Decir que otros están peor
No hace falta un gobierno perfecto,
sólo se necesita uno que sea práctico.
Aristóteles
Carlos Alberto Pérez Cuevas
La economía está por los suelos, durante los tres años de gobierno federal, no ha sido certera ninguna de las proyecciones que ha realizado la Secretaría de Hacienda, constantemente han tenido que reprogramar a la baja las expectativas de crecimiento económico, no sin el argumento de que el país va bien, que las crisis han pegado más fuerte en otras latitudes; con discursos, la autoridad hacendaria quiere llevarnos a comparar lo mal que la han pasado los griegos por malas decisiones económicas y la casi quiebra de su sistema financiero, que nos lleva a recordar la crisis española y argentina.
Que el dólar haya rebasado como nunca en la historia mexicana el umbral de los 17 pesos nos obliga a reflexionar que las cosas no van bien y que hay que poner las barbas a remojar, el fantasma de una crisis de magnitudes descomunales, como las que vivimos en las décadas de los años ochenta y noventa, se asoma cada vez con más forma.
Y cómo no sería así, si el método es el mismo, gastar lo que no se tiene, tratar de suplirlo con deuda y precios ficticios del petróleo que sólo generan boquetes económicos que no pueden llenarse y que con tanto recorte presupuestal sólo generan más problemas al sistema económico nacional. Si a esto le sumamos los problemas tan graves que padecemos todos los días, la corrupción gubernamental, el crecimiento de la delincuencia y el aislamiento de los políticos y autoridades que dejan a los ciudadanos en el abandono, la cosa se pone mucho más grave.
El coctel molotov que se ha generado amenaza con estallar en cualquier momento y el daño será para todos; aún faltan tres años para una nueva elección presidencial y las encuestas de arranque ya están a la orden del día, sorprendentemente fijan la foto del momento, que expone al populismo a la delantera, los tantos problemas que vive el país y la falta de decisiones firmes que los ciudadanos no vemos han generado este caldo de cultivo para que el hartazgo ciudadano encuentre cauce en visiones y mesianismos que son más canto de sirenas que oferta real de cambio para mejorar.
Nuestro país cada día tiene más problemas y requiere de decisiones y acciones que corrijan el rumbo, no ayudan en nada declaraciones comparativas con otras naciones que supuestamente están peor que nuestro país, porque solo enrarecen más el ambiente social y político.
¿De qué nos sirve saber que otros países están peor o mejor que México?; en nada beneficia a los ciudadanos, a nuestra economía y al país en sí, compararnos con otras naciones siempre será un ejercicio que no nos lleve a ningún lado, porque habrá uno que esté situado mejor o peor que nuestra nación.
Por eso lo mejor es demostrar con hechos los avances y no justificarse en el mal de otros, la sabiduría popular dice que “mal de muchos…” No nos resuelve el problema.
@perezcuevasmx
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