Gonzalo Valdés Medellín

No es nuevo decir que Ginés Cruz es uno de los jóvenes talentos que está renovando la escena mexicana. Actor formado en el Centro Universitario de Teatro ha llevado a cabo una trayectoria encomiable, en géneros diversos y bajo la dirección de contrastantes hacedores de teatro. Pero como director, el joven creador ha empezado a dejar huella con sus propias propuestas, caso de Caos mental y ahora Destiny o el chiste de un mal cómico, texto de Mariana Hartsánchez de recién estreno. Obra de difícil complexión, aunque poseedora de delicados trazos dramatúrgicos, Destiny… es por cierto una propuesta ambiciosa, pero que logra todo lo que se propone superando las expectativas. Teatro para actores y marionetas, Destiny… pertenece al reino de la literatura fantástica y sorprende el perfecto manejo de atmósferas, diálogos y dibujos de las complejas creaturas por parte de la dramaturga que concibe la pieza como una “farsa tragicómica”. Lo cierto es que los personajes, encarnados o significados en títeres, logran imantar la atención del espectador, por la fuerza con que están diseñados dramáticamente, pero también por el fino equilibrio con que están concebidos por el director e interpretados por los actores.

Destiny… es un viaje maravilloso por la imaginación, la fantasía, el sueño y el ensueño. Y Ginés Cruz ha arquitecturado este mundo de ficción con gran eficacia, sensibilidad y congruencia teatral, fijando momentos perturbadores, pero también levantando emotivas y entrañables imágenes, realizando un montaje que, por sí sólo es una obra artística en lo visual y orgánico…

Un joven actor acomete con el protagónico en Destiny…, se trata de Gerardo del Razo, un talento histriónico, indudablemente, magnífico, dotado de amplia gama de recursos expresivos, que acierta en cada pasaje de la obra, escarba en la conciencia de su personaje y forja una creación perceptiva, diestra e inteligente en ese Médico que nos conduce a recorrer el laberinto del sueño surrealista.

Magistrales son las actuaciones de los actores-titiriteros Ixchel Muñoz y Francisco Bahena Fonseca, quienes dan vida a personajes frescos y dinámicos. Carolina Jiménez en el diseño de escenografía y Fernando Saldaña en el diseño de iluminación, redondean con ingenio, certeza plástica y visión artística de primer orden la puesta en escena producida por la compañía Cardumen Teatro.

Destiny…. trabajo belleza deslumbrante, delicia de una puesta en escena trabajada a profusión y con amor en todas sus aristas y componentes; refinamiento de dirección actoral, por parte de Ginés Cruz que encabalga la magia de los títeres manejados por ese par de actores sorprendentes, y el texto espléndido de Hartasánchez, forjan uno de los momentos más brillantes del teatro mexicano en la actualidad, quizás alcanzando aquella perfección que el joven director Ginés Cruz ha perseguido siempre en aras de aprehender la obra maestra, y Destiny… es posible que sea ya, una pequeña obra maestra, para beneplácito de su director y gozo del público. Hay que verla. El teatro de excelencia se abre ante nosotros.

Destiny o el chiste de un mal cómico se estará presentando todos los domingos, hasta el 16 de agosto, a las 18 horas, en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico: Avenida Revolución 1500, Colonia Guadalupe Inn. Localidad: 180 pesos.