¿Podrían impedir su posible triunfo?
Félix Fuentes
Andrés Manuel López Obrador lleva meses en campaña para su candidatura presidencial de 2018, el expresidente Felipe Calderón apoya a candidatos panistas y el INE se concreta a imponer multas al Partido Verde Ecologista en el circo político del momento, de insultos de cantina hasta homicidios.
No hay autoridad que detenga las peleas de callejón, si los consejeros del INE —árbitros fallidos de la democracia— justifican sus cuantiosos sueldos con las multas al Verde. Gastarán este año 100 millones de pesos en 134 asesores.
Ningún consejero se atreve a levantar la voz a López Obrador ni es contenido su frenesí presidencial. Esto porque, según reveló Ricardo Alemán, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, mantuvo vínculos familiares con López Obrador a través de su padre, Arnaldo Córdova.
Arnaldo se separó del PRD en 2011 para seguir los pasos de López Obrador, a quien el INE le permite vía libre, so pretexto de que es líder de un partido y en estos momentos no es candidato.
Quedaron en el recuerdo los años en que el secretario de Gobernación mantenía orden en la política interior y no se permitía a parientes de funcionarios formar parte de la extinta Comisión Federal Electoral.
Entonces, el titular de Gobernación ponía contra la pared a gobernadores corruptos y a quienes intentaban la concesión de puestos políticos a familiares, como hoy lo hacen los mandatarios estatales de Nuevo León y Jalisco.
Los huéspedes de Bucareli impedían, asimismo, que los expresidentes o allegados a éstos actuaran en escenarios de la política.
Después de Plutarco Elías Calles, el desterrado Luis Echeverría terminó de embajador en las Islas Fiji y Gustavo Díaz Ordaz en España. En esos tiempos era válida la máxima de que “un político desempleado es un político peligroso”.
Carlos Salinas de Gortari deambuló durante años en Nueva York, Cuba e Irlanda del Norte. Ernesto Zedillo optó por irse de México tras de encarcelar a Raúl Salinas.
Sin embargo, el panista Vicente Fox se quedó en México, por el prurito de que el PAN “es más democrático” y vimos cuántas le hizo a Felipe Calderón. Terminaron de pleito.
A Calderón se le deja vivir a sus anchas en el país por el acuerdo con el PAN para construir el Pacto por México. Pero el del compromiso fue Gustavo Madero, no el adversario de éste, Calderón.
Calderón se dirige críticas a través de sus allegados al gobierno del presidente Peña Nieto y participa en campañas. Ni quien le diga nada.
Además de impulsar a su hermana para el gobierno de Michoacán, Calderón fue a Nuevo León a respaldar al candidato blanquiazul al gobierno de esa entidad, Felipe de Jesús Cantú, y dijo que el independiente, Jaime Rodríguez, el Bronco, es peligroso para el estado norteño.
Agregó el exmandatario que “el señor es bronco… y me da la idea de violencia”. Lo comparó con el extinto presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Y el Bronco, quien va a la cabeza en encuestas en la Sultana del Norte, respondió a Calderón en términos soeces. Le dijo que debió estar crudo o borracho cuando habló de él.
La gran incógnita es, justamente, Nuevo León. ¿Podrán impedir el PAN y el PRI el posible triunfo de el Bronco?
