No debemos ser indiferentes

Yazmín Alessandrini     

Seamos sinceros, la actual coyuntura, que por cierto de coyuntura ya no tiene nada y de actual mucho menos, no da como para que le tengamos mucha confianza tanto a los políticos como a las autoridades electorales. Y, por favor, no se ofendan señores. Su desempeño en el pasado, en el presente y en el futuro se centra en ver para su propio santo y dejar en el último lugar de su pirámide de prioridades las necesidades del ciudadano, del elector, de aquél al que sólo toman en cuenta cuando se trata de sustraerle el sufragio por medio de engaños, promesas y ridículas dádivas (una gorra, un lunch, una camiseta, una sombrilla…).

Este domingo es día de salir a votar. Y aunque el horno no está para bollos, aquéllos que contamos con una mica para votar no podemos quedarnos estáticos e indiferentes ante la sofocante situación que estamos viviendo en estos momentos. Hay cambios que se antojan urgentes para nuestra nación y para nuestra sociedad y está más que claro que éstos no van a llegar a través de los políticos, sino a través de la ciudadanía, sobre todo aquélla convencida de que con su interés y su participación desea forjar un cambio. Un cambio verdadero, un cambio tangible, un cambio que impacte a todos por igual.

Ya lo hemos dicho reiteradamente en éste y otros espacios periodísticos a los que tenemos acceso, este domingo estarán en juego algo así como 2 mil 159 puestos de elección popular, 2 mil 159 posiciones que durante las últimas semanas han sido el oscuro objeto del deseo de personajes a los que no les ha importado en lo más mínimo mentir, calumniar, enlodar, insultar y ejercer las peores bajezas con tal de lograr su objetivo, que para ellos es tan simple y mundano: vivir del presupuesto durante tres años. Nada más.

Por lo mismo, no debemos permitir (me refiero a nosotros los electores) que nada ni nadie nos impida este domingo ejercer nuestro derecho a votar. Sin embargo, ahora más que nunca es trascendental que nuesta ida a las casillas y a las urnas sea lo más razonada posible. Si piensas elegir a determinado candidato, sin importar siglas o partidos e incluso si es independiente, hazlo informada, concienzuda y razonadamente; pero igual si tu intención es anular tu sufragio, también házlo informada, concienzuda y razonadamente para que tu voto efectivamente se anule y que por ciertas argucias legaloides los partidos políticos y sus representantes no puedan aprovecharse de él y llevar agua a su molino.

No hay vuelta de hoja, los políticos, las autoridades y los ciudadanos tenemos que redefinir la manera en como configuramos nuestro macrocosmos político. Las campañas proselitistas que concluyeron hace unos días nos arrojaron resultados vergonzosos, mostrando lo más bajo de la condición humana en la gran mayoría de los aspirantes a los puestos de elección popular que estarán en juego este domingo. Miren que espiar e incluso asesinar a algunos candidatos o coordinadores de campaña nos pone en una posición ya no de república bananera, sino de una especie de comuna de bárbaros digna de las aventuras de Robinson Crusoe o de las primeras civilizaciones que habitaron nuestro planeta.

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