Ante el pacto alcanzado ayer 14 de julio entre el gobierno del mandatario iraní, Hassan Rohani, sobre el programa nuclear y el G5+1 (Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia, Alemania y Rusia), las críticas y temores han empezado a aflorar en el contexto internacional.

Israel y Arabia Saudita han sido los primeros en manifestar su descontento con el acuerdo alcanzado porque aseguran, Irán se ha convertido ahora, en un socio estratégico de Washington. El problema en sí no tiene que ver directamente con el contenido del pacto sino de las consecuencias geopolíticas en la región.

Algunos críticos opositores, como el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y un grupo de neoconservadores norteamericanos liderados por John Bolton, lo califican como el “Waterloo diplomático” o “un error histórico”. Lo que temen, más que el programa nuclear, es que Irán se convierta en un socio diplomático y comercial de Estados Unidos, incluso, de Europa.

Al parecer, se esperaba librar una guerra en el territorio iraní para restablecer el sistema político así como para supervisar las instalaciones nucleares. Sin embargo, la Casa Blanca ha dejado claro que la época de la reactivación de la economía a través de la guerra, también llamado “Keynesianismo bastardo”, ha quedado atrás. Sin duda, un acuerdo histórico. Un legado más para la administración Obama.

El programa nuclear de Irán, desactivado

Cinco anexos, un mecanismo de solución de conflictos, obligaciones y sanciones así como las instrucciones para implementar un programa a 15 años es lo que contiene el documento firmado el lunes 13 de julio.

Irán se comprometió a no desarrollar o adquirir armas nucleares “bajo ninguna circunstancia” ni a enriquecer uranio dentro de los próximos 8 años. De igual forma, eliminará progresivamente algunas centrifugadoras (IR-1, de enriquecimiento menos avanzado que las IR-8) durante la próxima década.

De igual forma, Irán podrá seguir haciendo investigación sobre el enriquecimiento del uranio pero no podrá elevarlo arriba del 3.96%, porcentaje suficiente para la generación de energía eléctrica, ya que se tenía registrado que Irán estaba enriqueciendo uranio cerca del 50%.

Cabe mencionar, basta el 20% de enriquecimiento para empezar a generar armas nucleares; la bomba atómica necesita cerca del 90% de enriquecimiento del uranio. Irán jamás pudo justificar el motivo de la creación de tantas centrifugadoras ni de los elevados niveles del enriquecimiento.

Irán tampoco podrá participar en actividades relacionadas con la metalurgia del uranio ni del plutonio.

Las principales centrifugadoras deberán mantenerse en Natanz y Arak, se podrán modernizar y adaptar a nuevos estándares, como las actividades de reprocesamiento del combustible gastado y el manejo de los desechos radioactivos, ya que la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) supervisará completamente las actividades de Teherán en este apartado durante los próximos 25 años.

No más sanciones a Teherán

La Unión Europea así como Estados Unidos se comprometen a levantar solamente las sanciones económicas y financieras a Irán relativas al programa nuclear. No será sino hasta que la OIEA anuncie que ya no hay proliferación de armas nucleares cuando el resto de las sanciones sean eliminadas.

En todo momento se vigilará el actuar de Teherán ya que las sanciones podrán volver a imponerse en caso de algún incumplimiento significativo al plan de acción establecido.

Tampoco se prevén nuevas sanciones, elemento que Irán deberá tomar como base del cumplimiento de los compromisos adquiridos.

El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dictará una nueva resolución al respecto para apoyar el pacto alcanzado.

El Pentágono listo para actuar, a pesar del acuerdo

Ante el pacto alcanzado entre el G5+1 e Irán sobre el programa nuclear, el secretario de defensa norteamericano, Ashton Carter aseguró ante Israel y otro aliados de Medio Oriente que Estados Unidos podría utilizar “una opción militar” contra Irán si fuese necesario.

En su afán de preservar la seguridad nacional estadounidense así como la de sus aliados en la región, Carter dijo en un comunicado que “seguimos preparados y dispuestos para defendernos de la agresión, garantizar la libertad de navegación en el Golfo así como comprobar alguna influencia maligna iraní.”

Cabe mencionar que Estados Unidos mantiene una fuerte presencia militar en Medio Oriente a través de las bases militares. Este anuncio se da poco tiempo después de que la Casa Blanca anunciara el pacto con Irán.

Con información del periódico Russian Times (RT).