Entrevista a Telésforo Nava Vázquez | Miembro fundador | Exclusiva para Siempre!

 

 

Santiago I. Soriano Condado

Era el 5 de mayo de 1989. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) se fundaba. Encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, personajes como Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Heberto Castillo y Gilberto Rincón Gallardo unificaron la entonces esparcida izquierda mexicana bajo un solo símbolo: el sol azteca.

Los primeros triunfos tardaron en llegar; específicamente fueron ocho años hasta que en 1997 la figura de Cárdenas logró ganar la primera elección de la historia para elegir al titular del gobierno del Distrito Federal. Para el año siguiente, las gubernaturas de Zacatecas —de la mano con el Partido del Trabajo— y Tlaxcala se hicieron realidad junto a la de Baja California Sur en 1999.

Para entonces el PRD parecía ser una fuerza política ascendente que poco a poco iría ganando mayor presencia entre los electores, hasta principios del siglo XXI.

Sin embargo, en 2000 las primeras fracturas del partido se presentaron. Cuauhtémoc Cárdenas dejaría inconcluso su mandato al frente del gobierno capitalino para buscar la Presidencia de la República, cosa que molestó a Porfirio Muñoz Ledo a tal grado que abandonaría el perredismo con el mismo fin que el hijo del general Lázaro Cárdenas, pero terminaría por sucumbir ante el “encanto” del mediático Vicente Fox y decidió apoyarlo.

El ingeniero perdería la contienda presidencial por tercera ocasión, como en 1994 y la siempre cuestionada elección de 1988.

Ésos fueron los inicios del perredismo en la jungla política mexicana. En aquel 1989, otra de las muchas figuras que acompañaron a Cárdenas en la fundación del partido que, en ese momento, aglomeraba buena parte de las organizaciones de izquierda mexicanas fue Telésforo Nava Vázquez, politólogo e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I), y quien además formara parte del equipo de intelectuales que apoyó a Cárdenas en la elaboración de su proyecto de nación.

Siempre! platicó con el profesor Nava en busca de un análisis desde su perspectiva como uno de los hombres y mujeres que creyeron en el proyecto que representó el PRD a finales de los años ochenta y principios de los noventa, así como la de analista político.

 

Como Julio César y Bruto

 

En ese mismo 2000 en que Cárdenas perdiera la Presidencia ante Vicente Fox, una figura logró su ascenso al poder tras no lograrlo en su natal Tabasco, donde buscó ser gobernador: Andrés Manuel López Obrador.

Envuelto en la polémica, AMLO se hizo de la jefatura de gobierno del DF desde donde apuntaló su futura candidatura a la presidencia en 2006, pero no sólo eso, sino que se hizo del control del PRD a consideración de Telésforo Nava.

“Andrés Manuel, como otros, venía de formarse en el PRI. Pero quien le dio mucho aire y lo perfiló fue Cuauhtémoc Cárdenas, aunque después lo apuñalaría pese a que llega a la jefatura de gobierno gracias a él, pues no tenía el tiempo necesario de residir en la ciudad. Bueno, López Obrador al llegar al gobierno capitalino, además de iniciar una ofensiva para disminuir a Cárdenas, usa el poder que da la jefatura y toma el control de PRD”, señala el también maestro en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Pese a que la derrota de Cuauhtémoc Cárdenas fue un golpe mediano para el PRD y representó una de sus primeras fricciones en el interior con la retirada de Muñoz Ledo, con el arribo de López Obrador al Palacio del Ayuntamiento en la capital del país también llegaron otros triunfos de importancia para el PRD.

En 2001, el hijo de Cuauhtémoc, Lázaro Cárdenas Batel, ganó la gubernatura de Michoacán, seguido en 2004 con Amalia García en Zacatecas, quien logró darle continuidad al mandato que encabezó Ricardo Monreal en su momento.

