Ricardo Muñoz Munguía

Uno de los principales tinos del escritor, es zafarse o deslindarse de la circunstancia que lo aqueja, del prejuicio, de los estereotipos…, no como una medida de lo que no se debe retratar, sino de lo que el álter ego no puede permitir que se retrate. Es sumamente cierto que gran parte de la vida de una persona aparece en su obra, mas es importante no perder de vista que la obra deja ser parte de su creador, por decirlo de algún modo, y pasa al territorio ajeno, al del lector.

Martín Camps (México, 1974), autor de los poemarios Desierto Sol, La invención del mundo, La extinción de los atardeceres y Poemas de un zombi, además del libro de ensayos Cruces fronterizos: hacia una narrativa del desierto, es actualmente profesor en la Universidad del Pacífico en Stockton, California, Estados Unidos. Su más reciente volumen, Horas de oficina (Niram Art, 2014) describe lo que suponemos es en gran medida la vida que ha tenido desde su cruce al país vecino.

Horas de oficina, novela que aborda la porción de vida de un joven recién egresado que viaja a Estados Unidos con la esperanza de aprender, y aprehender, el ejercicio de la academia para desarrollarla en el país del norte. Lo que se avizora casi desde un principio. Este trabajo narrativo —en algunos momentos con el perfil del ensayo— estructura en su índice siete apartados; y cada título (1. “Estudiante graduado”, 2. “Tesis.doc”, 3. “Meat Market”, 4. “El tutor”, 5. “El primer trabajo”, 6. “Historias reunidas” y 7. “Del diario del profesor asistente”) nos ilumina el camino al que nos invita el autor y, así es, el recorrido describe al estudiante que se enfrenta en el proceso de irse, y lo hace sobre la frontera México-Estados Unidos; es el recién graduado que se desprende no sólo físicamente de su país sino que, como lo menciona al inicio de la novela: “ahí les dejo México”, como una liberación, como la oportunidad negada en su patria y, por otro lado, para mencionar un ejemplo, el reproche —con cierta razón— al Centro de la cultura del país, la Ciudad de México, donde “allí y sólo allí es donde sucedía la culturilla mexicana”.