Entrevista a Miguel Barbosa | Presidente del Senado | Exclusiva para Siempre!

Nora Rodríguez Aceves

Luis Miguel Barbosa Huerta no quiere ser el nuevo dirigente del PRD. El buscará para el proceso electoral de 2018 la candidatura al gobierno de Puebla con o sin el apoyo del Sol Azteca.

“Lo digo con mucho respeto: qué honor ser presidente, sin embargo, no es viable que alguien ocupe este cargo mientras el modelo del partido sea uno en el cual el control de las corrientes internas esté sobre las decisiones. No es viable que seas presidente a sabiendas de que las decisiones no se toman en los órganos, se toman fuera, en los acuerdos con las corrientes, yo conozco esa realidad, de manera cercana, vengo de esa realidad, respeto a todos, pero la responsabilidad de todos los esquemas de partidos, corrientes o no corrientes, debe ser la transformación”.

Cosas útiles para el país

Contento con los resultados del acto en el que presentó su informe del tercer año de actividades de la Mesa Directiva, platica con Siempre! sobre la renovación de la dirigencia nacional del Sol Azteca, por la cual en estos momentos no le interesa contender, pues comenta que él está haciendo cosas útiles para el país desde el Senado.

“No es arrogancia —dice—, no es populismo, no es demagogia, estoy haciendo cosas útiles para el país y estoy construyendo una imagen pública que ayuda a mi partido, pero también veo que éste ha tenido errores de estrategia que lo tienen en una condición de crisis, yo he señalado esos errores y mi actividad puede ser que no les guste a algunos dirigentes de mi partido. Soy un hombre de izquierda que asume la crítica como un método para poder estar en un partido de izquierda, es parte de un comportamiento, de un pensamiento político, la crítica, la autocrítica, así es que yo me siento útil aquí”.

Por ejemplo comenta que, no obstante la ola de críticas que levantó, en su momento, el apoyo del PRD para sacar algunas de las reformas estructurales del Ejecutivo y que aún hoy son motivo de discusión tanto al interior como al exterior del partido, ya que se argumenta que ésta fue la causa mayor por la que el PRD tuvo una debacle en las pasadas elecciones intermedias, Barbosa se siente “muy satisfecho de la labor que realiza mi grupo parlamentario que es una labor responsable, que acuerda, que toma decisiones, pero que permanentemente propone y en el Senado no existe ninguna decisión que se tome sin la opinión y participación del PRD”.

“Cuando formas parte de una cámara eres parte de un órgano del Estado, mantienes tus posiciones políticas como integrante de un partido y son las que defiendes en el debate legislativo, esas posiciones nos dieron luz, esas posiciones fueron las que nos alinearon en nuestros dichos, en nuestros planteamientos, en lo que fue el debate sobre estas llamadas reformas estructurales. Los propósitos siempre son de altura y por tanto estoy orgulloso de haber participado en todas las reformas”.

Desaparecer corrientes

Para el legislador perredista es importante que en este proceso de relevo de la dirección primero se lleve a cabo la transformación del partido y después el relevo, “así es como lo concibo porque aspiro, deseo, que el relevo sea real no para que se pretenda un gatopardismo de que los dueños del partido, como yo les llamo, pongan a un dirigente que sea manejado por ellos y ahí veo rostros posibles, interesantes, a los senadores Armando Ríos Piter o a Zoé Robledo, me he pronunciado públicamente por ello y soy amigo de ellos, hacemos cosas juntos”.

Con ellos, agrega, “me sentiría perfectamente representado, con ellos en la dirección del partido, apoyándolo, poniéndose énfasis en que el PRD tiene que ser un partido moderno, crítico, actual, desafiante, que vuelva a esperanzar a la gente, a la sociedad, abierto a la sociedad. Hoy la sociedad ya no ve al PRD como la oposición real, está volteando hacia Morena, hoy la sociedad ya no ve al PRD como alternativa distinta a las que hay, por eso, ¿qué se tiene que hacer? Transformarnos. Primero la transformación y después el relevo”.

Frente a esta crisis, Barbosa acepta y se une a las voces tanto perredistas como de la academia que han manifestado la necesidad de que las corrientes o tribus o facciones, como se les quiera llamar, deben desaparecer del partido para que éste realmente se renueve y vuelva a ser una opción, una alternativa partidista viable en el futuro.

“Las corrientes —dice— deben desaparecer y es perfectamente factible, que no se diga que si se acaban las corrientes se acaba el partido, no, los grupos políticos, los equipos políticos permanecen. Desaparecer las corrientes no significa que sus integrantes se vayan del partido, que dejen de participar en sus órganos, no significa que no puedan aspirar a las candidaturas, significa que se sujeten a otros procedimientos para integrar los órganos y para designar las candidaturas y no sea el reparto la forma de resolverlo”.

Quiero gobernar Puebla

En este sentido y aun cuando es sabido desde hace mucho tiempo hay que recordar que de acuerdo a los estudios realizados por académicos e investigadores que se han dedicado al análisis del Sol Azteca desde su fundación, “en sus estatutos se reconoce la existencia de corrientes aglutinadas por la decisión de impulsar dentro del partido un conjunto de tesis políticas. Sin embargo, la realidad es que las corrientes se han convertido en verdaderos grupos de poder interesados más en incrementar o mantener sus posiciones de fuerza que en hacer prosperar sus convicciones políticas”.

Es por todo esto que en estos momentos el PRD se encuentra en la disyuntiva de renovarse para volver a ser una opción, una alternancia partidista viable en el futuro o convertirse en un partido testimonial, como dice Barbosa, enfrentarse en las próximas elecciones a una nueva disminución porque “el PRD no desaparecerá, conservará su registro, pero el partido se construyó no para ser un partido que conserve su registro sino para ser gobierno, ese es el asunto”.

Barbosa está convencido de que seguirá siendo perredista y de que no se irá del partido. “Yo no me voy de este barco y voy a seguir actuando conforme a mi convicción, a seguir diciendo lo que pienso, yo no agredo personalmente, no he mencionado en esta entrevista que me haces a alguien del PRD con denuestos personales. Yo hago reflexión política, es el papel que me toca, la política es complicada, las relaciones políticas son complicadas. En política hay que tener causas, competir, alcanzar los propósitos que uno se fija”.

“Yo me levanto temprano y estoy pensando en política y estoy revisando medios, mantengo un pensamiento, un análisis estratégico, por lo menos es lo que creo”.

Comenta que trabajará fuerte desde el Senado para fortalecer a su partido rumbo a las elecciones de 2016 pero sobre todo para 2018, ya que no se descarta para contender en la elección por la gubernatura de Puebla, “bueno si es que hay todavía PRD”, dice sonriendo Barbosa, y agrega que “no me descarto, sí quiero ser gobernador de mi estado, lo voy hacer si tengo un instrumento político que me posibilite ese propósito, no descarto ninguna forma de participación, incluso podría ser candidato independiente”.

El poblano no oculta su pasión por la política a pesar de que dice que “es una actividad muy intensa, compleja, de estrategia permanente, pero no de maldad”.

Barbosa asume su realidad y disfruta al máximo la segunda oportunidad que la vida le dio, pues hay que recordar que en diciembre de 2013 por un descuido en la diabetes que padece le fue amputado el pie derecho, por eso reconoce que su realidad es “la de ser un hombre discapacitado porque así me asumo, sin retros, es decir, yo no tengo retros, si ahorita mismo tengo necesidad de usar una silla de ruedas me siento en ella y mi campaña en el 2018, si hay campaña, el 70% la haré en silla de ruedas y no por provocar compasión o conmiseración porque es mi realidad”.