Es casi un “Estado de naturaleza”: Marco Cancino

 

 

Moisés Castillo

Es más fácil hablar de una cosa que hacerla. La incapacidad de un gobierno comienza en lo que dice y es el caso del mandatario de Oaxaca, Gabino Cué, quien para eludir su responsabilidad en la aplicación de la reforma educativa señala que la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) “no se creó en este gobierno estatal”.

Mientras el magisterio disidente cumple casi un año de plantón en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca —daños de más de mil 500 millones de pesos a comercios, mil 500 empleos perdidos—, el gobernador Gabino Cué sigue con su discurso ficticio y pide seguir trabajando. Dicen que el pez por su propia boca muere.

“Hay una serie de hechos que demuestran que en Oaxaca —si no bien al ritmo que se quisiera— se va incorporando esta reforma y es producto de la posición que han asumido las maestras y maestros quienes desde el principio que vieron con cierta preocupación y recelo la reforma, afortunadamente se les han ido disipando las dudas; se les ha demostrado que sus derechos no serán lastimados y vamos caminando”.

En Oaxaca y Michoacán se suspendió el examen de evaluación docente al no existir las condiciones mínimas de seguridad para su realización. Esto es reflejo de gobernadores débiles y que ya van de salida, por eso se “lavan las manos”. A Gabino Cué le resta un año más de mandato y a Salvador Jara Guerrero escasos tres meses para dejar el gobierno de Michoacán.

El presidente de la Cámara de Diputados, Julio César Moreno, pidió al gobernador de Oaxaca dejar de actuar como autista y aplicar la reforma educativa en su estado.

“No estaría de más que explicara esta situación como de autismo que ha tenido el gobernador Cué al respecto. Todos aquellos que están haciéndose como que a ellos no les corresponde, o están autistas al respecto, deben también de ser invitados a una reunión de trabajo o a una comparecencia, como la quieran llamar, pero sí deben de ir a dar sus razones por qué motivos están eludiendo su responsabilidad que muy claramente les asigna la ley”.

Lo que es un hecho es que la CNTE tiene más de 80 mil afiliados en Oaxaca, la mayoría dispuestos a todo; un gobernador fantasma y un titular de la SEP que actúa por medio de boletines de sólo 33 palabras, informando que suspendía los exámenes para evaluar a los maestros.

Los problemas empezaron con Murat y Ruiz

Para Marco Cancino, director general de Inteligencia Pública, los gobiernos estatales son los responsables de aceptar los chantajes del magisterio. A pesar de que corren “ríos de presupuesto” hacia la CNTE, no ha sido suficiente para garantizar gobernabilidad ni para que los maestros regresen a las aulas.

¿Por qué no avanza la reforma educativa en estados como Oaxaca y Michoacán?

Tenemos que hablar justo cuando comenzó el proceso de descentralización de la política educativa, sobre todo en lo que tiene que ver con su implementación y desde el punto de vista presupuestario. A finales de los 90 es cuando se genera el Fondo de Aportaciones para la Educación Básica, luego se le llamó ramo 33. Básicamente la intención fue descentralizar el gasto público en materia de educación y mandarlo a los estados junto con la implementación de la política educativa nacional. Dejar de ser una política ejercida desde el gobierno federal para ser compartida la responsabilidad educativa con los gobiernos de los estados. Se realiza la descentralización del gasto para poder financiar esa corresponsabilidad de atribuciones.

Al descentralizar la política educativa desde el punto de vista de la política pública y presupuestario, pues se movió el proceso de negociación política del centro hacia los estados.

Cada gobernador tenía que estar negociando año con año los contratos colectivos de trabajo con todo el sector magisterial, ya sea con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación o la CNTE. Se pasó de un centralismo a una descentralización en la política educativa.

¿Cuál es la responsabilidad de los gobernadores, porque cuando no pueden solucionar los problemas locales acuden al gobierno federal?

En este proceso de descentralización cada gobernador tenía que negociar la política educativa y el gasto público. Algunos lo lograron de manera exitosa vía acuerdos complacientes con el magisterio organizado, pero había mandatarios que no fueron capaces de ejercer un control en la agenda educativa y se convirtieron en rehenes de los líderes sindicales tal es el caso de Oaxaca, Guerrero y Michoacán.

En el caso de Oaxaca el estado no podía funcionar de manera sensata si el gobernador no era capaz de llegar a un acuerdo político y sobre todo económico con la sección 22. Básicamente el presupuesto del ramo 33 funcionaba como un mecanismo para comprar gobernabilidad.

Los problemas comenzaron cuando llega José Murat y Ulises Ruiz, se hacen notorias las diferencias con la sección 22 en cuestión de respaldo político-electoral. Así se forjó una disidencia abierta contra el gobierno local, su capacidad de chantaje aumenta en la medida en que es efectiva para paralizar el centro de la ciudad de Oaxaca y las principales vías de comunicación. Qué es lo que tenemos: con la alternancia en el poder en Oaxaca se rompen los lazos con la sección 22 toda vez que esta coalición ganadora de Cué también fue apoyada por Nueva Alianza. Este ha sido tan solo un factor en las diferencias entre el gobierno estatal y la sección 22.

