Entrevista exclusiva a Rubén Mosso para Siempre!

Elizabeth Ponce

Al elegir Comunicación como licenciatura, sabía que en algún momento me despeñaría en la disciplina más antiquísima en la historia de la humanidad, el periodismo, ea labor de recabar información de todo tipo mediante distintos métodos me hacía emocionarme en cada instante.

En ese entonces, podía creer y ser fiel partidaria de que el periodismo tenía como principal objetivo informar, interpretar y guiar de manera objetiva a la sociedad de la que formo parte. Comunicar mediante varios medios de comunicación, mi pensar, de informar, comentar situaciones del acontecer ciudadano, mostrar lo bello, lo malo, el folklore, hacer escuchar el pensamiento a través de las publicaciones me hacían creer en la objetividad y libertad de expresión que tendría para transmitir lo aprendido y visto.

Pero luego, la decepción al percatarme de la realidad del ejercicio periodístico mexicano, el cual en la actualidad se lleva a cabo bajo una crisis de inseguridad que cada vez sube de tono y que haya hecho que no sea difícil enumerar los múltiples casos de agresiones y hostigamiento al gremio.

En marzo pasado, la organización Artículo 19 informaba respecto a la labor periodística en nuestro país, porcentajes de violencia, hostigamiento en diversos estados de la república. Bajo el título “Estado de Censura”, los números no eran alentadores: cada 26.7 horas es agredido un periodista en México.

Es lamentable saber que el panorama del aumento de la incidencia de las agresiones a los periodistas en el actual sexenio peñista va en aumento en un 80%; percatase de que las agresiones y asesinatos al ver las altas cifras que registran estados como Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas, estremecen y nos enchinan la piel.

En contradicción a los informes que dan fuentes oficiales o los argumentos al vapor de la inseguridad que vive en general México, Artículo 19 dice que el mayor grupo que ataca e intimida al gremio periodístico son los funcionarios públicos y en último lugar agrupaciones del crimen organizado.

Dolorosamente a la lista de se sumó el pasado 31 de julio, Rubén Espinosa, periodista citadino que radicaba en Veracruz, quien forma parte de las estadísticas de la ya más de una decena de periodistas asesinados durante el gobierno de Javier Duarte en dicho estado.

Estos datos son nada en comparación a los que colocan a México como uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas, pues en la última década se han asesinado a más de 80 periodistas y 17 han desaparecido; esto sin contar las múltiples agresiones de las que son blanco los diversos medios de comunicación, en especial en el norte del país.

Con frecuencia olvidamos a todos colegas por los que no se ha hecho justicia y han quedado como mitos dentro del periodismo, tal fue el caso de Gregorio Jiménez, quien escribía sobre sucesos policiales en diarios locales de Veracruz. Recibió una amenaza directa de su vecina debido a información publicada.

Posteriormente, hombres armados secuestraron a Gregorio la mañana del 5 de febrero a las puertas de su casa, una semana después del levantón, el procurador estatal, Felipe Amadeo Flores Espinosa, informó sobre el hallazgo del cuerpo pero en una fosa del municipio de Las Choapas, también al sur del estado. El caso se cerró y se olvidaron de un periodista que informó y no fue del agrado de la sociedad que lo rodeaba.

Sigue siendo la impunidad el personaje principal en la mayoría de los casos de desapariciones del gremio periodístico. Investigaciones que se cierran en días y lo peor, horas, así como investigaciones que se frenan por la burocracia imperante.

La impunidad como principal actor, crimen organizado, así como las autoridades políticas y administrativas jugando el papel antagónico en esta sociedad que explica que a menudo en ambas se han filtrado los cárteles en todos los niveles.

Todo esto ha hecho de la autocensura una “solución” que ha obligado a numeroso periodistas a exiliarse y no publicar lo que piensan, para de esta forma huir de las miles de amenazas a las que se enfrentan incluso familiares y amigos cercanos a los reporteros, periodistas gráficos y escritos, entre otros compañeros del gremio.

Ya que se habla de narcotráfico, han sido muchos los medios de comunicación que han cerrado investigaciones con respecto al tema, gracias a ese temor, a las represalias violentas, lo que origina la perjudicial autocensura para la tarea que es (o debería ser) informar con amplia libertad.

Pero no sólo sucede en México; en otros países también existen grupos criminales que intentan imponer el silencio, tal fue el caso del semanario Charlie Hebdo en París, Francia, donde 12 personas, la mayoría miembros de la redacción fueron asesinadas, por yihadistas tras haber publicado caricaturas de Mahoma en el semanario satírico en el cual se desempeñaban.

