“El respeto a la Ley no es una alternativa”, dijo el Rey Felipe VI frente a Artur Mas, en su primer encuentro, luego de una audiencia celebrada en un ambiente tenso, en la Zarzuela la semana pasada.
Al llegar al Palacio de Congresos, el monarca, que encabezó la entrega de despachos a los 35 jueces de la última generación de la Escuela Judicial, saludó al presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, así como al gobernador de Cataluña, Artur Mas, a los directivos del Consejo y otras autoridades.
En su discurso, Felipe VI advirtió que “para el Poder Judicial, como para el resto de las instituciones del Estado, el respecto a la Ley nunca ha sido ni es ni debe ser un simple trámite, una mera formalidad, una alternativa”.
En su primera vez que acude al foro como “jefe de Estado”, Felipe de Borbón agregó que “en su raíz más profunda, respetar la ley es la fuente de legitimidad y la exigencia ineludible para una convivencia democrática en paz y libertad”.
Previamente, el monarca aclaró ante Mas que “los poderes públicos se ven sometidos al imperio de la ley y, respetándola, garantizan el ordenado funcionamiento del Estado”.
También Lesmes aprovechó para defender la legalidad constitucional en medio de un ambiente independentista impulsado por Mas. “Nuestro Estado de Derecho reclama de sus jueces que custodien sin ambigüedades la Constitución y la ley porque es la única manera de proporcionar, con absoluta imparcialidad e independencia, respuestas adecuadas a los problemas de los ciudadanos, ofreciendo un marco de seguridad jurídica y de certeza, siempre cruciales en cualquier sociedad democrática; y más aún en épocas de turbulencias económica y social”.
“Los jueces buscamos la paz y aseguramos la convivencia, porque ninguna sociedad prospera con enfrentamientos, con conflictos interminables”, agregó y que el Consejo preservará la independencia judicial “siempre que resulte amenazada”.
Se percibía que los independentistas habían perdido fuerza tras sus divisiones internas, pero lograron establecer acuerdos; el lunes pasado dieron a conocer una lista de nacionalistas conservadores, izquierda independentista y representantes de la sociedad civil para llevar a cabo el inicio del proceso de separación de Cataluña en un plazo de 18 meses.
Felipe de Borbón ha tenido mayor presencia en territorio catalán, al parecer, como una estrategia política para conquistar a los 7.5 millones de catalanes, de los que un 40% desearían la independencia, de acuerdo con sondeos.
A finales de 2014, la fiscalía española anunció el inicio de una investigación contra Artur Mas por organizar una consulta sobre la independencia de Cataluña, aunque fue prohibida por el Tribunal Constitucional; en noviembre esa consulta tuvo un alcance de hasta un 80% de “sí” de 1.9 millones de votantes.
Información de Milenio y El Mundo, España