Ese año, otro golpe mermaría el interior de un PRD que comenzaba a ganar mayor presencia en el país y, además, estaba en pleno el romance con López Obrador: los videoescándalos que involucraban a personajes como Gustavo Ponce, Carlos Imaz y René Bejarano en actos de corrupción ligados con el empresario Carlos Ahumada, supuestamente relacionado sentimentalmente con Rosario Robles Berlanga, quien fungió como presidenta nacional del partido de 2002 a 2003.

“De quien se podrán decir muchas cosas y estaré de acuerdo, pero los Chuchos la echaron. De esa manera se deshicieron de una competencia”, afirma Nava Vázquez sobre la actual secretaria de Desarrollo Social.

Bajo el yugo obradorista

El profesor Nava rememora una ocasión en que Jesús Ortega, entonces dirigente nacional perredista, fue cuestionado por otros militantes.

“AMLO somete al partido, hace y deshace y nadie le pone un control —señala el investigador—; alguna ocasión a Jesús Ortega le increparon que ya había que poner orden con Andrés Manuel. Ortega dijo que no, porque podía ganar la Presidencia y entonces dónde quedarían ellos.”

Mientras pudo sometió al PRD, afirma Telésforo Nava, y así impuso su candidatura a la Presidencia. Cuando las bandas vieron que con López Obrador no había posibilidades, comenzaron a hacer su propia política, por lo que Andrés Manuel comenzó a apuntar hacia fuera.

Así “la política de Andrés Manuel siempre fue ir socavando, disminuyendo lo más que se pudiera el partido mientras que él fuera edificando una fuerza propia”.

Ejemplo de esto, fue que “comenzó a actuar como un enemigo en el interior del PRD”, pues “si en algún lado el partido lanzaba a algún candidato, AMLO lanzaba uno distinto. Lo hizo en Acapulco, por ejemplo. Eso es una política de saboteo”.

De esta forma el profesor Nava no tiene duda en afirmar que “fue un trabajo de zapa muy bien planeado, muy elaborado por parte de Andrés Manuel. Coadyuvó de manera importante a la destrucción del PRD”.

La corrupción pudrió el partido

 

En un comienzo, los estatutos perredistas buscaban el bienestar social y ése fue el eje central de su discurso cuando el dirigente nacional era Cuauhtémoc Cárdenas, quien en la actualidad se encuentra totalmente alejado, como muchas otras figuras que en un principio fueron los primeros pilares.

Todo ellos fueron “gente que llamaba a recomponer las cosas, a cambiar, pero simplemente no fueron escuchados. Por eso me llamaba la atención que Cuauhtémoc Cárdenas no se fuera del partido, aunque finalmente terminó haciéndolo como otros tantos. Porque este partido ya no servía para hacer un trabajo político que se planteaba al principio: el de una revolución democrática que democratizara al país”, se lamenta Nava Vázquez.

Además “muchos de los fundadores se fueron, porque ése es, muchas veces, un comportamiento propio de los movimientos sociales: quienes hicieron o encabezaron, desarrollaron las luchas son desplazados por sectores arribistas”.

Estos sectores fueron los que marcaron buena parte de lo que sería el futuro en el interior del partido después de las elecciones de 2006, donde AMLO perdiera la Presidencia ante Felipe Calderón, del PAN.

En aquel momento, el dirigente del PRD era Leonel Cota, a quien Nava señala como un presidente de partido impuesto por López Obrador y quien para 2008 daría paso a otro de los momentos más agudos en la historia interna de esta institución política.

Durante ese año, la elección interna del partido se vio envuelta en escándalos serios por conductas que durante toda su existencia criticó el PRD: alteración de listas nominales, compra de votos, acarreo de militantes, etcétera.

Todo esto responde a que “desde hace tiempo las elecciones internas del PRD, si recordamos, acababan en grandes escándalos porque todos querían controlar el aparato, pues entre más control se tiene, tienen más oportunidad de acomodar en distintos puestos a su gente”, de acuerdo con Telésforo.