Tas este hecho, el gobierno francés elevó al máximo la alerta antiterrorista, desplegando a más de tres mil policías en busca de los asesinos, fueron reforzadas las medidas de protección en medios de comunicación e incluso retrasaron las salidas de los colegios para evitar riesgos. Sin duda el trabajo para la protección periodística fue inmediata.

En México, en el plano jurídico, se crea en 2006 la Fiscalía para la Atención de Delitos Contra la Libertad de Expresión, misma que sólo ha logrado una condena en el caso del reportero Armando Rodríguez Carreón, quien cubría la fuente policiaca de El Diario de Juárez y fuera asesinado a balazos el 13 de noviembre del 2008 al salir de su casa.

Posterior a esto, el Senado de la República aprobó una reforma constitucional, con la finalidad de permitir a las autoridades federales atraer bajo su jurisdicción los crímenes y delitos que atentan contra la libertad de expresión de periodistas. También se formaron Talleres de Prevención de Delitos contra la Libertad de Expresión, dirigido a periodistas.

Sin embargo, se podrán abrir y cerrar organismos a favor de la labor periodística, podrán decir los diferentes niveles de gobierno que apoyan el ejercicio, podrán presumir de libertad de expresión, pero las cifras hablan por sí solas: los periodistas hoy se encuentran ante una vulnerabilidad que no sólo alarma, que no sólo aqueja, sino que realmente nos deja a muchos con sólo las ganas de ejercer la pasión por la que decidimos estudiar y llevar a la práctica: la labor de informar.

Sobre este sensible tema, Siempre! conversó con nuestro colega reportero, Rubén Mosso, de Grupo Milenio.

Sería aventurado pensar en narcopolítica

Actualmente, el país atraviesa por una ola de inseguridad en la que impera el control del crimen organizado, podríamos pensar que muchas de las agresiones y hostigamientos a periodistas sería de los criminales, pero ¿asesinatos como el de Rubén Espinosa llevarían a la conclusión de pensar en una narcopolítica?

Sería muy aventurado decir que la narcopolítica está también detrás de comunicadores que les pueden resultar incomodos; sería hasta irresponsable señalarlo. Que, si llega haber agresiones contra algunos periodistas por las cuestiones que publican, por cuestiones que se difunden en sus medios de comunicación, pero no creo que sea algo generalizado.

Se han presentado ciertos casos pero más tiene que ver ahorita el crimen organizado quien realmente se ha ensañado contra los comunicadores, como lo hemos visto en Torreón, en partes de Chihuahua, donde los comunicadores empiezan a sacar información y no les gusta que empiecen como ellos dicen “a calentar las plazas” para que las autoridades volteen hacia allá y vean lo que está sucediendo.

Iban tras “Nicole”

En el caso de los homicidios de la Narvarte, ¿por qué no mandan llamar al actual gobernador de Veracruz?

Es una de las líneas de investigación que se ha seguido ahorita por parte de la PGJDF, pero es un intercambio de información hasta el momento. No hay nada que realmente tenga que ver con la labor periodística de Rubén Espinosa, sino que todo apunta que el crimen estaba dirigido directamente contra Mile Virginia Martín, la colombiana que ya fue identificada, la que todos señalaban como Nicole. Parece ser que ése era realmente el objetivo de los delincuentes: asaltar a esta mujer que se sabe que tenía dinero, tenía alhajas, tenía un vehículo de lujo, pero todo paso en un mal momento. Esto ya le corresponde a las autoridades ya determinarlo, ésta es una interpretación mía, por lo que he visto y por lo que he seguido en el caso, pero también existen las denuncias que ellos presentaron.

Hasta el momento la procuraduría capitalina no ha recibido la información por parte de las autoridades de Veracruz sobre esta denuncia que se supone que Rubén y Nadia también interpusieron en esa entidad señalando las amenazas de que fueron objeto.

No ha ido en aumento agresiones a periodistas 

¿Cree que ha ido en aumento la incidencia del gobierno de Calderón al actual gobierno peñista en contra de los periodistas?

No creo, en la pasada administración sí hubo bastantes compañeros que fueron asesinados e incluso algunos no tenían ni siquiera relación con su actividad profesional y eso consta en actas. Algunos desgraciadamente llegaron a perder hablando de casos contados, por cuestiones en donde ellos incluso tenían que ver con estos grupos delictivos, otros, también fueron atacados por los grupos criminales pero por la actividad que ejercían, ellos sí por la actividad que ejercían, particularmente por la información que estaban dando a conocer sobre su presencia en los lugares donde ellos habitan.

