Entrevista a René Torres-Ruiz/Profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana

Nora Rodríguez Aceves

Las elecciones del próximo 7 de junio son un episodio más de la guerra entre el Estado mexicano y el crimen organizado. Un episodio que también puede arrojar ciertas pistas de hacia dónde vamos como sociedad, si somos capaces o no de solventar procesos electorales y algunos otros retos y algunas otras coyunturas de la sociedad mexicana.

Si el Estado mexicano “es capaz de garantizar procesos electorales estará mandando el mensaje de que hay cierta solidez y de que hay expectativas o esperanzas de que el Estado mexicano se recomponga y saque adelante a la sociedad mexicana en términos de democracia electoral, de paz, de seguridad, de tranquilidad y de muchos otros elementos que están presentes hoy en México de manera problemática, señala René Torres-Ruiz, profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Aunque, claro, estas elecciones tampoco son definitorias del futuro de México pero sí son un episodio importante, significativo, que permitirá medir, primero, el tema de la reforma electoral aprobada en 2014, si funciona o no funciona, si hay que modificarla. Son varios los aspectos que habría que modificar de la ley y de la estructura institucional en materia electoral, eso se cuestionará en esta elección. También la democracia mexicana enfrentará un gran reto y a ver si es capaz de demostrar que está preparada esta incipiente democracia electoral en nuestro país para sacar adelante comicios en un contexto tan descompuesto institucional y socialmente, como está México.

Por lo tanto, es un episodio más de esa larga batalla que seguirá dando el Estado mexicano frente al crimen organizado, una batalla tristemente que durará años, no es algo que se resolverá en muy poco tiempo, y estas elecciones como cada vez que haya un proceso coyuntural importante de la sociedad mexicana pondrá a prueba la capacidad del Estado mexicano, insisto, de recomponerse y demostrar su capacidad para darle orden, seguridad, paz, tranquilidad y armonía a la sociedad de México.

A una semana

A siete días de que se lleven a cabo 17 elecciones concurrentes en las que serán electos nueve gobernadores, 639 diputados y diputadas locales, 903 presidentes y presidentas municipales, así como 500 diputados y diputadas federales, el “ambiente nacional está muy revuelto, inestable, institucionalmente hablando”, explica René Torres-Ruiz a Siempre!: “Los actores políticos y sociales en general tienen, los políticos sobre todo, poca claridad de hacia dónde ir y cómo recomponer el rumbo del país, y se ve reflejado en las propias campañas que hemos observado en los últimos días o en las últimas semanas, que están vacías de contenido, de propuestas, de directrices, para solucionar problemas nacionales de distinta índole; y por otra parte, los actores sociales están muy insatisfechos, desconfiados, hartos, con un gran hastío de lo que es la vida política, de cómo se están tomando las decisiones por parte de la clase gobernante, sin hacer distinciones entre los sellos partidistas”.

Ésa es una evaluación por supuesto rodeada de violencia, es una sociedad que está inmersa en la violencia, lo vemos con lo que recientemente pasó en Jalisco, con lo que pasa en Michoacán, en Guerrero, en Tamaulipas, en fin hay distintos focos en el territorio nacional que muestran una profunda violencia y una descomposición del tejido social, de los lazos de relacionamiento humano de manera horizontal entre los propios ciudadanos y también entre los ciudadanos y los gobernantes en distintos niveles, municipal, estatal y federal.

Según lo publicado por Milenio el pasado 25 de mayo, los focos rojos por inseguridad y violencia generada por el crimen organizado detectados por el Instituto Nacional Electoral para los comicios del 7 de junio próximo se han duplicado en comparación con los últimos dos procesos electorales.MAPA-NORABUENO

De acuerdo “con bases de datos del INE, en 2009 se reportaron 6 mil 376 secciones de atención especial. En 2012 se registraron 9 mil 972 y para estos comicios se tienen contabilizadas 12 mil 057”, señala el diario de circulación nacional.

