“Ya es hora de que Europa decida sobre el futuro no solo de Grecia sino también de la eurozona, si quiere poner de rodillas a un país o asegurar el futuro de Europa”, aseguró el primer ministro griego, Alexis Tsipras, ante el grupo parlamentario de Syriza, reunido para evaluar la situación tras la interrupción de las conversaciones. Recalcó que su gobierno sigue dispuesto a alcanzar un acuerdo con los socios, a quienes instó a decidir si quieren someter al país o mantener una Europa unida.
Con las negociaciones paralizadas entre Grecia y los acreedores, por información del diario El Economista, el primer ministro griego fue especialmente duro con el Fondo Monetario Internacional (FMI) —que forma junto a la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) las instituciones acreedoras— al reprocharle que, pese a haber reconocido sus equivocaciones sobre las medidas exigidas, exija medidas tan duras a Grecia.
En los últimos días, Atenas ha atribuido parcialmente la falta de acuerdo a las desavenencias entre las instituciones.
Por su parte, el Fondo insiste en la necesidad de aplicar recortes drásticos en salarios y pensiones, para estar dispuesto a consensuar una reestructuración de la deuda.
Por otra parte, la mayoría de los mercados financieros da por hecho que el próximo jueves tampoco habrá un nuevo acuerdo entre Grecia y el Eurogrupo, cuando se reúnan en Luxemburgo.
El actual escenario, junto con la postura “antiausteridad” del nuevo gobierno izquierdista del Alexis Tsipras, ya ha comenzado a empujar a algunos de sus acreedores internacionales (Comisión Europea, el BCE y el FMI) a pensar en un nuevo plan para poder sufragar la situación.
Las expectativas preliminares apuntan a un acuerdo hasta julio, o hasta agosto, cuando Grecia ya haya caído en varios impagos de vencimientos, y haya persuadido a sus acreedores de que puede llevar la situación al límite.
Atenas, que se calcula sus arcas están prácticamente vacías, afronta el próximo 30 de junio un vencimiento de pago con el FMI de mil 600 millones de euros, y plazos por seis mil 700 millones de euros con el BCE, entre julio y agosto.