Aún estamos en niveles manejables

Julio A. Millán B.

La deuda externa total es la suma de la deuda a largo plazo del sector público, con garantía pública, y la privada no garantizada; también se incluye el uso del crédito del FMI y la deuda a corto plazo. Ésta última incluye toda la deuda con un vencimiento original de un año o menos y los atrasos en los intereses de la deuda a largo plazo.

La deuda neta externa del sector público que incluye la deuda del gobierno federal, de la banca de desarrollo y de los organismos y empresas públicas, al mes de marzo de 2015, registró un saldo acumulado de 158,952.7 millones de dólares.

Ahora bien, cabe preguntarnos qué importancia tiene el endeudamiento externo para la economía nacional. La deuda contraída, utilizada en inversiones productivas, podría fomentar el crecimiento si se mantiene a un nivel razonable; de lo contrario, podría tener un efecto contrario.

Según la teoría económica, un nivel “razonable” de endeudamiento apoya el crecimiento económico de un país en desarrollo. Lo anterior, mientras use los préstamos para inversiones productivas y no esté afectado por inestabilidad macroeconómica, políticas que distorsionen los incentivos económicos ni fuertes sacudidas, debería de mostrar un crecimiento mayor y poder efectuar los pagos correspondientes a capital e intereses de manera puntual.

¿Qué tan grande es el monto de la deuda externa total? Existen dos medidas comúnmente aceptadas del nivel de endeudamiento, el monto con respecto al PIB y con respecto a los ingresos externos, lo que mide la capacidad de pago. En este contexto, la deuda externa total cuyo monto a marzo de este año era de 283,435.7 millones de dólares, equivale al 24.36 % del PIB y al 274.6 % de los ingresos de la cuenta corriente.

Con respecto al nivel del producto, el nivel es aceptable; sin embargo, si consideramos desde el inicio de la crisis de 2009, esta relación ha pasado de niveles del 16-17 al 24 % de este año.

En el caso de la relación respecto de los ingresos de la cuenta corriente, que incluyen las exportaciones, éstos también se han incrementado a partir del inicio de la crisis de niveles de 150 % a los actuales de 270 %.

Es necesario que cuidemos muy de cerca la evolución del endeudamiento externo. Aún estamos en niveles manejables, pero las condiciones externas como la caída en los precios del petróleo, la fortaleza del dólar y el alza en las tasas de interés, podrían desestabilizar el equilibrio macroeconómico alcanzado. ¡Cuidemos no crear un Frankenstein de la deuda!