Patricia Gutiérrez-Otero

En estas elecciones intermedias diversas voces se han alzado para defender el voto o para denostarlo. Los que lo defienden en general están ligados con los partidos, o reconocen que el sistema democrático es un logro y que debe lucharse porque se recupere votando, anulando el voto o incluso usando el voto de castigo contra el PRI, PAN, PRD y satélites (muchos incluso recomiendan dar un voto de confianza total a Morena), o que es mejor morir luchando. Los que lo reprueban lo hacen en nombre de una sociedad nueva y un nuevo paradigma.

Una de las voces más recalcitrantes sobre asistir a las urnas ha sido la voz de Javier Sicilia. Su posición es similar a la de los zapatistas. “Las condiciones para boicotear las elecciones, con el voto nulo o la no asistencia a las urnas, están dadas” (…) “Muchos, sin embargo, (…) continuarán creyendo en las elecciones como un dogma de fe e irán a ellas a votar. Entonces como dijeron los zapatistas: la tormenta y la catástrofe que llegarán, serán todavía peores” (Proceso, 2 de mayo) Olvida que no hay un boicot organizado y que no hay condiciones para declarar la no validez de las elecciones.

Por su parte, Denise Dresser y el politólogo José Antonio Crespo consideran que la mejor manera de luchar contra este sistema corrupto es anulando el voto. “a) Los votos nulos cuentan como mecanismo de protesta. (…) La anulación cuenta como un instrumento válido para sacudir, presionar, exigir, y empujar a la profundización democrática que los partidos tanto resisten. (…) La anulación o el voto independiente son una forma de participación que se diferencia de la abstención. (Las tres y un cuarto. “23 razones para anular nuestro voto”).

Por su parte, Gabriel Zaid considera que no sólo es necesario votar para honrar el logro que es la democracia, sino que también es indispensable no anular el voto. “El voto nulo es una reacción válida ante un estado de cosas que parece muy difícil de cambiar pero, no es una solución” (…). “Votar es un primer paso, indispensable, pero no es suficiente. [yo subrayo] ¿Tenemos ideas de cómo dar los siguientes pasos? ¿Estamos dispuestos a usar nuestra imaginación y energía para construir, nosotros mismos, un nuevo rumbo?” (Letras Libres, mayo 27).

Por mi parte, considero que el voto debe ser informado, razonado y consciente, pero también local. Cada uno debe elegir de acuerdo a la situación, en particular en el caso de los diputados. Hay candidatos independientes que merecen ser tomados en cuenta. En muchas ocasiones votar por Morena será lo más sensato, sobre todo para equilibrar las cámaras. En otras, quizá sea mejor anular (sobre todo si todos los candidatos propuestos son reconocidos localmente de manera negativa). Yo veré lo que exponen los candidatos en http://www.votoinformado.unam.mx/candidatos.php, para ver hacia dónde sopla el viento. No creo que pueda tomar decisiones totales, aunque sea más simple, como votar o no votar. ¡Qué la Fuerza nos guíe, como dicen por ahí!

Además, opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés, que se respete la Ley de Víctimas, que se investigue seriamente el caso de Ayotzinapa, que el pueblo trabajemos por un Nuevo Constituyente, que Aristegui y su equipo recuperen su espacio.