“Estamos seguros de que este es el momento de acercarnos dos pueblos ya no enemigos sino vecinos, es el momento de desplegar nuestras banderas y hacerle saber al resto del mundo que nos deseamos lo mejor los unos a los otros”, expresó en español el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, durante la ceremonia de reapertura de la embajada norteamericana en la capital cubana.

Luego de que las barras y estrellas dejaron de ondear en enero de 1961 con este acto se cerrará el restablecimiento de relaciones diplomáticas que comenzó el 20 de julio; lo que representa un momento clave del proceso de deshielo iniciado desde diciembre, pero que aún no concluye.

Kerry reconoció la necesidad de levantar el embargo a la isla, pero que también Cuba tiene que hacer su parte, “las dos partes tienen que levantar las restricciones que retienen a los cubanos”.

“Mantener relaciones normales nos hace más fácil hablar. Y hablar nos ayuda a profundizar la comprensión mutua, incluso cuando no vemos las cosas del mismo modo”, siguió Kerry.

Respecto a la democracia y derechos humanos, el secretario de Estado norteamericano dijo que “los cubanos son los que tienen que configurar su futuro. Pero todos en Cuba, cubanos y autoridades, deberían saber que EUA siempre defenderá los principios democráticos y las reformas”.

En este periodo de relaciones suspendidas “toda una generación de cubanos y de estadounidenses ha crecido y envejecido”, aseguró Kerry, y que todo este tiempo, mientras el mundo cambiaba, las relaciones entre EUA y Cuba permanecieron encerradas en el pasado.

También Kerry refirió en su discurso cómo fueron distanciando sus relaciones ambas naciones desde 1959 hasta que, el 3 de enero de 1961, el presidente Dwigth Eisenhower ordenó romper las relaciones diplomáticas con La Habana, época en la que el secretario de Estado era un estudiante.

“Sabemos que el camino hacia unas relaciones plenamente normales es largo, pero es precisamente por ello que tenemos que empezar en este mismo instante”, declaró el funcionario estadounidense, el primer secretario de Estado norteamericano que visita Cuba desde 1945, y que es un momento “verdaderamente histórico, una ocasión memorable”.

Por su parte, Bruno Rodríguez afirmó que Cuba está lista para abordar el tema de las compensaciones por la expropiación de empresas y bienes norteamericanos en los años 60, lo que representa una demanda clave de Washington.

“Las relaciones migratorias entre EUA y Cuba no debieran ser politizadas, debieran ser totalmente normales”, declaró Rodríguez; las actuales leyes de EUA permiten que los cubanos reciban un permiso de residencia y trabajo al año de haber llegado a territorio norteamericano.

John Kerry agregó que EUA no tiene planes de cambiar las normas migratorias que benefician a los cubanos. La comunidad cubanoamericana estaba preocupada por una posible reforma de normas como la Ley de Ajuste o la de “pies secos, pies mojados” que les beneficia, dijo.

Bruno Rodríguez aseguró que “lo más importante es que, a pesar de las diferencias entre nuestros gobiernos, es posible relaciones civilizadas, productivas, que serán distintas en su naturaleza a toda nuestra historia anterior”.

“El levantamiento total del bloqueo es esencial para poder mantener relaciones normales”, insistió Rodríguez, así como “la devolución” del territorio “usurpado” en Guantánamo, y “avanzar en el tema de las compensaciones” por los daños “humanos y económicos” contra Cuba.

En respuesta, el secretario de Estado norteamericano dijo estar consciente de que el levantamiento del embargo a la isla es importante y recuerda que tanto él como el presidente Obama lo están intentando, pero que sólo lo puede hacer el Congreso, que está en manos republicanas; y comentó que en estos momentos no tiene planes de devolver la base militar de Guantánamo.

Kerry y Rodríguez acordaron crear una comisión bilateral que deberá abordar “de inmediato” los temas más “complicados” desde hace más de medio siglo, dice el canciller cubano. Las reuniones comenzarán “en las próximas semanas”.

