Reportaje exclusivo para Siempre!

Corral y Anaya, los contrincantes

 

Santiago I. Soriano Condado

El panismo vive un momento crucial de cara a los años próximos donde buscará competir en sendas elecciones que se realizarán hasta la “gran joya de la corona”, la de 2018 donde buscará (junto con otras fuerzas políticas) la Presidencia de la República.

Pero no sólo en Acción Nacional se están librando batallas internas, pues la temporada de relevos en las dirigencias de las principales fuerzas partidistas de México está en boga. El PRI está por decirle adiós a César Camacho Quiroz como presidente del Consejo Ejecutivo Nacional (CEN) tricolor, mientras que en los pasillos del PRD, la voz de Carlos Navarrete se escucha cada vez más apagada entre los intercambios a gritos de las distintas tribus que confluyen entre sí.

Mientras los priistas, al final de cuentas, parece ser que se encaminarán rumbo al año grande bajo la tutela de Manlio Fabio Beltrones, coordinador saliente de esa bancada en la Cámara de Diputados, en el partido blanquiazul están a la espera del 16 de agosto, día en que la militancia de este partido tendrá que elegir entre dos opciones muy dispares entre sí y que se encarnan en las figuras de Ricardo Anaya Cortés y Javier Corral Jurado.

Juventud frente a experiencia, Querétaro contra Chihuahua, el maderismo frente a la “rebelión de las bases”, corriente a la que el propio Corral catalogó en entrevista para Siempre! como “un movimiento que busca generar una reflexión y una acción en el partido para analizar el momento que vivimos y actuar en consecuencia”.

Sin embargo, Ricardo Anaya tiene una opinión muy distinta de la tendencia que encabeza el senador por Chihuahua.

El pasado 30 de julio, ambos contendientes se vieron las caras en un debate que, lejos apegarse a la sustancia de las propuestas y la cercanía a la militancia, se vio lleno de ataques entre sí.

El queretano definió el proyecto de su rival como uno “violento, de rebelión porque, Javier —dijo refiriéndose a Corral en el debate—, rebelión viene de bellum que significa guerra, guerra entre nosotros mismos, y un proyecto —al hablar de sí mismo y su planilla—, el nuestro, que propone una regeneración en unidad para servir a México, vamos a contrastar un proyecto que quiere la guerra hacia adentro y otro proyecto, el nuestro, el que sabe que nos tenemos que regenerar para luchar contra el enemigo que está afuera”.

El enemigo es el PRI

 

Después de conseguir el registro a la candidatura para la dirigencia del CEN panista, Javier Corral citó a Siempre! en un modesto departamento ubicado en la calle de Lucerna donde, previo a recibirnos, su jefe de prensa nos confesaba en corto: “casi no conseguimos las firmas; un día antes de la fecha límite Javier ya nos había dicho que no lo íbamos a lograr”. Pero ocurrió el milagro y de última hora, una carretada de rúbricas evitó que Anaya se fuera en solitario.

En el debate, Ricardo fue enfático al señalar quién es el rival a vencer para todo el panismo.

“Si no nos renovamos, si no nos regeneramos a fondo estaríamos condenando en 2018 a México (…) a seguir padeciendo ese PRI corrupto, corruptor, terriblemente ineficaz”, dijo Anaya en una de sus primeras intervenciones en el debate del pasado 30 de julio.

Por su parte, Corral coincide con el joven diputado. “Un poder sin límites y sin contrapesos, termina como está terminando a la mitad del sexenio el gobierno del presidente Peña Nieto: desbocado, con niveles de incompetencia inimaginables, ¿quién lo iba a decir? Que toda esta imagen de “El Salvador de México” y del exitoso gobernante del Estado de México terminaría en una pifia, pero además envuelto en escándalos de corrupción profunda”.

Sería en lo único que se pondrían de acuerdo.

“Anaya usó recursos del partido”

 

Otros de los personajes de relevancia en esta contienda interna es Héctor Larios, senador de la república y quien funge como presidente de la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del CEN (CONECEN), o lo que es lo mismo: el árbitro de la elección.

Un par de días antes del debate entre Anaya y Corral, Larios conversó con Siempre! en su oficina en el Senado, quien previo a nuestra conversación se sinceró y nos contó que la realización de la convocatoria fue “en tiempo récord”.

“A nosotros nos hablan el sábado 27 (de junio), ese día instalé; el domingo me dediqué a pensar cómo iba a negociar la convocatoria. El lunes prácticamente ya la habíamos toda y el martes la redactamos, en la tardecita la publicamos y ese mismo martes en la noche ya se inscriben los dos contendientes”, cuenta un animado Héctor Larios mientras nos instalamos en una pequeña sala con vista hacia el patio central del edificio que alberga a los senadores.

