Entrevista a Martha Zamora | Escritora

 

Jacquelin Ramos

Conoció a Pablo Picasso y André Breton; fue amiga del revolucionario ruso León Trotsky y del poeta Pablo Neruda. Su casa alojó a grandes personajes en la historia de México, encabeza la lista Diego Rivera, el artista más reconocido del muralismo mexicano y esposo de Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, más conocida como Frida Kahlo, la pintora latinoamericana más famosa del siglo XX y figura fundamental del arte mexicano.

También estuvo rodeada de gente extraordinaria que formó parte de la vida de la artista, algunos de ellos poco conocidos o jamás nombrados como su doctor Armando Navarro y Montoya o Judith Ferreto, su enfermera. Personajes que a través de una entrevista compartieron recuerdos y ayudaron a conocer a Frida desde la cercana convivencia hasta hacer del libro Frida. El pincel de la angustia (1987) una tarea colectiva: darle a cada uno de estos personajes el espacio para recuperar la total dimensión humana no sólo de ellos, sino también del icono del arte, señaló en entrevista exclusiva a Siempre!, la escritora Martha Zamora.

Explica que tuvieron que pasar tres décadas para iniciar su misión, convertida en aventura en su búsqueda por encontrar más datos precisos de su obsesión llamada Frida Kahlo. Por lo que decide sacar de su archivo los testimonios que estuvieron fuera de la primera versión, y con los que pudo construir su personaje y su segundo libro: En busca de Frida, México, edición de autor, 2015.

 

Modificó mi vida

¿Cómo inicia su interés por Frida Kahlo?

Inicia entre los 5 y 6 años, a partir de la educación en el preescolar al que pertenecí, nos llevaron para ver trabajar al muralista Diego Rivera. Recuerdo que pintaba en ese momento el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central para el Hotel del Prado. El maestro Rivera era muy generoso con su tiempo, y no le importaba que le llevaran a esas niñas del kínder. Hablábamos con él, le preguntábamos cosas y Diego seguía trabajando en su andamio, realmente nos recibió con gran cariño. Cuando salíamos de visitarlo me llevé una gran sorpresa: llegaba Frida Kahlo. Qué curioso que el día que visito el museo, también ella visitó ese mural. Me provocó una impresión imborrable, le mencione a mi madre que vi a una señora como un árbol de navidad, desde entonces me obsesioné con Frida.

De ahí, el nombre de mi libro En busca de Frida, donde narro la aventura que fue buscarla, lo que produjo y modificó de mi vida. Relato como logré testimonios de personalidades maravillosas a las que entrevisté, entre todas me construyeron el personaje y pude constituirlo.

Pese a la publicación de biografías, mitos, leyendas, testimonios sobre la pintora mexicana ¿por qué nuevamente retomar la vida y obra de Kahlo?

En México los historiadores están acostumbrados a ocuparse de los grandes momentos y de los grandes temas y la parte humana queda un poco diluida. Hasta cierto punto, según mi experiencia, han tenido un cierto pudor; se piensa muchas veces que aquel historiador que se mete un poco en la parte humana del personaje como que demerita. Sin embargo, la parte humana de estos seres es fundamental para entenderlos. Por ejemplo, si nosotros no entendemos el lado homosexual de Maximiliano de Habsburgo, la no consumación del matrimonio con Carlota, no entenderemos nunca lo que todo eso, en su momento, no solo afectó sus vidas, sino que afectó tremendamente a nuestro país. Te puedo decir con seguridad que hasta hoy todavía existen infinidad de cosas qué saber no sólo de la artista, sino también de la parte humana de Frida Kahlo.

¿Cómo se llevó a cabo el proceso del libro y qué tan difícil fue realizarlo?

De todos los libros que he escrito —son más de 20— éste es el que salió más fácil y rápido, el proceso completo no llegó a un año.

Cuando empiezo a estudiar a la pintora —enero de 1981— voy poco a poco, creí que tenía todo el tiempo del mundo, hubo tres o dos personajes que se me escaparon porque me ganó la muerte, estaba trabajando con un material humano sumamente frágil, todos ellos mayores de 80 años. Debí haberme apresurado más y no me hubiera perdido al dentista de Frida, el Dr. Samuel Fastlicht; quizás hubiera presionado más a Dolores del Río, que estaba muy enferma, y que me posponía la visita para entrevistarla en las afueras de Los Ángeles. No tenía la conciencia de la muerte.

Cuando realizaba mis investigaciones sobre el Segundo Imperio mexicano —otro tema que me apasiona—, trabajaba en la traducción de Carlota de Bélgica. Emperatriz de México, y se me ocurrió hacer un blog de mis archivos, sobre lo que fue buscar a Judith Ferreto, la enfermera mas importante de Frida; o a Adelina Zendejas, una muchacha sumamente tímida, al grado que Frida la bautiza la Tímida, así como mi búsqueda de los médicos que se enamoraron de Frida profundamente o de los amantes que incluso después de muerta, se convirtió en una obsesión para ellos, como Ignacio Aguirre.

