Un total de 439 diputados de los 598 que estaban presentes en la asamblea alemana han habilitado a su canciller, Angela Merkel, para que pueda comenzar la negociación de un tercer plan de rescate a Grecia.
El fondo del nuevo rescate está valorado en 86 mil millones de euros y ya cuenta con el apoyo de los parlamentos austriaco y sueco, que se sumaron el viernes; el apoyo alemán era el último requisito aún pendiente para iniciar las conversaciones.
La canciller Merkel ha asegurado esta mañana ante el Bundestag que este último intento de negociar, exige una “solidaridad sin precedentes” para unos y “exigencias sin precedentes” para los griegos; por la alternativa, deja caer a Grecia, hubiera producido prohibido un “caos” y hubiera sido “irresponsable”.
También Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas alemán y que a título individual defendió la salida temporal de Grecia de la zona euro, ha prometido que hará “todo para que este último intento sea un éxito”, dijo.
A cambio, Grecia deberá cumplir una serie de duras condiciones por parte de sus acreedores; unas polémicas medidas mucho más severas que las rechazadas en el referéndum del pasado 5 de julio y cuya aceptación, dice el ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos, le “pesará toda la vida”.
Pesa a la Cámara del Parlamento, la población no se muestra tan partidaria de este nuevo plan de ayuda a Grecia; de acuerdo con un sondeo de DeutschlandTrend, el 46% se muestra a favor.
Tampoco Angela Merkel cuenta con el respaldo completo de su partido; hasta 60 “no” de los 119 totales y 5 abstenciones de las 40 provenían de las filas conservadoras democristianas.
Alemania es el país de la Unión Europea con la economía más potente y el principal contribuyente a los programas de ayuda. Los fondos inyectados a Grecia desde 2010 para evitar su caída suman ya 240 mil millones de euros.