Rumbo a la dirigencia nacional
José Luis Camacho Acevedo
Después de la derrota del PAN en la pasada jornada electoral, que en algo tuvo que haber afectado las profundas divisiones internas, se hace necesario que el siguiente proceso para cambiar la dirigencia sea menos combativo que el anterior, sin tanta guerra sucia de por medio.
Las divisiones en el interior del partido se notaron mucho durante las campañas electorales, por un lado estaban los maderistas, que si bien pidieron el voto para apoyar a los candidatos calderonistas, no los apoyaron económicamente tal vez como hubiera sido necesario; y por otro lado, Felipe Calderón promovía el panismo, pero comenzaba a repartir culpas antes de los resultados.
El domingo 16 de agosto el PAN tendrá un nuevo líder para el periodo 2015-2018, así lo informó la Comisión Nacional Organizadora de la Elección del CEN, al emitir la convocatoria para el relevo del actual dirigente, Gustavo Madero Muñoz.
Sin duda el cargo para presidir al PAN nacional estará muy discutido, por lo mucho que representa, nada más y menos que conducir el partido rumbo a la contienda por la Presidencia de la República en 2018, así como enfrentar las elecciones de 2016 cuando se renovarán 12 gubernaturas.
Son varios los que ya levantaron la mano para dirigir el PAN, incluso algunos la levantaron y después la bajaron como la ex primera dama Margarita Zavala Gómez del Campo, quien se había autodestapado en en una red social de video para candidata a la Presidencia de la República.
Ese mismo día, el diputado Ricardo Anaya Cortés se postuló como contendiente para presidir nuevamente el partido, recordemos que fungió como interino mientras Madero Muñoz buscaba una candidatura plurinominal para una diputación federal.
En su discurso, Anaya dio la impresión de querer independizarse de Madero, algo que se torna complicado, ya que seguramente el muy probable coordinador de la bancada panista en la próxima Cámara de Diputados buscará estar muy cerca de la nueva dirigencia, en la búsqueda de conseguir su ansiada meta, es decir la candidatura para la Presidencia de la República.
El todavía aliado del actual jefe del PAN, Anaya Cortés, se está preparando con todo para la contienda, incluso ya solicitó licencia —otra vez— en su cargo como diputado federal y por obvias razones dejó la coordinación de la bancada panista.
Antes de iniciar el proceso al parecer ya sumó a dos calderonistas, Javier Lozano y Roberto Gil Zuarth, a su proyecto, esto a juzgar por sus declaraciones ante el prematuro destape de Margarita de Calderón, ya que incluso la acusaron de causar controversias innecesarias antes de tiempo y de no contar con las tablas necesarias para tal posición.
Hace un par de semanas el senador Javier Corral dio la sorpresa, y también anunció que contenderá por la dirigencia panista, en entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva en su noticiero de radio expresó: “se equivocan quienes han tratado de colocar esa candidatura de unidad a partir, fundamentalmente, del acuerdo entre cúpulas o de fracciones en el partido”.
Seguramente el senador Corral afianzará su candidatura en las molestias e inconformidades internas, sobre todo después de la tremenda derrota del PAN en las elecciones del 7 de junio.
Ya son dos derrotas al hilo para el PAN con Gustavo Madero como presidente, su aliado y compañero de fórmula la última vez que contendió por la dirigencia, es decir, Ricardo Anaya también tendrá que asumir algunos de los costos de estos resultados.
De acuerdo con Corral existe dentro de la militancia panista una gran inconformidad, la cual viene mucho atrás de las elecciones intermedias de 2015, tiene que ver con la forma en cómo se han tomado las decisiones en los últimos años y que han colocado el partido en su posición actual.
A esta aspiración se podrían sumar otras dos, la del exgobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, y la del consejero vitalicio del partido, Juan José Rodríguez Prats.
Este último en caso de que se diera un candidato de unidad, lo que la verdad se vislumbra complicado, ha señalado que no le daría su voto de confianza a Javier Corral, precisamente por eso que lo distingue, su carácter arrebatado, “si discrepas con Javier, te conviertes en enemigo de la humanidad; me recuerda mucho a mi paisanito Andrés Manuel”, le dijo Gómez Leyva, según relata en una de sus columnas.
La verdad es que se avizora una batalla que más que beneficiar al partido lo podría perjudicar, pues todavía ni siquiera inicia el proceso y ya comenzaron las patadas debajo de la mesa.