Líderes corruptos
Félix Fuentes
Desde aquel 8 de mayo de 2013, cuando llegó Rubén Núñez con sus huestes de la Sección 22 a posesionarse del Zócalo capitalino, debió impedírsele el plantón y quitarle el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
En vez de eso fue recibido Núñez en Gobernación, decenas de veces, y de nada sirvieron los acuerdos a que llegaron porque si el líder mafioso recibió cuantiosos viáticos, como pregonaron algunos de sus maestros, por esa vía no fue resuelto el problema.
A los líderes corruptos no se les llena con nada y una vez que reciben el dinero fácil vuelven por más, cuantas veces quieran.
Ahí están los casos de Antorcha Campesina y electricistas de la empresa liquidada Luz y Fuerza del Centro. Los contentan con sumas que en ocasiones son cuantiosas y pronto regresan por más.
Recurren a las tácticas de siempre: plantones —ahora de años o meses— y en Paseo de la Reforma, Avenida Juárez y Bucareli. Sus plazas favoritas son el Zócalo y el Monumento a la Revolución.
A los manifestantes, así sean chantajistas de la peor ralea, no se les puede tocar un pelo por decisión de partidos políticos que invocan libertad de expresión, democracia, derechos sindicales y cuanto les viene en gana.
Todo encaja en la protesta y las amenazas de atentados a instituciones públicas es permanente.
Antorcha Campesina lleva decenios en prácticas del chantaje. Cobró fuerza en el Estado de México, tiene su sede en Chimalhuacán, pero hace constantes incursiones a la capital del país, metrópoli preferida de pedigüeños.
Esa banda instaló un plantón en Bucareli hace cuatro meses, cerca de Gobernación, y no hay autoridad que lo impida. Sus dirigentes no han recibido el dinero que pretenden y por ello seguirán allí, indefinidamente. ¿Se agotan las arcas de la nación?
Los electricistas de Martín Esparza no tardarán en la reanudación de sus marchas. Han de esperar que Bucareli sea liberada para iniciar un nuevo plantón. Esparza no es de los que se retira con los brazos cruzados.
Los vándalos siempre tendrán seguidores debido al desempleo y a la pobreza, dramas que día a día crecen, como monstruos que devoran a la población.
Según el Consejo Nacional de Evaluación Política, la pobreza abarca a 53.3 millones de mexicanos. Esto porque en el sexenio de Peña Nieto se incrementó en dos millones, indicó ese organismo.
El principal foco de pobres se localiza en Chiapas, donde lo padecen 3 millones 261 mil habitantes. Es resultado de la ineficiencia del gobernador Manuel Velasco Coello y el abandono de varios gobiernos federales.
Allí sigue el EZLN, el que en más de 20 años de autogobierno arrasa con la Selva Lacandona y sus alrededores. Durante tres sexenios y en el actual, nadie ha querido restablecer la autoridad en Chiapas, camino fácil de indocumentados, tráfico de armas y estupefacientes.
El gobierno del presidente Peña Nieto se decidió a actuar contra falsos maestros de la Sección 22 de Oaxaca y la población clama por que esa primera decisión de gobierno no quede en propósito fallido.
El sentir general es que eso debió hacerse hace dos años en vez de dejar que creciera el problema, como sucedió con los 43 normalistas desaparecidos.