Kerry pronunció sus agradecimientos a Suiza por su trabajo durante estos años desde la Sección de intereses que reabrió el pasado 20 de julio como Embajada y elogió a la directora de Estados Unidos en la cancillería cubana, Josefina Vidal, quien presidió el grupo de trabajo de la Mayor de las Antillas en el proceso de restablecimiento de las relaciones entre las partes.

En las puertas de Versalles la escasa presencia de disidentes se hace escuchar a través de un megáfono; llueven críticas contra Obama, los Castro, Nicolás Maduro y Evo Morales.

La historia del rompimiento

En 1959, Fidel y Raúl Castro tomaron el poder, mientras el dictador Fulgencio Batista huía de Cuba; en ese momento comenzaron a dificultarse las relaciones, pese a que Estados Unidos reconocía al nuevo gobierno, cuando los estadounidenses criticaron los juicios, y las ejecuciones de las personas leales a Batista.

En 1960, Cuba nacionalizó refinerías de petróleo que pertenecían a EUA ante su negativa de procesar crudo soviético; gran parte de los negocios estadounidenses en suelo cubano serían expropiados poco después.

En octubre de ese mismo año, EUA declaró un embargo sobre la mayoría de las exportaciones a Cuba, poco después fue cuando rompió relaciones diplomáticas con la isla, en enero de 1961.

A los tres meses, Castro declaró un estado socialista a Cuba, un día antes de la invasión de Bahía Cochinos, patrocinada por Washington, que fracasó y con la que se pretendía derrocar a Castro; agentes estadounidenses ya en repetidas ocasiones se habían esforzado por matar al líder cubano.

En 1962, un bloqueo estadounidense obligó a que fueran retirados mísiles nucleares soviéticos de Cuba luego de una batalla que puso al mundo cerca de una guerra nuclear, entonces, John F. Kennedy, presidente de EUA, se comprometió a no invadir la isla.

Por su parte, Jimmy Carter, poco después de haberse colocado en la Casa Blanca hizo el intento de normalizar las relaciones con Cuba, restableciendo misiones diplomáticas y negociando la liberación de miles de prisioneros, sin embargo, los conflictos por la misión militar cubana en África, la tensión causada por el aluvión de refugiados a la isla en 1980 y la elección de Ronald Reagan entorpecieron el acercamiento.

También, más tarde, las relaciones hostiles de Cuba con la mayoría de los inmigrantes establecidos en Florida provocaron confrontaciones; en 1996, aviones cubanos derribaron dos aeroplanos operados por el grupo Hermanos al Rescates, que tenían la encomienda de rescatar a los balseros en el mar, lo que dejó cuatro personas sin vida.

En 1999, el caso de Elían González, un niño de 5 años, rescatado en el mar tras la muerte de su madre, avivó el distanciamiento. Los familiares del niño, residentes de EUA, pedían la custodia de Elían; los funcionarios estadounidenses resolvieron devolver el menor a su padre a Cuba, en el año 2000.

Al siguiente año, EUA arrestó a cinco espías cubanos ante lo que La Habana inició una campaña internacional para liberarlos, argumentando que los detenidos defendían a la isla contra intentos terroristas de Washington.

Casi diez años después, en 2009, Cuba arresta al contratista de USAID, Alan Gross, quien fue acusado de subversión, lo que acabó con cualquier esfuerzo hasta el momento por recuperar el acercamiento Cuba – Estados Unidos.

Fue entonces cuando en diciembre pasado, Obama y Raúl Castro anunciaron que Cuba y Estados Unidos retomarían las relaciones diplomáticas, con el intercambio de presos, incluyendo a Gross y tres de los espías que seguían retenidos; además, Obama retiró formalmente a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo.

Información de El Universal; El País, España; Granma, Cuba; y CubaDebate