Lo que significa, en opinión de Torres-Ruiz, “que la democracia procedimental, la democracia electoral que se ha venido construyendo en nuestro país en los últimos quinquenios, en los últimos decenios está en riesgo. Que sí hay un riesgo latente dada la violencia muy acentuada en distintos partes de la república de que los comicios puedan verse comprometidos en su propia ejecución el día de la jornada electoral, el próximo 7 de junio, como en sus distintas etapas; es decir, la intromisión, la participación, la incidencia, que pueden estar teniendo en un momento dado actores del crimen organizado, actores que tienen una fuerte actividad criminal o delincuencial, que están influyendo en el proceso electoral en muy distintas formas, una de ellas es el dinero que inyectan a las campañas de distintos candidatos a puestos de elección popular, otra es amedrentar directamente a ciertos candidatos, que hemos sabido que han sufrido amenazas de que si siguen adelante con su candidatura pueden incluso perder la vida o amenazan a sus familiares, o bien directamente poniendo a ciertos candidatos, si no de manera muy abierta, sabiendo cuando se indaga un poco que sí hay respaldo de ciertos grupos delincuenciales frente a ciertas candidaturas, quizá motu proprio, si va el candidato porque realmente tiene una línea delincuencial en su trayectoria o bien por presiones del propio crimen organizado que lo lleva a aceptar esa candidatura, y de alguna forma si gana esa candidatura estar al servicio del crimen organizado.

Ambiente revuelto

Éstos son algunos de los elementos que se pueden observar ya en México desde hace tiempo y que en este 2015 se acentúan, en donde podemos decir que sí hay una incidencia directa, una participación directa del crimen organizado en el proceso electoral y que eso sin duda pone en entredicho esa democracia electoral, en tanto que los propios derechos políticos de los ciudadanos se ven vulnerados al no necesariamente contar o no ser los derechos políticos que el ciudadano ejerce para elegir a sus representantes lo que decide el resultado final de los distintos procesos electorales que se viven.

Pero no son sólo estos grupos del crimen organizado los que ponen en riesgo la realización de los comicios; está la amenaza de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación de un boicot para impedir las elecciones en Guerrero, Michoacán, Oaxaca, los familiares de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, las organizaciones civiles que llaman a no ir a votar o anular el voto, las autodefensas, la pobreza, la desigualdad y otros conflictos sociales que se suman a este ambiente electoral.

“Sin duda hay un ambiente, insisto, muy revuelto, muy violento, en donde hay distintos grupos del crimen organizado pero sí hay que diferenciar entre los grupos de ciudadanos o las redes ciudadanas, sociales, que se están movilizando para llamar a la abstención o al voto nulo, que ése es un grupo de ciudadanos con legitima inconformidad frente a lo que ocurre en el país y que tienen el derecho y la libertad de mostrarse en ese sentido; y por otro lado los distintos grupos delincuenciales, narcotráfico, en fin los distintos grupos que están organizados en torno a la delincuencia en este país y que están amedrentando y están poniendo en un reto muy serio al Estado mexicano institucionalmente hablando y que desde luego eso tiene un impacto en la democracia, en la democracia electoral”.

A pesar de este panorama nacional, el politólogo de la Universidad Iberoamericana no considera que los comicios a nivel nacional fracasen, “no veo un escenario a nivel nacional en donde podamos después del 7 de junio decir, este proceso electoral fracasó, fue un total desastre y nada funcionó, no, no estamos en ese escenario, aunque sí puede haber en algunos estados, en algunos municipios, una violencia que ponga en entredicho los resultados de las elecciones o que incluso podamos ver algunos desmanes o algunas confrontaciones o actos violentos durante la jornada electoral”.

El reto del crimen organizado

En estados como Guerrero, Michoacán, Jalisco, ahí pueden presentarse estos acontecimientos, pero no creo que pongan en entredicho el resultado global de la elección de los distintos puestos de elección popular; sin embargo, sí ponen en un serio reto y en una situación muy comprometida a distintas elecciones en diferentes estados de la república o en distintos municipios que es distinto, digamos, hay un tema de gradualidad, todavía el crimen organizado no tiene tal penetración para poner en entredicho o comprometer una elección nacional porque no está con la misma presencia en todos los estados de la república, por ejemplo, en la capital, en el Distrito Federal hay condiciones suficientemente sólidas como para sacar adelante la elección en términos de blindar frente a la violencia, pero en otros estados ya desde hace bastante tiempo se ha demostrado que las fuerzas del Estado y la capacidad del Estado para contener el crimen organizado es muy débil o está siendo insuficiente, entonces ahí es donde pueden ocurrir cosas que sí pongan, insisto, en entredicho o que cuestionen finalmente el resultado de las elecciones”.

En este sentido y respondiendo al planteamiento de si el Estado ha sido rebasado por la delincuencia organizada, René Torres-Ruiz explica que “lo que está haciendo el crimen organizado desde hace muchos años frente al Estado mexicano es justamente retarlo en cuanto a su capacidad de garantizar eso que es la razón misma de cualquier Estado: garantizar la paz, la tranquilidad, la integridad de los seres humanos que habitamos en este Estado llamado México”.