Patricia Gutiérrez-Otero

 

Hoy se está haciendo un llamado a todos para participar, el 14 de octubre, en un Paro Nacional. (Por ejemplo, http://www.elmanana.com.mx/noticia/73643/VIDEO-Convoca-Loret-de-Mola-a-paro-nacional-para-derrocar-a-Pea-Nieto.html). Este Paro consiste en no realizar actividades con impacto económico para exigir que se escuche la voz del pueblo, en quien reside la soberanía. La petición es la dimisión de Enrique Peña Nieto. Concretamente quiere decir que el 14 de octubre no se vaya al trabajo, no se vaya a la escuela y no se consuma.

El gran reto es que millones de personas en Paro logren el objetivo propuesto. Por ello, algunos plantean preparar con mucho cuidado esta acción, de tal modo que un fracaso no vacune a la sociedad civil. Así es necesario formar células de dos o más (pueden ser cientos) de personas que debatan y que, si quieren, se comprometan a hacer el Paro. (https://www.youtube.com/watch?v=eAjZknSP4P0).

Yo pienso en un objetivo más modesto: a través de las células hacer un trabajo de conciencia que inicia, pero que no termina, el 14 de octubre, y que posteriormente desemboque en un paro nacional de varios días o semanas. De la inacción, la sociedad civil pasaría a una acción concreta. Desde “los pueblos” hasta la pauperizada clase media podemos y debemos recuperar el poder del que hemos abdicado. ¿Cómo? Perdiendo el miedo a las consecuencias negativas de corto plazo, y, con valentía, apostando a cambios de largo plazo.

Para cerrar, narro una anécdota que ocurrió en Italia en los años ochenta. El gobierno central planeaba construir una cárcel de alta seguridad en la Toscana para los mafiosos sicilianos. Los florentinos no aceptaron, pues temían que las familias se instalaran cerca de la prisión, y que la mafia siciliana reinara en su territorio. Por ello, los comerciantes florentinos cerraron sus tiendas hasta que el gobierno cambió su decisión. Los comerciantes y la sociedad civil pagaron el precio, tanto económico —las ventas cayeron—, como de comodidad —no se podían adquirir los productos en la tienda cercana.

Nadie nos ha robado la soberanía, la hemos cedido, podemos recuperarla.

Además, opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés, que se respete la Ley de Víctimas, que se investigue seriamente el caso de Ayotzinapa, que el pueblo trabajemos por un Nuevo Constituyente, que Aristegui y su equipo recuperen su espacio radiofónico.