 

quoteLa CNTE tiene más de 80 mil afiliados en Oaxaca, la mayoría dispuestos a todo.

La “mano negociadora” no ha funcionado

Hace unos meses, Emilio Chuayffet aseguró que Oaxaca es un caso de no gobierno. Dijo: “ahí se permite que la CNTE haga lo que quiera”. ¿Coincide con esta postura?

Coincido con Chuayffet, aunque es difícil decirlo. Si revisamos la teoría política hay un concepto que se llama “Estado de naturaleza” (los promotores de la escuela contractualista —Tomás Hobbes, John Locke, Juan Jacobo Rousseau y otros— denominaron así a la primitiva etapa de la sociedad humana, en la cual, al decir del primero de ellos, la vida de los hombres, envuelta en una incesante guerra de todos contra todos, fue “solitaria, pobre, grosera, embrutecida y corta”).

En este sentido podríamos considerar a Oaxaca casi un “Estado de naturaleza”. Efectivamente se hace lo que la CNTE dice. La sección 22 tiene una capacidad efectiva de chantaje hacia el gobernador y autoridades federales. No en pocas ocasiones han paralizado una parte del Distrito Federal para presionar y hacer eco a sus peticiones, que no tienen nada qué ver con la calidad de la educación que le dan a sus alumnos.

La reforma educativa se centró, sobre todo, en el tema laboral, el tema de la tabulación, incentivos. El tema de la evaluación no se ha discutido a fondo, el cambio de gran calado del modelo educativo del país. Eso ha quedado de lado y no hemos podido superar, por desgracia, la discusión laboral en materia educativa. Tendríamos que hablar sobre el modelo educativo adecuado y que tendría que plantearse: uno que nos enseña a memorizar y otro que nos enseña a pensar y a desarrollar otras habilidades.

Si en estados como Oaxaca la autoridad local no aplica la ley, los gobiernos se “echan la bolita” para abordar la problemática con la CNTE, ¿qué hacer con la sección 22 y su lucha infinita, independientemente de la reforma educativa?  

Ese es el gran asunto, estamos enfrascados en el tema de qué hacer con los maestros disidentes con el gran poder político que tienen y que le dicen a las autoridades locales y federales “no estamos dispuestos a una evaluación”. Es un problema real, porque en un mandato constitucional tendría que haber una observancia exacta y obligatoria para todos. La norma no establece excepciones en ningún sentido.

Por cuestiones políticas y de gobernabilidad se está dejando de aplicar la reforma, y es un mal antecedente que nos dice que cualquier norma constitucional es negociable desde el punto de vista político.

¿Qué hacer con la CNTE? Algunos opinan que hay que tener mano dura, otros que hay que tener una mano mucho más de izquierda, negociar y convencerla que lo más importante es la educación de los niños y futuras generaciones. Esta parte romántica no es suficiente para la sección 22, lo que quieren son beneficios políticos, recursos económicos, opacidad, a costa de los alumnos. Vemos que la “mano negociadora” no ha funcionado. Creo que fue acertada la estrategia de la suspensión de la evaluación en víspera de las elecciones para evitar que la CNTE pusiera en aprietos el proceso electoral.

De inmediato la organización civil organizada y desorganizada, los líderes de opinión y algunos medios se rasgaron las vestiduras, pero se garantizó cierta gobernabilidad en ese fin de semana electoral.

Pasó el 7 de junio y se reactivó la evaluación de los maestros. La pregunta sería: ¿en qué casos se tiene que regresar el tema de la política educativa a ser abordado exclusivamente por el gobierno federal? En esta administración hay esta tendencia de centralizar todo.

El presidente Enrique Peña Nieto afirma que no habrá marcha atrás a pesar de resistencias de unas “minorías”. ¿Existen razones suficientes para creerle al Ejecutivo federal?

Si nos vamos a la historia reciente, podemos decir que no. Ahora si somos de los mexicanos que esperamos que nos vaya mejor a todos, pediríamos que se mantenga firme con la reforma educativa. Pero cuál es el punto medio en términos de obtener gobernabilidad e impulsar la agenda educativa, transformadora. ¿Por gobernabilidad se entiende retrasar o postergar? Es un dilema que las autoridades tendrán que ser las responsables de tomar decisiones y actuar en consecuencia.

¿Cuáles son los escenarios que se perfilan para la implementación de la reforma educativa?

El gobierno federal va a presionar a los gobiernos estatales en tanto la capacidad de manejar la reforma se desborde y empiece a generar un costo político al gobierno de Peña Nieto. El gobierno federal comenzará a intervenir sobre todo en la cuestión de los recursos y le va a restar capacidad de operación política a los estados.