Entrevista a Carmen Parra/Pintora mexicana
Jacquelin Ramos
Es un canto a México, a su hermosura, a sus bellezas naturales, a su historia, a sus raíces, así es La suave patria del poeta Ramón López Velarde. Es una denuncia a la pobreza que no acaba, a la injusticia que hiere al país; es la súplica a un despertar de conciencia, un llamado a valorar y rescatar nuestra identidad, es un todo que explica en gran parte la propuesta plástica de la pintora mexicana Carmen Parra, quien a través de su pincel y de su inagotable imaginación transcribe su experiencia, creando su propio lenguaje.
La Suave patria de quien se considera “la veedora de la nación” —que mira con curiosidad lo que hacen otros— cruzó la frontera norte para formar una exposición que se presenta en el Museo Nacional de Arte Mexicano de Chicago, Estados Unidos. En ella, además de mostrar su incesante actividad plástica, exhibe aquellos elementos que cohabitan en su obra y que reflejan, sin duda alguna, su amor por México: calaveras, flores, ángeles, recintos sagrados, así como el águila real y la mariposa monarca, ambas elegidas por la artista por el enorme simbolismo que tienen en la cultura mexicana, además de ser especies en peligro de extinción.
La muestra es la primera retrospectiva de la artista, señaló en entrevista para Siempre!; dijo que se siente conmovida por el trabajo de difusión de la cultura mexicana que la comunidad de connacionales migrantes realiza en aquella ciudad estadunidense. Se trata del primer museo de arte mexicano en ese país, con una trayectoria de 28 años, impulsado por profesores de historia y dirigido por Carlos Tortolero, originario de Nayarit.
Museo de arte mexicano en Chicago
¿Cómo surge la idea de realizar la exposición “Suave patria”?
La exposición surge después de que mi amigo Carlos Jiménez Macías, cónsul de México en Chicago, me comentara por teléfono: “Carmen hay un cuadro tuyo en el Museo de Arte en Chicago, que donó el expresidente Carlos Salinas de Gortari durante su sexenio en uno de sus viajes”. Me dio muchísimo gusto, se trataba de mi obra Altar Mayor, un políptico de nueve piezas. Gracias a esa llamada nace la idea de organizar una exposición de mi obra.
Entonces a través de todos los mecanismos de la cultura en nuestro país, viajó a México la curadora Dolores Mercado, del Museo de Arte de Chicago, una mujer muy profesional que observó mi obra, y a través de todos los trabajos hizo una lectura, tomó varias etapas de mi vida; nos llevamos casi un año en el proceso de la selección y la recolección.
No tenia conocimiento de este museo, de hecho es el único museo en todo Estados Unidos reconocido como Museo de Arte Mexicano; es un halago para mí estar presente en ese museo, por lo que me resulta muy conmovedor. Es un museo con una trayectoria de 28 años, impulsado por maestros de historia y dirigido por Carlos Tortolero, originario de Nayarit, quien llegó a Chicago a los tres años.
La propuesta de este grupo de gente —que es enorme— es que los mexicanos migrantes no pierdan sus raíces pues de lo contrario perderían su identidad, por eso han hecho este gran esfuerzo, que no es financiado por ninguna instancia gubernamental. Su misión es mostrar la cultura mexicana como una sola, sin fronteras. Definitivamente es una labor extraordinaria, y me siento muy afortunada por participar en este esfuerzo colectivo de nuestros compatriotas que están trabajando en Chicago.
Traducir a López Velarde
¿Cómo está integrada “Suave patria”?
Está formada por 30 obras, y el título de la muestra lo escogió la curadora. Algo que nos sorprendió en el proceso de selección es que el poema La suave patria —que acompaña mi exposición—, del escritor zacatecano Ramón López Velarde (1888-1921), no lo conocen en Estados Unidos, además no estaba traducido al inglés. Así que realizamos la traducción con una amiga que se llama Jennifer Clement, y pudimos llevar por primera vez a través del catálogo que acompaña mi exposición, esa traducción a Estados Unidos. Según mi amiga Clement, Velarde es un equivalente al escritor Walt Whitman en Estados Unidos.
