IFE agrega que quienes también deben fomentar el voto “son los propios jóvenes, es la sociedad civil organizada, son las universidades, son los empresarios, son los medios de comunicación. Ahí está la labor para que haya una participación cívica, no es la autoridad la responsable única, tiene que haber más intervención del otro lado, desde la sociedad civil”.

En México, el voto es considerado un derecho y una obligación —de acuerdo a lo establecido en la Constitución—, pero “no hay una sanción por no votar a diferencia de otros países”, comenta el investigador Christian Uziel García, del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, respecto a la baja tasa de participación en las urnas.

En Perú, se establece una sanción económica a quien no acuda a votar, explica el también doctor en Ciencias políticas y Sociales, por lo que al hacerse efectiva una sanción económica o que no puedan los ciudadanos inscribir a sus hijos en las escuelas, por ejemplo, la participación tiende a incrementarse. “En el caso de México, el voto no tiene efectos obligatorios, no pasa nada sino votas”.

 

El cambio sería a mediano plazo

Para Rodrigo, estudiante de Relaciones Comerciales en el IPN, es importante “conocer a los candidatos, analizar sus propuestas, analizar qué tan viables o qué tan verdaderas son esas propuestas.(…) y ya que estén ellos en el poder seguir revisando cómo están trabajando”.

Mientras tanto, Julio César que es recién egresado de la Universidad, señala que “muchos de los que están como candidatos ya han sido presidentes municipales o gobernadores. Están ahora, en tres años que termina su proceso está el anterior y en seis años está el mismo. Es un círculo vicioso, no hay gente nueva, no hay propuestas nuevas y eso es lo que da coraje, ver cómo los mismo de siempre son los que nos gobiernan”.

“Los jóvenes no van a ser atraídos y no se va a lograr en esta elección”, asegura el doctor Luis Carlos Ugalde. La participación de los jóvenes en las urnas debe ser fruto de un cambio de mediano plazo donde empiece a haber información estructural por el Instituto Nacional Electoral y que los partidos también sean más responsables, para generar más confianza. “Mientras eso no ocurra no vas a tener jóvenes votando”.

En un proceso electoral en el que no se involucra la ciudadanía “todos somos afectados porque tenemos un sistema menos participativo, menos atento a lo que sucede en la política; una democracia con más participación ciudadana es una democracia de más calidad”, insiste el doctor Ugalde. “Si a la larga hay más jóvenes atentos al devenir de los asuntos públicos, se enriquecería la democracia mexicana, sin duda”.