Javier Corral nos dice mientras lo entrevistamos que “yo mismo he dicho que participo en una contienda que está muy canteada. Anaya utilizó la estructura del partido, los recursos del partido para promover su candidatura desde hace meses. Sobrepuso su campaña de promoción personal a las campañas de diputados, a la campaña constitucional. Y evidentemente ha contado con la estructura y este fenómeno que denominado “la cargada”. Estoy consciente que participo en una contienda inequitativa, cuesta arriba”.

La respuesta desde el CONECEN es que Javier “está en su derecho de tomar cualquier consideración, por eso en la comisión yo (Héctor Larios) les planteé desde el principio que las decisiones importantes, así nos llevara toda la noche discutirlo, íbamos a encontrar la manera de tener consenso absoluto”.

“Él (Corral) ha hablado de que algunos están cargados, otros no, bueno, los que dice que están cargados y los que no, todos hemos votado de la misma manera todas las decisiones, no ha habido ninguna diferencia en cuanto a la organización del proceso”, zanjó el presidente de la comisión organizadora sobre el tema.

La oportunidad frente al espejo

 

Anaya y Corral, los contrincantes, así como Héctor Larios, el réferi, entienden esta elección interna como un punto de quiebre y de importancia para las aspiraciones del PAN en el futuro.

“Creo que es una extraordinaria oportunidad que el partido tiene para reflexionar en una contienda, como en todas, donde se contrastan las visiones, el camino que debe tomar el partido frente al gobierno como un partido de oposición”, acota Larios.

Ricardo y Javier, como es de esperarse, manejan en sus discursos la seguridad de que van a ganar la elección. Aunque quien también fuera candidato a la gubernatura de Chihuahua titubea un poco en este sentido.

“Si no la ganamos, la rebelión de las bases tendrá que seguir y continuar y articularse como un movimiento de recuperación como lo he dicho, a mediano y a largo plazo”, enfatiza Corral Jurado, quien entiende bien que su posición es la de estar en desventaja. “Así lo hicimos durante mucho tiempo en el PAN; competíamos en condiciones muy adversas contra todo pronóstico y contra maquinarias muy aceitadas”, insiste como para convencerse a sí mismo.

Madero hizo más daño que Calderón

 

Durante el debate del 30 de julio, Anaya recriminó a Corral que éste se refiriera al entonces “buen presidente panista”, según las propias palabras del diputado, Felipe Calderón, como un “cobarde y fracasado”. “Nada más falta que al perder hagas un plantón en Reforma”, dijo quien ya haya sido presidente nacional del PAN como un interinato ante la breve salida de Gustavo Madero.

¿Quién le ha hecho más daño al PAN? ¿Madero o Calderón?, se le pregunta a Corral.

“Creo que Madero ha cometido muchos errores. Creo que su desfiguro mayor lo hizo en su segundo periodo; creo que Madero le infligió al PAN un daño muy fuerte, que fue su acuerpamiento con Peña Nieto, del que participa Anaya” a quien, días después en el debate, le dijo que “tiene las manos hinchadas de tanto aplaudirle” al presidente.

Lo que el panismo quiere oír… o necesita

 

Las promesas de Corral y Anaya son muy distintas entre sí. Mientras que Ricardo se envalentona y no tiene ningún empacho en decirle a la militancia que siguió el debate del 30 de julio que bajo su dirigencia, “vamos a volver a la presidencia en 2018”.

El de Chihuahua afirma que, de ganar, su primera acción al frente de Acción Nacional será “recorrer el país para hablar con la militancia del partido, porque el PAN ha dejado de ver a sus propios militantes y tenemos que entablar un diálogo franco sobre lo que nos pasó, para juntos ir creando la conciencia de la solución, de la respuesta”.

Los retos que vive el partido parten desde que el pasado 7 de junio, el PAN apenas alcanzó el 21% de la votación nacional. Uno de los peores resultados para ellos en 25 años.

Para 2016, son 12 las gubernaturas que se renovarán. Ése será el gran ensayo de cara al día grande, al día en que todas las fuerzas del país están llamadas para confrontarse, pero antes estarán obligadas al análisis interno.

El árbitro de la contienda tiene claro lo que Acción Nacional tiene en juego en esta elección interna, pero es cauteloso.

“El presidente del partido y el comité nacional son importantes, pero no es el partido. Sí es muy importante, pero no es determinante de éste. Los dos reúnen el perfil para ser presidente del partido, ambos tienen planillas bastante atractivas, con experiencia, con personajes, muy bien formadas. Yo no veo que sea un tema crucial (la elección de cara a los próximos periodos electorales)”, culmina Larios.

Así, de cara al próximo 16 de agosto, el PAN tendrá que definir si se renovará en serio o simplemente habrá una continuidad en un proyecto que, como el árbitro y los propios contrincantes admiten, está urgido de volver a la esencia opositora que en un principio fuera su más preciada posesión y que hoy, al parecer, no existe.

Mientras tanto, desde el PRI, esperan al opositor del que tanto hablaron los candidatos blanquiazules. Todo quedará al tiempo.

Para leer las entrevistas completas con Javier Corral y Héctor Larios, visite www.siempre.com.mx