Suave patria significa muchas cosas. La poesía es la esencia de todas las artes. Nosotros como pintores, muchas de las imágenes poéticas las llevamos a la pintura. Es decir, el poema es la descripción del México del siglo XIX y en la exhibición hago una descripción del México del siglo XX.
Por otro lado, entre las obras que se exponen, vemos nuevamente la mariposa monarca —hace algunos meses exhibí otra muestra exclusivamente de la metamorfosis de la mariposa— porque el momento en que estamos en un gran cambio no sólo en la historia de México, sino en el mundo; la metamorfosis de la mariposa significa un cambio transcendental en el proceso del hombre para alcanzar la libertad y el futuro como especie, porque ese cambio de gusano a mariposa es el cambio más fuerte dentro de las especies animales. Esa metamorfosis es una joya de la naturaleza, es lo que anhelamos como seres humanos para que la humanidad avance hacia un mundo más positivo.
Otra de mis obras que se exhibe en la muestra es “San Juan y el Ángel” (1996), que es una visión del Valle de México transformado en un acontecimiento apocalíptico. Ahí San Juan está escribiendo el Apocalipsis, pero no es el fin, es un cambio.
Llamar la atención
¿Qué reflexión nos deja la muestra?
En el momento en que López Velarde escribió La suave patria había también una situación muy violenta, como la que actualmente vivimos en México. La propuesta siempre de los artistas es llamar la atención de la gente —somos una especie de anteojos de la sociedad— para que vea que hay otros mundos y que proponemos sobre todo la paz con los otros y una sociedad más justa.
Como artistas debemos ejercer como una especie de chamanes para curar el alma a través de nuestra obra, sobre todo, en tiempos difíciles como los que afronta estos días nuestro país. Sin embargo, no todos mis compañeros lo hacen porque piensan que no está de moda y se enfocan más a un lenguaje internacional.
¿Además de la exposición, continúa con su compromiso de rescatar y valorar las especies que retrata en sus obras?
Es fundamental mencionar que se han realizado importantes campañas a través de los órganos oficiales, pero a través del arte. Soy una de las pocas pintoras que sigo en una campaña especifica, porque Carlos Slim a través de una fundación otorga dinero para proteger la mariposa monarca y por otra parte, el ejército al parecer tiene centros para reproducir el águila real. Como artista insisto, creo soy la única que hace toda esta campaña por estas especies.
De hecho el águila real que vemos en mis lienzos, que se llama Inka, ya tiene una sede a través de nuestra campaña, en un zoológico en Teotihuacán. Estoy muy contenta porque gracias a esta campaña seguiremos ayudando a águilas que decomisan, y nuestra meta es hacer un centro de reproducción del águila real mexicana.
Después de esta retrospectiva, ¿qué sigue para Carmen Parra?
Muchas cosas, queremos que Suave Patria ,vaya a la Universidad de San Antonio, Texas. En cuanto mi exposición de la mariposa monarca, metamorfosis, va a Universum de la UNAM, y esperemos que también vaya a un museo en Arizona.
Preparo una exposición que se presentará en octubre, sobre Santa Teresa de Ávila, una de las primeras mujeres revolucionarias de la historia y fundadora de la congregación carmelita, en homenaje al 500 aniversario de su natalicio.
También voy a exponer en Palermo, Sicilia, un trabajo que hice en una capilla de San Lorenzo; se robaron los mafiosos un Caravaggio en 1969 y junto con un amigo de Palermo hicimos una versión contemporánea del cuadro, lo llamamos Homicidio cultural. Tendrán el trabajo de Carmen Parra por más tiempo pero sobre todo habrá más imágenes, producto de mi imaginación y mis raíces.