Anteriormente había sacado mi primer libro sobre la artista, Frida: el pincel de la angustia”, en 1987, fue un libro entretejido con entrevistas a quienes estuvieron cerca de Kahlo. Fue hasta veintiocho años después que pensé en un detalle, tenia que puntualizar los datos de los personajes que eran incidentales en la primera versión de mi tema, tenía que precisarlos para exponerlos en mi blog.

Empecé con el archivo del doctor Armando Navarro y Montoya, director del laboratorio médico del Hospital Inglés donde estuvo Frida, y de la que se enamoró. Cuando terminé este primer relato, se lo enseñé a mi hija y me dice: “mamá, esto no lo hagas blog, haz un libro”. De ahí surge crear En busca de Frida.

Reflejo de la cultura de la época

¿Cuál es el aporte cultural del libro a la historia?

La mayoría de los personajes que tenemos en el libro reflejan la cultura de la época y la vida política del país. Dan una imagen clara de lo que ocurría en México en los años cincuenta. Por ejemplo, tenemos al Isamu Noguchi, el escultor maravilloso y creador de jardines excepcionales, que fue amante de Frida en México. Nickolas Muray, el fotógrafo húngaro, amante de Frida también, creador de todas las fotos de color que se tienen de ella.

Germán de Campo y Castillo, un joven al que conoce cuando ella entra en la preparatoria. Gracias a él, Frida despierta su inquietud política y un concepto de lucha por su país.

Tenemos amigas de su infancia como Aurora Reyes, que fue pintora y poeta, además de ser de las pocas mujeres muralistas. Hace un mes concluyó una exposición de Aurora —organizada por sus nietos— en una de las estaciones del metro Pino Suarez.

De los personajes que integran el libro, ¿cuál dejó huella en la historia de Frida y de Martha Zamora?

La persona que cierra el libro, Emmy Lou Packard, definitivamente. Cuando la conocí era pintora, fotógrafa y grabadora. Fue ayudante de Diego Rivera en San Francisco, y después aquí en México durante un año, vivió en la casa de Frida, pero se iba diariamente a trabajar con Diego en su estudio de la calle de Altavista.

Mi inicio con ella es como con todos: llego anunciado quién soy, cuál es mi proyecto de trabajo y ¿qué sabe de Frida Kahlo? Me dio las primeras entrevistas encuadradas en este tema; después poco a poco se desarrolla con ella una linda y fuerte amistad.

Es la única persona que aparece en el libro con una fotografía a color. Le da Alzheimer, y muere sin acordarse jamás ni de México, ni de su hijo, ni de su libro que tenía en proyecto sobre Diego Rivera.

LibroSu doble muerte

Frida Kahlo se convirtió en un icono que revolucionó no sólo la pintura y el arte de su época, sino la moda y la manera de consumir arte en nuestros días. ¿A qué se debe su fama mundial?

Es muy común que la gente piense que esto pasó de un día para otro, estos procesos nunca son rápidos y en el caso de Frida tampoco. La artista tuvo una doble muerte: la muerte física, que acontece en julio de 1954, y una muerte civil que le dio la comunidad intelectual de cultura en México, porque cuando la velan le colocan la bandera del Partido Comunista. La acción provoca la destitución del director del INBA, Andrés Iduarte, por permitir que en un recinto oficial se pusiera un símbolo comunista.

Fue hasta cumplir los 25 años de su muerte, cuando el director del Museo de Arte Moderno de México, en Chapultepec, dijo “¡basta!, voy a hacer una exposición de Frida Kahlo en este museo”.

Se realizó un trabajo monumental y lo que reciben fue algo que les despertó una enorme curiosidad, las colas para entrar al museo eran eternas y era gente joven que nació cuando Frida ya estaba muerta. Fue una sorpresa que seguimos sin poder asimilar.

Frida Kahlo definitivamente es parte de la familia de cada uno de los mexicanos, a tal punto que no se puede hablar respecto a su parte negativa, el mismo público la defiende. No puedes hablar de que Frida Kahlo tenia una pésima dentadura, de los abortos voluntarios documentados por los médicos que la trataban; ella debe de tener esa imagen de mártir que no pudo concebir un hijo y que sufrió mucho con ello, porque es lo que ven con su pintura.

Hay defensa también por parte del gobierno, para que puedas reproducir la imagen de Kahlo necesitas permisos que extiende el fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo en el Banco de México, y sólo para ciertas cosas. Indudablemente México defiende a sus artistas, los protege y los valora.