Deberíamos discutir cómo mejorar la educación

 

 

Es inútil toda polémica si no hay

esperanza de que resulte provechosa.       

Juan Luis Vives

 

 

José Fonseca

La comparecencia del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión no fue distinta a otras comparecencias en momentos difíciles. Hubo, como en todas, exaltados reclamos, increpaciones maleducadas, una competencia para ser el más rudo. A pesar de todo, hubo sensatez.

Lo que sí quedó muy claro es que la polémica por el comportamiento violento de la coordinadora magisterial, su empecinada resistencia a perder el control que tiene sobre sus militantes, aun con acciones gangsteriles, ha oscurecido la realidad del reto que significa poner en práctica la reforma educativa.

Fue lamentable que la discusión de los legisladores se concentrara en el comunicado de la SEP del 29 de mayo pasado, cuando se suspendieron las evaluaciones magisteriales.

Quizá fue un error hacerlo, quizá la explicación posterior fue insuficiente, pero parece fútil debatir sobre una suspensión que ya se levantó, como lo probaron las evaluaciones realizadas la semana pasada, con la participación del 83 por ciento de los profesores inscritos.

De la misma forma se oscurece la realidad cuando el discurso de las ONG que, con toda su buena intención pugnan por elevar la calidad educativa, cuando insisten en lanzar advertencias que distorsionan lo que legalmente significan las evaluaciones magisteriales.

Se empeñan en amagar con separar de sus empleos a los profesores que no pasen las evaluaciones, cuando la ley no dice eso, sólo que después de tres intentos en un lapso de cuatro o cinco años, podrían dejar de estar en las aulas y serían transferidos a cargos administrativos.

Es un error debatir el problema educativo y la necesidad de mejorar la calidad de la enseñanza y del profesorado cuando sólo se ve lo que hace la CNTE, olvidando que la mayoría de los profesores participan en la reforma educativa y que la CNTE es una minoría.

Deberíamos discutir cómo mejorar la educación, no qué hacer con la CNTE. Ese es un problema político que debe resolverse con acciones políticas. Si se separan los dos temas, sería más productiva cualquier discusión sobre la reforma educativa.

Ah, pero a veces la ira nubla la inteligencia.

 

                                                                      jfonseca@cafepolitico.com