Los responsables de todo esto son los Chuchos, quienes hicieron que al PRD “lo pudriera la corrupción, obviamente la burocratización del partido, el alejamiento del trabajo y de políticas que vieran por el interés de la población, de la gran mayoría de México, pues se han avocado a una política de cúpulas”.

Por esto se observa una corrupción total en todos los niveles de gobierno en la Ciudad de México, acusa el miembro fundador del PRD; “yo, por ejemplo, conozco a muchos que eran personas de muy escasos recursos, incluso quienes no tenían ni para comer, pero que encontraron un puesto en la administración pública o la representación popular e hicieron fortuna. Dinero, obviamente, mal habido”.

El ascenso de los Chuchos

 

El escándalo de las elecciones internas culminó con “Jesús Ortega al poder, luego Jesús Zambrano, lo que fue muy planeado, porque estuvieron trabajando mucho tiempo con anticipación para hacerse del poder del PRD”.

Telésforo Nava rememora cómo “en los primeros años del partido, en una reunión de jefes de éste, donde además estaban los Chuchos, Graco Ramírez, que es de ese grupo, planteó que se avecinaba la designación de candidaturas para la Cámara de Diputados y más. Entonces el ahora gobernador de Morelos dijo: ‘de lo que se trata es de evitar que cualquier cardenista llegue’ ”.

Así pues “los Chuchos se hicieron del control y así llegaron Ortega, Zambrano, Navarrete… todos, si se observa, son discípulos de Rafael Aguilar Talamantes, uno de los grandes hampones de la política, quien primero fundó el Partido Socialista de los Trabajadores y después le cambió el nombre a Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional. Ésa es la escuela que traían”.

“Por eso han acordado que los Chuchos viejos se hagan a un lado, pero para darle paso a Chuchos nuevos, pero bajo la misma política de control corrupto y burocrático”, diagnostica el profesor Nava Vázquez.

Así pues “Navarrete entendió que hay que hacer ese recambio, pero dentro de ellos mismos y no incluyendo al resto del partido. Incluso a las demás bandas que controlan el PRD, ni siquiera los contemplan”.

¿Y a quiénes podemos identificar en esta nueva generación que menciona?

A Fernando Belaunzarán, de la candidata derrotada a la gubernatura de Guerrero, Beatriz Mojica, y más.

Obviamente no lo van a permitir los bejaranistas y demás tribus, quienes van a hacer cenas de negros pero como los Chuchos tienen el control del aparato, el control de la lista de afiliados, son los que impondrán lo que sea. Recordemos que hace poco refundaron el partido pero siguen en la misma pudrición. Van a hacer lo mismo.

Mancera no tiene la estatura

 

Ante la desbandada de militantes, líderes y figuras en el interior del perredismo, el catedrático afirma que no hay nadie que pueda levantar la mano para encaminar los rumbos del partido hacia la renovación.

“López Obrador, que es un oportunista, trató de deshacer lo más que pudo el PRD, y luego se fue ya que armó su propio grupo. Cuauhtémoc Cárdenas también los dejó. A Marcelo Ebrard, un hijo del salinismo, lo echaron”, dice Nava.

El pasado 4 de agosto los gritos de “Mancera presidente” se hicieron escuchar en el Teatro Metropolitan donde el jefe de gobierno actual se reunió con sus trabajadores y distintos sindicatos para anunciar las nuevas disposiciones laborales de su administración.

Ante su público, Mancera habló de trabajar por el aumento al salario mínimo, dentro del marco de una depreciación del peso y las fluctuantes tasas de inflación que hacen de la economía nacional una incógnita que no permite la viabilidad de la medida que entusiasme los oídos de quienes escuchan hablar al jefe de gobierno.

Pero esto no es suficiente, según considera Telésforo Nava cuando se le pregunta qué esperar del exprocurador de justicia de la ciudad de México.

