PAN

Alejandro Zapata Perogordo

 El PAN es un referente histórico en el México contemporáneo, fue el propulsor de grandes transformaciones, muchas de ellas aún en proceso de consolidación, con una clara visión de hacia dónde se debía fincar el futuro, bajo qué reglas e impulsando una filosofía de pensamiento humanista y liberal, comenzando en el respeto a la dignidad de las personas, sus derechos y libertades, por ende, la construcción de una nación ordenada, de leyes, con mejor distribución de la riqueza: en síntesis, un país donde la soberanía se soporte precisamente en un verdadero sistema democrático, elevando la calidad de vida de sus habitantes y desde luego propiciando oportunidades para el integral desarrollo de las personas.

Su concepción se inspira en ideas de Ortega y Gasset, ahora parafraseado por Javier Corral al utilizar el lema: “la rebelión de las bases”, que hace recordar el libro escrito por el primero que lo tituló: La rebelión de las masas. Así, don Manuel Gómez Morin, idealista pragmático, como él mismo se definió, optó por la vida institucional en la ardua tarea de fundar Acción Nacional, un instituto con doctrina bien definida, reglado, con misión y visión, consciente de su papel inicial de realizar una función testimonial, cuyo objetivo primordial —aún vigente— consiste en la formación de ciudadanos.

Así han pasado por sus filas grandes personajes que no únicamente aportaron sus esfuerzos, inteligencia y pensamiento a la institución política, sino que precisamente desde esa trinchera contribuyeron a los grandes cambios del país, aun a sabiendas que las condiciones eran adversas para escuchar voces opositoras al régimen intolerante, centralista y dictatorial. Llegaron nuevas generaciones, la victoria cultural a la que hacía referencia Carlos Castillo Peraza, comenzó a surgir, el diálogo político y las reglas de competencia acompañadas del debate y la confrontación de ideas se dieron con frecuencia, los avances para lograr equilibrios, los pesos y contrapesos que en su momento fueron invocados por don Manuel Herrera y Lasso se hicieron presentes. El tiempo y la perseverancia otorgaron la razón a quienes sin pretender beneficio personal alguno, lucharon permanentemente sin más armas que las ideas y las razones del alma, sin más afán que construir un México con dignidad para sus hijos.

Son pasajes románticos de la vida nacional, que calaron hondo y cambiaron el rumbo. Por otra parte, la época actual invita, reclama y exige a las instituciones una inmediata adecuación, con el ánimo de dar respuesta a una nueva realidad, pues es obvio que los partidos políticos se encuentran desfasados por un anacronismo que les impide avanzar, ensimismados, encerrados en sus propias batallas patológicas que los ancla en sus conservadoras fronteras.

Éste es el reto que ahora enfrentamos en Acción Nacional, no es como algunos lo dibujan: un relevo en la dirigencia. Tenemos que ir más, mucho más allá. En principio rescatar la identidad: ¿quiénes somos y para qué estamos?