Alex Tsipras recibió una Grecia endeudada con 360 mil millones de dólares, casi la totalidad de la deuda externa de México, Brasil, Rusia o la India y además, con apenas 6 millones de dólares en reservas internacionales similares a las de Guatemala, Azerbayán o Sri Lanka. Recordemos que, como la mayoría de las deudas nacionales, están sostenidas por los impuestos ciudadanos y, en el caso de Grecia, por el Banco Central Europeo.
“Los acreedores están tranquilos porque saben que Grecia tendrá forzosamente que pagar”, declaró John Kenneth Galbraith en el New York Times el 26 de enero de este año. Y así ha sido. Ya se han inyectado millones de euros a la economía griega pero las presiones internacionales suben cada día de tono. Cabe señalar que el principal acreedor de Grecia es el Fondo Monetario Internacional (FMI) y es quien ha estado presionando más con la implantación de las reformas estructurales en Grecia a cambio del rescate financiero.
Tsipras lucha por cumplir sus promesas de campaña
El primer golpe al eurocentrismo clásico lo recibe Europa de Grecia cuando gana avasalladoramente la socialdemocracia con Alex Tsipras al frente de Syriza. Una izquierda “radical” que ganó popularidad con promesas de campaña tales como acabar con la crisis, dar más empleos, restablecer el salario mínimo, dar más recursos a la educación y al sector salud.
Ese triunfo electoral fue un éxito hasta que los acreedores de la Grecia endeudada apretaron la cuerda de la libertad democrática. La deuda está asfixiando a Grecia y a toda Europa. Las presiones de los socios europeos, del FMI y hasta de Estados Unidos son cada vez más poderosas, incluso, más fuertes que las del gobierno anterior en Grecia de Antoni Samarás.
Hace unos días un portavoz del gobierno francés declaró que sacar a Grecia de la Unión Europea “no representaría ningún problema financiero.” El dirigente de una organización no gubernamental alemán, IFO, declaró en el mismo tono que “le hemos dado a Grecia el equivalente a 25 planes Marshall y nada. El país no se ha hecho más competitivo tras enterrar allí miles de millones de euros. Una salida temporal de la eurozona es lo mejor.”
Tsipras dice “inaceptable” ante las negociaciones
Alex Tsipras se ha sentado a negociar más de una decena de planes e informes sobre el restablecimiento de la economía de su país. Las contrapropuestas de la parte de los acreedores, en especial, Alemania y el FMI, pretenden más recortes a la economía griega, es decir, más privaciones a los ciudadanos.
Algunos recortes que exigen los acreedores, esto es, las llamadas “líneas rojas” son:
- Incremento de impuestos a la luz hasta el 23%;
- Nuevos recortes a las pensiones actuales;
- Abolición de las jubilaciones anticipadas para trabajos de riesgo (Tsipras propuso una edad de jubilación a los 52-55 años para una treintena de empleos de riesgo;
- Elevar el impuesto al sector turismo del 6 al 11%;
- Elevar el impuesto a medicinas hasta un 11%
- Imposición de un nuevo sistema de pensiones que unifique todas las cajas existentes a partir del mes de septiembre, y
- Un nuevo impuesto inmobiliario, similar al impuesto sobre la renta.
La respuesta de Tsipras a estas contraofertas ha sido de “inaceptable, no creo que haya un solo diputado dispuesto a votar a favor de un aumento de la luz”, subrayó Tsipras.
Los acreedores también han exigido una fuerte reforma al sistema laboral o la expulsión de la zona euro.
Calendario de pagos y nueva propuesta de Tsipras
Finales de mayo, junio y julio son las fechas en que Grecia tendría que pagar a sus acreedores pero los pagos se han demorado gracias a una ronda de negociaciones entre ambas partes.
Simplemente Tsipras no da su brazo a torcer. La nueva propuesta estará en debate esta semana mientras que en el congreso de Atenas y en su gabinete, se escucha cada vez más fuerte el clamor a convocar a nuevas elecciones el próximo 28 de junio. Una encuesta ciudadana reveló que el 37% de los ciudadanos está inconforme con el gobierno, el cual, fue electo democráticamente.
¿Le prestarán más dinero? ¿Saldrá Grecia de la eurozona? ¿Convocarán a nuevas elecciones? Algo es seguro: Grecia tendrá que pagar pero el costo político y social podría ser muy alto.
Con información de El País.