“Para empezar, él mismo lo dice, no es del PRD. Pero por muy buenas intenciones que Mancera tenga, no ha hecho muy buen papel en la jefatura de gobierno.”

Además hace hincapié en que “hemos visto cómo en las encuestas de popularidad, de apoyo, está por los suelos. Su política ha sido un desastre: el aumento del boleto del Metro, la Línea 12 —aunque ése fue el negociazo de Marcelo Ebrard—, donde le corresponde a Mancera poner orden y no lo ha hecho–, después el agudizar el “hoy no circula”; pareciera que tiene el propósito de hacer una serie de políticas para hundir más el PRD”.

Pese a que un sector aclamó a Miguel Ángel en el Teatro Metropolitan, el fundador del PRD junto a Cauhtémoc Cárdenas y más izquierdistas afirma que “no creo que tenga la estatura, los tamaños y la capacidad para pensar en una candidatura a la presidencia del país”.

Las tribus se despedazan… por lo mismo

 

No es un secreto para nadie que en el interior del PRD existen una serie de disputas que encarnan distintas corrientes que han fragmentado no sólo al partido, sino a la izquierda en su totalidad.

La razón, según la visión del entrevistado es que “la dirigencia del PRD, sin importar quiénes estén al frente, si los Chuchos o los Amalios, Bejaranistas o Quinteros, etcétera, no trabajan para sacar de los grandes problemas a la población del país, sino por sus intereses”.

“No es que haya extravíos de ideología porque ya no la tienen. Es el pragmatismo, ver quién les deja más. Por ejemplo, creyeron que con el Pacto por México se iban a ir a la gloria y se hundieron, tanto el PAN como el PRD, por realizar esa alianza”, enfatiza.

El presente del PRD, futuro de Morena

 

En síntesis, le espera un futuro muy oscuro al PRD.

Está perdido. Ya no tiene remedio y los Chuchos están conscientes. Ellos a lo que le apuestan es a mantener el partidito de un 10, 12% de captación de voto para así tener algunos diputados, algunos senadores, algunas presidencias municipales y vegetar como les enseñó Aguilar Talamantes. Vegetar del presupuesto público.

Entonces el PRD está cada vez más a la baja y Morena cada vez más al alza.

 

Así es, pero aunque no hayamos hablado de eso, ese partido (Morena) lleva en su seno un montón de bloquecitos como el PRD: gente salida del PRI como Ricardo Monreal y que gobernó Zacatecas. ¿De dónde saca que ese hombre es de izquierda? Si fue uno de los más agresores con el PRD cuando era priista, igual que Manuel Camacho, Ebrard y otros quienes vieron que no tenían futuro en otra parte y rapidito llegaron al partido diciendo que eran de izquierda.

¿Para allá va Morena entonces?

 

Sí, está lleno de oportunistas. Ya se verá, sólo dejemos que inicien sus periodos en las delegaciones.

Pero esto que le pasa al PRD también le está pasando al PRI y el PAN, es la crisis de los partidos. Todos ellos no entienden que no entienden; ahí vemos al PRI con Manlio Fabio, en el PAN a un joven (Ricardo Anaya) pero que tiene un discurso, un léxico que parece del viejo panismo.

No hay oposición que encabece el hartazgo de la gente; el PRD ya está podrido y Morena no va a dar el ancho, Andrés Manuel no va a ganar en 2018.

¿Y en algún momento el PRD y Morena podrían ir juntos?

 

Depende, pues ambos son muy oportunistas. Andrés Manuel ahorita puede decir “nada con ellos”, pero si ve que le da los galones no se descarte que si el PRD se le subordina y dice: “está bien, yo apoyo tu candidatura”, puede ser. No hay que descartarlo porque ambos son iguales.

Manejándolo bajo el discurso de la unión de la izquierda.

 

Sí, siempre y cuando sea López Obrador el candidato. Y ahí hablaríamos de un nuevo sometimiento del PRD a Andrés Manuel.