La verdadera historia de la muerte de Osama Bin Laden contada por el premio Pulitzer 1969, Seymour Hersh, ha soltado una bomba en las notas periodísticas una vez más. A una semana de la revelación, el departamento de estado se “alinea” a la petición del presidente norteamericano Barack Obama por “transparentar las prerrogativas nacionales de seguridad.”
A sus casi 80 años, el pasado domingo 10 de mayo, “Sy Hersh” como es conocido en medios, reveló la versión oficial del hallazgo y muerte de Osama Bin Laden, el líder de la organización terrorista Al Qaeda responsable de los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001.
Escondido en Pakistán financiado por los saudis, usado como rehén para controlar a los talibanes, y que Washington amenazó a Pakistán con cortar la ayuda externa si no lo entregaban, todo esto relató Sy Hersh en un reportaje que desmonta la versión oficial de la muerte de Osama Bin Laden.
Según la información de Hersh, quien delató el paradero de Osama Bin Laden fue un soplón se presentó en la Embajada de Islamabad a cobrar una recompensa de 25 millones de dólares. La versión oficial estadounidense señaló que dieron con Osama gracias al seguimiento de sus correos electrónicos.
Según esta versión de Sy Hersh, Arabia Saudí, Estados Unidos y Pakistán acordaron secretamente que se le daría muerte al ex líder de Al Qaeda en el marco de una operación militar estadounidense y que el presidente Barack Obama “contó muchas mentiras para colgarse una medalla que le ayudase en las elecciones”.
Entre el relato por demás extenso y muy detallado, se revela que la fuente anónima de la información publicada es un oficial de inteligencia retirado.
La Casa Blanca sin inmutarse
El portavoz de la Casa Blanca desmintió de inmediato la versión de Sy Hersh, aseguró que no tiene el fundamento para afirmar que el gobierno norteamericano mintió y que además, en la misión unilateral de liquidar a Osama Bin Laden no participó ningún otro gobierno, que fue una operación 100% norteamericana.
De igual manera, al finalizar la conferencia de prensa un día después de revelado el informe Hersh, irónicamente el portavoz deja ver que “nadie está preocupado por la información de Hersh” y que muchas veces los periodistas inventan historias para seguir vigentes en la prensa.
Poder mediático vs. la verdad política
A todo esto el presidente Barack Obama dictó que se transparentaran los acontecimientos de la captura y muerte sobre Osama Bin Laden, lo que nos ha llevado a una revuelta de información secularizada acerca del exlíder de al Qaeda.
Desde cartas de amor a una de sus esposas, cartas a su madre hasta escritos que revelan operaciones militares y políticas, según un funcionario de inteligencia norteamericana relató para el diario La Voz de América, el pasado 21 de mayo del presente. Dice el funcionario: “Bin Laden en ese momento de su muerte seguía enfocado en operaciones a gran escala, mientras otros líderes de al-Qaeda creían en operaciones más pequeñas o en incitar los ataques de terroristas solitarios que podían tener éxito en desangrar Occidente económicamente”.
Los documentos están desclasificados para todo el público en general. Y no es de sorprenderse que Bin Laden haya resultado ser un lector en inglés y francés además de su lengua natal. También era lector de Noam Chomsky, Bob Woodward y Paul Kennedy así como de varios reconocidos periodistas de pensamiento crítico a la política estadounidense.
¿En esto terminó la última incursión de Sy Hersh en la vida política de la Casa Blanca?
