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Carlos Arrieta

El Quinto Reporte Legislativo de Integralia Consultores demuestra, una vez más, que los servidores públicos trabajan en su beneficio y no a favor del pueblo mexicano, el cual cada día tiene menos oportunidades de trabajo y, por lo tanto, con mayor posibilidad de vivir en la pobreza.

Y es que este reporte da cuenta de que durante los primeros 20 meses de la 62 Legislatura, los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados recibieron dos mil 142 millones de pesos en subvenciones sin dar cuentas de su uso y destino, lo cual están obligados a hacer.

Lo cierto es que más que hacer cuadrar las cuentas, lo importante es que el dinero realmente haya sido utilizado en beneficio de la sociedad, porque cada legislatura que pasa se crean comisiones que no salen de realizar estudios y propuestas que no llegan a dar resultados concretos, pero sí cuestan millones de pesos.

Luis Carlos Ugalde, director de Integralia, subrayó que el Senado fue el menos transparente, pues sólo informó de manera pública que en 2013 y 2014 ejerció mil 753 millones de pesos por asignaciones a las bancadas, sin reportar la segunda mitad de 2014 y lo correspondiente a 2015, por lo que calculan que recibieron 3 mil 400 millones de pesos.

Con estos resultados, ¿cómo confiar en los quienes supuestamente representan a los mexicanos? Hasta el momento todo indica que hacen mal uso de los recursos públicos.

En el caso de la Cámara de Diputados, parece que se les olvida que su misión es “garantizar una adecuada relación y coordinación entre la San Lázaro y la Auditoría Superior de la Federación, además de que la revisión y fiscalización superior de la Cuenta Pública se realice de conformidad con lo que establece la ley a efecto de promover un manejo eficaz, honesto y profesional de los recursos públicos.

Así como “coadyuvar a la consolidación de la cultura de la transparencia y la rendicion de cuentas como medios indispensables para un ejercicio democrático del poder, consolidar la construcción de instituciones eficaces y mejorar la calidad del gasto público”.

Cabe resaltar que el director de Integralia enfatizó que en las subvenciones de los grupos parlamentarios ni el Congreso federal ni los estatales dan información respecto a su uso y destino; dicho monto representa un incremento de 64% en términos reales con respecto a los primeros 20 meses de la Legislatura que terminó el 31 de agosto, cuando los grupos parlamentarios recibieron mil 305.68 millones de pesos, constantes de 2014.

Al respecto, los coordinadores de los diputados del PRI, César Camacho Quiroz, y del PAN, Marko Cortés Mendoza, así como el vicecoordinador del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, se comprometieron a revisar los gastos de las subvenciones de las cuales no se daba cuenta, y analizarán si es conveniente reducirlas, porque lo primero es determinar si no debilitaría al Congreso.

Pero realmente ¿podrán ser objetivos al momento de revisar dichos gastos? Porque quienes no cumplieron legislativamente son sus compañeros de partido, es decir, aunque revisen el resultado es casi predecible: cuentas maquilladas que resaltarán el trabajo legislativo de la anterior administración en documentos, más no en hechos.