Como si la pobreza, la descomposición social, la crisis económica, la inseguridad, la discriminación a grupos indígenas y el conflicto magisterial no fueran suficientes, ahora es la convulsión política la que se suma a la serie de conflictos que han lacerado y trastocado la vida de los oaxaqueños.

Diputados locales de la LXII Legislatura protagonizaron una pelea callejera en el Recinto Parlamentario del Congreso del Estado de Oaxaca, mientras se discutía el Decreto de Ley de Procedimientos e Instituciones Electorales para esa entidad.

La calidad de discusión se redujo a un zafarrancho cuando algunos legisladores del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tomaron la Máxima Tribuna de estado para impedir que fuera aprobada la ley en discusión.

La situación se salió de control y la respuesta de los diputados de los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PAN), respondieron la agresión. El paisaje se pintaba con el color de los gases lacrimógenos, y terminado de ornamentar con el equipo de audio destruido.

Los finos acabados eran aportados por la figura de los integrantes de esa distinguida Legislatura, en el que pintaban la segunda parte de la Divina Comedia.

Los priístas lograron que no se pudiera instalar la sesión extraordinaria en ese momento, y en ese lugar ubicado en el edificio marcado con el número 1 de la calle 14 Oriente, de la colonia San Raymundo Jalpan de la capital, Oaxaca.

A unos metros, los diputados que estaban a favor del Decreto habilitaban una sala de juntas, donde regularmente sesionan las comisiones legislativas y al haber el quorum suficiente, declaraban abierta la sesión.

Inevitablemente, la Ley de Procedimientos e Instituciones Electorales fue aprobada con 24 votos a favor y 15 en contra.

La LXII Legislatura está conformada por 17 diputados del PRI, 9 del PAN, 10 del PRD, 1 del PVEM, 1 del PANAL, 1 del PT, 1 de MC, 1 de UP y 1 de PSD.

Ahora, si de vacíos de poder se puede hablar, no solamente los diputados oaxaqueños se han arrodillado ante la problemática que existe en ese estado de la República Mexicana, sino también los otros dos poderes: el Ejecutivo y el Judicial, asumidos a los caprichos de organizaciones políticas y sindicales que han desfalcado la tranquilidad de los habitantes y las finanzas públicas. El crimen organizado también hace de las suyas sin que haya alguien que los detenga.

Nada menos, en la madrugada de este viernes, sujetos armados ejecutaban a tiros al excandidato a la alcaldía de del Partido Nueva Alianza, Edgar Hernández García, quien también era dueño de un portal de noticias local.

Hernández García, recibió varios impactos en el cuerpo de proyectil de arma de fuego calibre .9 mm, luego de intentar huir del establecimiento en el que se encontraba bebiendo, conocido en la colonia Las Crucecitas, de Huatulco.

Apenas el pasado 25 de mayo, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en esa entidad, Benjamín Hernández Gutiérrez, señaló enfático, que debido a los conflictos sociales y magisteriales, el estado de Oaxaca se había vuelto una presa fácil y vulnerable, para que la delincuencia se apodere del territorio y actúe sin temor.

Dijo, que por atender los conflictos sociales y magisteriales, los cuerpos policiales estatales y municipales descuidan otras áreas de la Seguridad Pública, lo cual permite una libre actuación de la criminalidad.

Pero aquí, la cereza del pastel la aporta es portada por la administración de Gabino Cué Monteaguado. Es débil –como gobiernos anteriores- y no ha querido romper los paradigmas de control de los grupos magisteriales sobre las instituciones educativas y hasta por encima del aparato completo del Poder Ejecutivo.

Entonces, cada vez incrementa la hegemonía del poder delincuencial y la ilegalidad, mientras disminuye la calidad en el estilo de vida de los oaxaqueños.