Por Carlos Ángel Arrieta Llanas

Las agresiones en contra de Nayeli Mijangos, comunicóloga chiapaneca que fue vejada por integrantes de la Coordinadora nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), al acudir a su examen de evaluación docente, es un hecho de violencia que debió evitar la autoridad competente. Aun así, Mijangos, ha declarado que no desistirá y volverá a intentar ser evaluada para concursar un cargo directivo dentro del sistema educativo de esa entidad.

La CNTE no desconoce ese tipo de conductas lesivas. Al contrario, las domina muy bien, pues desde 1987 varios grupos de la disidencia magisterial fueron enviados –con gastos pagados- a Nicaragua para ser capacitados en técnicas de guerrilla. Su perversidad creció desde entonces.

Estas prácticas bien aprendidas, pero cancerígenas para el sector educativo, lograron que a través de sus radicales manifestaciones, dejaran varios muertos en el país durante el nacimiento del movimiento democrático magisterial.

Con la constante violencia, también consiguieron a su favor la renuncia del entonces líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Carlos Jonguitud Barrios, un año después de que regresaran todos los grupos que fueron adiestrados por las fuerzas armadas de Nicaragua (1989).

El priísta, también exgobernador de San Luis Potosí, era acusado por mal ejercicio de sus funciones al frente del SNTE, por lo que tuvo que dejar la dirigencia nacional. A partir de ahí, Elba Esther Gordillo se hizo cargo del ala Institucional del magisterio mexicano.

Los viajes de los ahora autonombrados “maestros democráticos” de Chiapas, pero principalmente de Guerrero, Oaxaca y Michoacán a Nicaragua, fueron gestados en la tierra del Generalísimo José María Morelos y Pavón. El atentado y dimisión de Carlos Jonguitud, también.

De ahí, que no es sorprendente la acción vandálica hacia cualquier ciudadano, pero sí repudiable, condenable y urgente de que se aplique el Estado de Derecho, caiga quien caiga.

Al frente de la Sección XVIII de la CNTE, el actual senador perredista, Raúl Morón Orozco, causó daños millonarios a uno de los principales patrimonios culturales de Michoacán. Incendiaba la puerta de Palacio de Gobierno, ubicada sobre la principal avenida de la ciudad de Morelia.

Morón Orozco, olvidaba que años antes se había arrodillado ante un convoy militar mientras intentaba, junto con una turba de maestros, bloquear lo que hoy se conoce como la Autopista de Occidente. Después fue acusado de traicionar a quienes lo acompañaban, motivo por el cual habían sido detenidos y encarcelados.

El 28 de junio de 1997, también durante la dirigencia de Raúl Morón, un grupo de profesores de la CNTE agredió a tres fotógrafos en Morelia. Aramé Campos Cervantes, del diario Cambio de Michoacán, Rosario Salas, del periódico Provincia e Iván Sánchez, de La Jornada Michoacán, fueron los fotógrafos agredidos.

Aramé tuvo que ser atendido en un hospital de la localidad, debido a las lesiones que presentaba, principalmente en la cabeza.

En noviembre del 2014 se repitió la historia y la Coordinadora prendía fuego a la puerta principal de Palacio Nacional, inmueble en el que también dañaron con violencia algunas ventanas.

Ahora, le tocó a un grupo de profesores de Tuxtla Gutiérrez, ser las víctimas del ala vandálica magisterial, que además de intolerante, se ha vuelto insensible y cada vez más, rechazada por la sociedad en general.

Al menos seis aspirantes a ser evaluados fueron retenidos, golpeados y trasquilados por un grupo nutrido de la CNTE.

Hasta el momento no hay detenidos, solamente pronunciamientos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que condenan los hechos violentos.

Pero alguien reaccionó ante la impunidad y es por ellos que no se puede dejar a un lado que Aprender Primero, presentó ante la Procuraduría General de la República (PGR), una denuncia de hechos que pudieran ser constitutivos de delitos, derivado del pago como maestro frente a grupo que se ha hecho desde 2010 a la fecha al señor Rubén Núñez Ginéz, Secretario General de la Sección XXII de la CNTE.

Núñez ocupa plaza de docente con los códigos de plaza E0463 y E7235, adscrito al centro de trabajo con clave 20DNP0015Q que corresponde a la “Escuela Normal Experimental Presidente Lázaro Cárdenas” ubicada en la ciudad de Putla, Oaxaca, por lo menos desde el año 2010.

De un análisis detallado que se presentará como prueba de la denuncia penal, se demostrará que es un hecho notorio que nada más en el presente ciclo escolar 2014-2015, Rubén Núñez se ha encontrado fuera de su centro de trabajo en actividades ajenas a la docencia en sesenta días hábiles.

El líder gremial se encuentra en eventos públicos fuera de la ciudad de Putla, Oaxaca, que hacían físicamente imposible que estuviera frente a grupo en el lugar que tiene asignado.