Este miércoles, Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), aseguró en comparecencia en el Senado, que en lo que va de la actual administración —y en general en las dos últimas décadas— hay avances y retos en la atención a la pobreza: el Estado ha crecido en coberturas básicas, pero por otro lado, el ingreso de las familias no ha cambiado en los últimos 30 años.

El secretario subrayó que hay programas de ingreso productivo en las secretarías de Agricultura, la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y de Desarrollo Social que suman 65 mil millones de pesos, y “no hemos visto con claridad, ni hoy ni desde hace tiempo, resultados”, por lo que destacó que la evolución del ingreso corriente per cápita en los 22 años pasados (a precios de 1992) se ha mantenido prácticamente igual: en 1992 las familias tenían 3 mil 500 pesos al mes y en 2014 suman 3 mil 600.

Es muy difícil pensar en reducir la pobreza sistemáticamente y a largo plazo cuando tenemos poco avance del ingreso en los últimos 25 o 30 años.

Estrategias focalizadas

Insistió en que la propia Cruzada Nacional contra el Hambre forma parte de esas estrategias focalizadas, dirigidas a un subconjunto de la población en pobreza extrema. “Y cuando la estrategia focalizada adecuadamente se coordina muy bien entre las instancias federales y los gobiernos locales, puede haber importantes resultados positivos y reducción de carencias”.

Reconoció los resultados que se han tenido en la Cruzada Nacional contra el Hambre y las reducciones que se han dado por parte de la actual administración en carencias sociales, como en seguridad social, salud y servicios básicos.

“La política social ha concentrado sus esfuerzos en la reducción de carencias sociales en la población en pobreza extrema, desde 1996. Las acciones de la Cruzada han focalizado apoyos a hogares al interior de la pobreza extrema y han logrado reducir las carencias sociales de esa población. Sin embargo, se deben encontrar estrategias para lograr la reducción de la pobreza más amplia que involucra a 55 millones de personas.

“Sin duda, esas estrategias tienen que ver con esquemas que mejoren la actividad económica del país en su conjunto: reformas estructurales, estrategias que mejoren los salarios reales, la productividad, la inversión, la estabilidad de los precios para generar un incremento sostenido del poder adquisitivo”, planteó.

Destaco que “el Estado mexicano ha hecho esfuerzos de política pública importantes para reducir especialmente la pobreza extrema del país, a partir de estrategias focalizadas que han reducido carencias y han aumentado el ingreso por la vía de transferencias”.

Consideró que para reducir la pobreza tienen que ir de la mano las políticas social y económica. Al insistir en el avance que se ha tenido en coberturas en los dos primeros años de la presente administración.