Charla conCésar Pérez Gellida/Autor de Memento mori

 

…Cuidar bonsáis tenía un efecto terapéutico

sobre él, le ayudaba a cultivar la paciencia, a controlar sus impulsos…

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Eve Gil

César Pérez Gellida es un autor debutante, aunque en su primera novela, Memento mori, versos, canciones y trocitos de carne se nos revela como una pluma con bastante camino recorrido y nos sorprende con una novela negra perfectamente justificada, anudada y resuelta.

¿En qué momento decidió este geógrafo y empresario abocarse a escribir una novela de estas características?

“La trama nació —dijo— de forma un tanto extravagante. Tengo problemas para conciliar el sueño y uno de los métodos que utilizo es inventarme historias hasta que me quedo dormido. Una de ellas, sobre un sociópata narcisista se fue tejiendo y complicando hasta que me vi en la necesidad de ponerla en papel”.

La respuesta no deja de resultarme graciosa. La mayoría de la gente tiende a evitar películas y lecturas sangrientas antes de dormir, en especial si sufren insomnio. Continúa Pérez Gellida:

“Para crear el personaje de Augusto Ledesma —el psicópata, coprotagonista más que antagonista— acudí a un psiquiatra especialista en trastorno antisocial de la personalidad del grupo narcisista. Tres sesiones después y 280 euros menos, estaba listo para meterme en la piel de Augusto”.

Agrega: “En cuanto a Ramiro Sancho —el detective protagonista, pelirrojo y barbado— lo he vivido desde muy dentro gracias a la colaboración de un inspector de homicidios que me ha ayudado desde el principio a entender los procesos de investigación reales y la cotidianidad de quien se dedica profesionalmente a investigar el crimen”.

No me inspiré en nadie

El personaje de Augusto —un asesino de mujeres con apariencia mezcla nerd-hipster-playboy— es tan arrollador que no podía darse el lujo de crear un policía —el “héroe” en este caso— que no estuviera a su altura, aunque resulta que Sancho está lleno de debilidades de carácter, incluso se enamora fácil. Pareciera que Augusto, quien me recuerda al Patrick Bateman de American Phsyco, de Brett Easton Ellis, tiene ganada la partida. Por si fuera poco, tuvo un pasado como niño pobre y se llamaba Gabriel antes de ser adoptado por un millonario que hace de él un dandy.

“No me inspiré en nadie en particular —señala el autor—. Fue una frase que leí en algún diario que sostenía que la Organización Mundial de la Salud cifraba en un 2% el índice de personas a nivel mundial afectadas por algún tipo de trastorno antisocial de la personalidad. Esto me generó mucha curiosidad pero el personaje no es una mezcla de rasgos, es puro en sí mismo”.

“No hay unanimidad entre los expertos en la materia a la hora de diferenciar entre psicópatas y sociópatas —continúa—, pero muchos piensan que los primeros nacen con una «desconexión» emocional y los segundos se hacen empujados por su vivencias. Augusto pertenecería más a este segundo grupo, sin embargo, aquí lo importante es entender que un sociópata no es capaz de tener empatía hacia sus congéneres y, por lo tanto, no se arrepiente de sus acciones, simplemente no puede”.

 

El papel de la música

Comento al autor que Augusto también me hizo pensar en Hitler. Existe la teoría de que fue una vocación artística truncada y frustrada lo que lo convirtió en un monstruo. ¿Podría ser el caso de este homicida que siempre deja un poema en la escena del delito?

Dice Pérez Gellida: “Esa es muy buena, no había pensado en ello, pero es cierto, hay puntos coincidentes entre ambos y, desde luego, Hitler tenía un claro desajuste emocional”.

Y aparece Marina, la literata, a quien la policía contrata para tratar de descifrar algún mensaje oculto en esos poemas. Un personaje intenso, interesante, sensual, de quien Sancho se enamora.

Pero el autor no alude a Marina con la seriedad y el afecto esperados, se limita a decir que su aparición en la trama se debe sencillamente a que…“supongo que por la necesidad de tener un personaje femenino fuerte, como es ella”.

La música es esencial en Memento mori. O más que eso. Confieso al autor que me puse a localizar el soundtrack en Spotify e hice varios descubrimientos fascinantes. ¿Por qué la música? ¿Escribió esta novela escuchando su propia lista de reproducción?

“No, porque la tengo en mi cabeza. Es la parte —dice el autor— que le aporto a Augusto Ledesma además de sus gustos literarios. Surgió de la necesidad de explicar a los lectores las emociones que tiene Augusto antes, durante y después de cometer los asesinatos, y la experiencia de leer y escuchar es única. Pronto se editará en España la banda sonora de la mano de Warner Music; espero que llegue a México y no tarde mucho”.

Memento mori es rica en alusiones y citas literarias. ¿Cuáles son sus influencias literarias y/o sus autores de cabecera de Pérez Gellida?

“Aquí tendríamos que hacer —dice— otra entrevista al respecto, pero por resumir te diría que en novela negra Lorenzo Silva y en thriller Juan Gómez-Jurado son los dos autores que más leo. De Pérez-Reverte y Ruiz Zafón lo he devorado todo, y del extranjero me gusta mucho un noruego que escribe thriller negro: Jo Nesbo”.

¿Qué viene después de esta intensa novela? ¿Se mantendrá dentro del género negro?

Concluye: “No. Recientemente he publicado Khimera, un thriller distópico que está recogiendo críticas excelentes en mi país. Espero que pronto llegue a sus librerías”.

César Pérez Gellida nació en Valladolid, España, en 1974 y la novela Memento mori está publicada por Suma de Letras, México, 2015.