El propósito de la empresa Procdmx
Si le echamos un segundo piso,
con eso sí mercamos.
Oscar Benassini
José Alfonso Suárez del Real y Aguilera
Apostándoles a un inexistente alzheimer vecinal, los promotores de la empresa de participación estatal mayoritaria de la administración del Dr. Miguel Ángel Mancera Espinosa, Procdmx S. A. de C. V., heredera de la gestada al amparo de Marcelo Ebrard, Calidad de Vida, pretenden imponer un supuesto corredor cultural en la Avenida Chapultepec, lo que detonará la expulsión de vecinos de un polígono conformado por un área que va de las calles de Lieja a la Glorieta Insurgentes y de las calles de Puebla a las de Hamburgo, con una superficie de 116 mil metros cuadrados.
Los promotores públicos de este proyecto gentrificador y privatizador del espacio público olvidan que existimos vecinos en las colonias Juárez, Roma y Condesa que aún recordamos aquel desafortunado proyecto en la avenida Álvaro Obregón que, bajo el amparo del último regente, Óscar Espinoza Villarreal, y el del defenestrado exdelegado en Cuauhtémoc, Jesús Dávila Narro, en 1995 pretendió imponer a la comunidad en la avenida Álvaro Obregón con argumentos tan iguales a los que hoy esgrimen los “desarrolladores” del despropósito urbano y con los que pretenden expulsar a familias y negocios arraigados desde hace décadas en la Avenida Chapultepec.
El citado Dávila Narro también invocó la idílica imagen de las ramblas barcelonesas como un proyecto aspiracional de una sociedad europeizada, olvidando que a los “romanos” nos templaron los sismos —de 1957 y 1985— y prueba de ello fue el ahínco con el que se defiende el arraigo vecinal, cuya expresión vecinal se ubicó en la creación de la Unión de Vecinos y Damnificados 19 de Septiembre, gestada hace 30 años a escasas horas del movimiento telúrico del 19 de septiembre de 1985.
Mis vecinos de la Juárez han debido soportar un proceso de degradación urbana auspiciada desde las autoridades delegacionales y de seguridad pública, así como el tsunami gentrificador que se impulsó desde el gobierno de Ebrard.
Con el slogan “Levanta la Mano por Chapultepec”, los promotores empresariales de Procdmx quieren legitimar un negocio fincado en correr a los vecinos de viejo arraigo, por nuevos inquilinos y nuevos propietarios, a quienes les interese la zona por su “exclusividad”.
Así como en 1995 la organización vecinal evitó la apropiación indebida de la avenida Álvaro Obregón por parte de mercaderes y promotores oficiosos, veinte años después, en 2015, #DefensaDelArraigoVecinal volverá mostrar su fortaleza y convicción a favor de la ciudad como escenario del ejercicio de derechos, garantías y libertades, en una metrópoli respetuosa de la dimensión humana, una urbe que impida la atinada síntesis que recientemente publicó el articulista mexicano Oscar Benassini, para quien el “bisnes” del Corredor Cultural Chapultepec está en echarle un segundo piso, en el que sí mercarán los marchantes de la gentrificación.