No todos tienen cuentan con protección

A cinco años de la creación de la Fiscalía Especial para la atención de Delitos cometidos contra la libertad de expresión, ¿cuál ha sido la respuesta, cuál ha sido el apoyo a la labor periodística?

Algunos compañeros tienen medidas de protección e incluso se les ha brindado apoyo de vivienda, calzado y vestido también. Los han reubicado en otras zonas del país; muchos de ellos, los que reciben estas medidas de protección, se encuentran particularmente en la Ciudad de México y algunos sí llegan a tener escoltas, pero son casos muy contados porque es cuando ya se determina que sí son personas que corren un verdadero peligro por las actividades que ejercen, el estar informando.

La Fiscalía también es muy minuciosa, es un trámite que no se lleva no sólo con ellos, sino con otras autoridades del gobierno federal, si realmente se necesita este tipo de protección o algunos denuncian pero no quieren recibir la protección porque también temen de que sus familiares puedan ser afectados por estos grupos delictivos que después los atacan.

Veracruz no permite ejercer como se debe el periodismo

Reportan a Veracruz como uno de los estados más peligrosos para ejercer el periodismo. ¿Cuál es el factor detonante para la violencia en contra de los comunicadores en el estado?

Es cierto, han muerto muchos, ésa es la entidad donde se registran el mayor número de periodistas asesinados en los últimos años y en esta administración de Javier Duarte, pero hay que checar si realmente hay cuestiones derivadas de la política.

Tengo entendido de muchos compañeros, de lo que comentan, que no se puede hacer muy bien el periodismo allá, sin embargo también hay que analizar si realmente son personas que están en el gobierno quienes han atacado o amenazado a los compañeros o si también eso es aprovechado por el crimen organizado, por los grupos que operan ahí. Porque ahí operan varios grupos y se han dado bastantes matanzas entre ellos, particularmente “Los Zetas” y el afamado grupo criminal el Cártel de Jalisco Nueva Generación, que también ya tomó el control de esa zona, aunque a veces las autoridades dicen que no hay crimen organizado.

Cada quien aplica la autocensura en ciertos temas

¿Cree que la autocensura sea la solución para poder trabajar sin agresiones?

La autocensura cada quien la aplica en los temas que realiza y a veces uno también valora qué es bueno y qué no es bueno para sacar a la luz; en cuestiones, por ejemplo, de cuando hablamos de homicidio, a veces hay gente que mejor se guarda los datos para no describir una escena, por respeto también a las familias y por una cuestión de ética, pero hay quienes lo ven de otra manera y deciden dar santo y seña sobre lo que ocurrió en el lugar aunque este incidente o este caso no tenga relación con la delincuencia organizada.

En algunos casos cada quien aplica y es entendible que cada medio responde, tiene líneas editoriales distintas, hay medios que privilegian el tema político, otros el tema policiaco, otros incluso hasta le dan más espacio al tema religioso, a las cuestiones religiosas y es muy respetable, porque al final todos los medios tienen una línea editorial, y si tú entras a trabajar a una empresa, te tienes que sujetar a las reglas que también aplican ahí.

Ejercer el periodismo resulta incómodo

¿Qué es lo que te invita a seguir ejerciendo el periodismo a pesar de la peligrosidad que implica ejercerlo?

A mí me gusta mucho mi trabajo, me encanta, cada día aprendes algo nuevo, eso es cierto también. Ejercer el periodismo es una cuestión peligrosa, es cierto, porque a veces resultas incómodo para ciertas personas, pero no sólo para el crimen organizado, sino para una persona común y corriente que no le gustó que hables de ella, que estés exhibiendo por qué incurrió en un delito, entonces estás denunciando eso, también eso puede afectarte a ti, porque hay gente que uno piensa que es la que menos te puede hacer daño y llegar suceder en algunos casos que esas personas son las que directamente te amenazan y no necesitan ser del crimen organizado, no necesita ser un político, no necesita ser por cuestiones ideológicas y esto es a lo que te enfrentas día con día.

También tienes que saber manejar la información, uno no puede ser poco visceral por que eso no va, ser un periodista visceral no es eso, un periodista describe, ésa es nuestra posición: describir los hechos y no emitir opiniones al respecto o de cuestiones de política, tendencias de ese tipo me refiero.