Entrevista exclusiva para Siempre!

Karla Arenas

El asesinato del fotorreportero Rubén Espinosa, corresponsal de Proceso en Veracruz, la agencia fotográfica Cuartoscuro y Avc Noticias, ha estremecido al gremio periodístico, organizaciones no gubernamentales y sociedad en general, quienes exigen el esclarecimiento de los hechos.

El fotoperiodista fue asesinado el día viernes alrededor de las 21:00 horas, en un edificio ubicado en el 1909 de la calle Luz Saviñón en la colonia Narvarte, de la delegación Benito Juárez; todo ocurrió en el departamento número 401 donde su cuerpo fue hallado junto con los de cuatro mujeres, que hasta el momento se sabe que son Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Nicole, cuyo apellido no se ha revelado, de nacionalidad colombiana y una empleada de limpieza.

Los cuerpos tenían huellas de tortura, impactos de bala, así como estar amordazados con cinta industrial.

Rubén Espinosa salió de Veracruz tras verse presionado por su ejercicio periodístico en dicha entidad, para llegar a refugiarse en el DF donde pensó que la muerte tendría más complicado el alcanzarlo.

Rubén realizaba fotoperiodismo vinculado estrechamente a los movimientos sociales, a la protestas y, en síntesis, a la denuncia contra el duartismo: al activismo social a diario. Esta situación poco a poco iría incomodando al Gobierno de Veracruz, como en su momento lo expresó para Sin embargo.

Como muchos otros periodistas en México, Espinosa murió ejerciendo su profesión… profesión que le ha costado no sólo la vida y amenazas a varios del gremio periodístico, sino también a sus familiares, quienes se ven rodeados del temor a lo que les pueda pasar a diario.

México es uno de los países donde se tienen registradas más muertes de periodistas y defensores de los derechos humanos; ocupa el séptimo lugar de una lista de 13 países. En tan solo Veracruz, hasta el día de hoy, se tienen registrados los decesos de 15 periodistas que lamentablemente han quedado impunes.

Como solía decir Gabriel García Márquez: “el periodismo es una pasión insaciable, que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad”.

Confrontación que a diario le declara la guerra a todos aquellos periodistas que buscan esa realidad.

Realidad que aqueja a los periodistas de Veracruz como lo comenta el oficial adjunto del Programa de Protección y Seguridad para Periodistas de Artículo 19, Sebastián Aguirre, para Siempre!

El miedo de Rubén era fundado

Para ustedes, ¿cuál es el contexto que enmarca la muerte de Rubén Espinosa respecto al gobierno de Veracruz?

En Articulo 19 estamos exigiendo que se investiguen todos los posibles motivos o causas que llevaron a la muerte de Rubén; el trabajo que él realizaba en Veracruz, lo que significó que Rubén saliera de Veracruz y que fuera un refugiado en el DF debido a un temor fundado; porque en Veracruz hay violencia generalizada contra la prensa y esta violencia está sistemáticamente impune. No hay castigos, no hay una correcta investigación, los responsables nunca son llevados a juicio.

Entonces, este miedo fundado de Rubén al estar trabajando en Veracruz, pues lo obliga a salir, eso desde luego habla mucho de la situación que viven los periodistas en la entidad.

¿Que debería hacer nuestro gobierno?

Tanto el gobierno de Veracruz, como el Gobierno Federal, son responsables de hacer una investigación de los homicidios de los periodistas. No sólo de Rubén; también estamos hablando de Regina Martínez, de Moisés Sánchez, de Gregorio Jiménez, de Emilio Vega, de todos estos periodistas que han sido asesinados en Veracruz y cuyos casos están en la impunidad. La responsabilidad cae en el gobierno de Veracruz, pero también en la PGR, ya que tenemos una fiscalía por parte del Gobierno Federal; existe ahí un órgano fantasma que no ejerce sus facultades de investigación y atracción de los casos.

Paradójicas, agresiones en una democracia

¿Estos homicidios son señal de la falta de seguridad o de que no hay libertad de expresión?

Desde luego que sí. Es muy grave. Es muestra del estado como se encuentra, no sólo la prensa, sino la sociedad en general. Este año hemos documentado siete homicidios; estamos hablando que fue un año electoral, cuando se supone que una gran parte del país ejerció su derecho democrático, estamos viviendo un tiempo de democracia donde se ejerce tal violencia contra la prensa. Resulta paradójico; lo que también nos preocupa mucho es que hay fiscalías especializadas; tenemos una Comisión de Derechos Humanos, un Mecanismo de Protección, tenemos varios organismos gubernamentales, centralizados, descentralizados, de diferentes índoles con capacidades, con presupuesto, con personal, pero no vemos una respuesta efectiva del Estado para mejorar las condiciones del ejercicio periodístico.

Los que agreden ofrecen protección

Respecto a las declaraciones que dio a El Universal la coordinadora ejecutiva nacional del Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, Sara Irene Herrerías Guerra, donde dice que intentó contactar a Rubén a mediados de Junio por medio de Artículo 19. Asegura que la agrupación contestó que el fotorreportero evaluaría o no la protección federal, ¿por qué ocurrió así?

Rubén no estuvo incorporado formalmente al mecanismo, sin embargo hay que entender que existe una desconfianza de la sociedad y de los periodistas hacia las instituciones gubernamentales. Es decir, una de cada tres agresiones contra la prensa están ligadas con la participación de algún funcionario público.

Los mismos que agreden, son los mismos que ofrecen la protección. Quizá es un poco “esquizofrénico”, pero es absolutamente natural y fundado dudar de la legitimidad de las declaraciones de los funcionarios públicos al decir que van a proteger a los periodistas. Se duda mucho en la capacidad que se tiene para establecer medidas de protección efectivas. Se duda mucho de la discreción en el uso de datos personales; la legitimidad que tiene el gobierno obviamente vulnera mucho las capacidades de protección que puedan brindar hacia los defensores de derechos humanos y periodistas.